Pandemónium

Parte del guion de la serie de Netflix “Cómo se convirtieron en tiranos” parece funcionar: “La indignación vende”, “Sé un hombre del pueblo”, “Ponle un nombre a tu movimiento”, “Construye a tu equipo de confianza”, “Elige cuándo atacar”, “Acabar con tus rivales”, “Impone tu dominio”, “Sé omnipresente”, “Compra la lealtad”, “Domina la manipulación psicológica”, “Nadie es imprescindible”, “Gobernar mediante el miedo”, “Oculta tu brutalidad”, “Elige un chivo expiatorio”, “Usa las leyes como armas”, “Controlar la verdad”, “Reescribe la historia”, “Seduce a los de afuera”, “Sé la ley”… El resto ya lo sabemos.

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El G7 pide que monedas como el Bitcoin bloqueen a usuarios rusos. AFP

Por Oscar Picardo Joao

2021-07-23 7:19:09

Pandemónium es la capital imaginaria y mítica de un reino infernal, en donde suceden cosas absurdas entre el bien y el mal; en donde todo puede suceder. El concepto lo inventó John Milton en el siglo XVII (Paradise Lost).
La raíz de la concupiscencia, el pecado original de nuestro “pandemónium”, FUE Y SIGUE SIENDO el uso discrecional de las partidas secretas o gastos reservados. La clase política del pasado y del presente han visto en el gobierno un “botín”; y al combinar dinero y poder se desatan los demonios…
Esa capacidad de disponer de millones de dólares —sean pocos o muchos millones—, para lo que les de la real gana, sin controles y bajo pretextos absurdos de “seguridad nacional”, ha permitido que muchos gobernantes roben a través de agencias de publicidad, pagar apoyos o sobornos y desplegar cualquier locura a costa de la democracia y de los impuestos de los salvadoreños.
Narcotraficantes y políticos comparten los mismos principios axiológicos: tengo el poder, tengo el control, puedo pagar o comprar todo lo que quiera, soy la ley, soy dios…
Veamos nuestro caso: Todo comenzó el 1º de mayo, de un plumazo, la “bancada Cyan” destituyó a los magistrados de la Sala de lo Constitucional y al Fiscal General de la República; eran las piezas clave en esta partida de ajedrez. Esto fue muy bien calculado.
Luego aparecen una serie de escenarios estridentes y antagonistas. Veamos el panorama en cuatro actos:
I.- Entra en acción el “Bitcoin”, un derivado financiero que es transformado en moneda de curso legal a través de una ley escueta sin consulta o estudio. Al parecer es la panacea de una crisis fiscal que está a la vuelta de la esquina. La idea es ser los primeros del mundo, los pioneros de la transformación digital financiera. ¿Qué va a suceder…? No se sabe, la opinión ciudadana y de los especialistas es adversa.
II.- El “socio confiable” envió a sus emisarios, luego aparece con la Lista Engel, que desata todos los demonios gubernamentales, y después te regalan millones de vacunas y hasta un buque patrullero de cinco millones de dólares para que el “almirante” tenga flota, aunque sea un barco patrullero, a falta de fragatas, acorazados y submarinos. ¿Cuál es el experimento? Tampoco lo sabemos.
III.- Las comisiones de ONG´s fantasmas y de Sobresueldos: Es un show muy perplejo, en donde participan cuatro personajes protagónicos: la ignorancia, la mentira, la arrogancia y el descaro. Esto va para largo, sentarán en el banquillo de los acusados a mucha gente. A pesar de que la idea es conocer y describir la corrupción que nos ha acompañado en la historia contemporánea, los resultados apuntan a dos destinos: desprestigiar y perseguir.
IV.- El presidente y su legión atacan: primero la sede de ARENA, luego el show de Tony Saca, siguen las capturas de los ex funcionarios del gobierno del FMLN. Y en la mira están: El Faro, la UCA, FUSADES, El Diario de Hoy, La Prensa Gráfica y todos los periodistas, analistas y columnistas críticos del gobierno. O estás conmigo o contra mí; no hay tonalidades de gris, todo es blanco o negro.
Parte del guion de la serie de Netflix “Cómo se convirtieron en tiranos” parece funcionar: “La indignación vende”, “Sé un hombre del pueblo”, “Ponle un nombre a tu movimiento”, “Construye a tu equipo de confianza”, “Elige cuándo atacar”, “Acabar con tus rivales”, “Impone tu dominio”, “Sé omnipresente”, “Compra la lealtad”, “Domina la manipulación psicológica”, “Nadie es imprescindible”, “Gobernar mediante el miedo”, “Oculta tu brutalidad”, “Elige un chivo expiatorio”, “Usa las leyes como armas”, “Controlar la verdad”, “Reescribe la historia”, “Seduce a los de afuera”, “Sé la ley”… El resto ya lo sabemos.
En la historia política de nuestras democracias corruptas e imperfectas hay ciclos, se repiten los guiones y el viaje del héroe; pasan de emancipadores a reos, de justicieros y vengadores a reclusos; un día están en la cima fastuosa y luego terminan en la cárcel o huyendo. Nadie sabe a dónde va hasta que llega.
Las venganzas son pavorosas y los que un día fueron tus amigos y socios más terminan traicionándote. Nuestras democracias son imperfectas, demasiado imperfectas.
Es curioso y ridículo ver la cantidad de personajes de ARENA y del FMLN que ahora están en el gobierno y que rasgan las vestiduras; critican y desconocen a las plataformas políticas que les llevaron a dónde están. Es algo muy cínico, demasiado descaro.
Decía un “reconocido” empresario de origen palestino: “Al amigo hay que devolverle veinte veces, y al enemigo, destruirlo”. Habla bien, pensaba peor y actuaba de modo salvaje en privado. Pero era su filosofía de vida.
¿Qué aprendimos de todo esto? Dos cosas importantes: Primero, el mejor seguro de cualquier persona es la ética; y segundo, por más que quieras servir a tu país, nunca, pero nunca se te ocurra acercarte al aparato del Estado, es un monstruo que termina arruinando tu vida, aunque seas muy ético. Eso fue todo, punto final…

Investigador Educativo/opicardo@asu.edu