El efecto espectador

La Fiscalía nos narra, cómo si se tratase de una película de Netflix, que durante la administración de Mauricio Funes de las bóvedas del Banco Hipotecario se retiraban bolsadas de basura repletas de billetes de cien dólares, lo cual me hace preguntar ¿cómo es que nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando?

descripción de la imagen
El presidente Nayib Bukele participó en el Foro de Doha 2019, en Catar. Foto cortesía Presidencia

Por Max Mojica

2019-12-15 3:44:00

En marzo de 1964, en una fría y húmeda noche de finales de invierno, en la ciudad de Nueva York, una mujer llamada Kitty Genovese, se bajó distraída de su carro, perdida en sus pensamientos a la vuelta de su trabajo.

Seguramente se sentía tranquila, al saber que ya se había estacionado en el parqueo de su edificio de apartamentos.
Caminando por el estacionamiento un hombre salió de la oscuridad y la atacó por la espalda, mientras ella, presa del pánico, empezó a gritar. El atacante se asustó con justa causa, ya que los gritos seguramente habían sido escuchados por los múltiples vecinos de Kitty, quienes vivían en el edificio de diez pisos cuyas ventanas precisamente daban al parqueo. Así que el hombre decidió huir.

Debido a las heridas, Kitty quedo inmovilizada en el parqueo, sin que recibiera ayuda de nadie, de ningún vecino, aunque cuando estos, seguramente, habían escuchado la agresión. El atacante, al percatarse que su víctima no había sido auxiliada, regresó. La atacó sexualmente y la mató. A pesar de que la agresión de principio a fin se desarrolló en el parqueo enfrente del edificio de apartamentos, ningún vecino la defendió o se tomó la molestia de llamar a la policía mientras duró. La llamada ocurrió hasta que había sido asesinada.

Posteriormente se estimó que al menos 38 personas habrían sido testigos del crimen, sin que se decidieran a hacer algo al respecto.

El caso fue tan sonado que fue la base de estudios psicológicos posteriores, los cuales terminaron conformando una tesis de conducta social llamada el “efecto espectador”; el cual pretende explicar que cuando un evento ocurre ante múltiples testigos, la presencia de otras personas que “no hacen nada” provocan en un individuo determinado que este inhiba su conducta de respuesta y se una a la parálisis general, en espera a que “alguien más haga algo”.

¿Fue el caso de Kitty Genovese un evento aislado? Considero que no, de hecho, el “efecto espectador” ha ocurrido en muchas situaciones durante la historia, quizás la más evidente por su alcance y crudeza fue durante el Holocausto nazi.

Sería pecar de ingenuos el creer que únicamente Hitler y su grupo de íntimos conocía lo que estaba pasando. Mantener funcionando un sistema de campos de concentración requería de muchísima logística, transporte, proveedores, alimentos, equipo, uniformes, etc. Quienes los proveían eran alemanes comunes y corrientes, empresarios quienes debían de saber que “algo estaba pasando”. Miles de testigos que ante el silencio de sus vecinos, amigos o colegas, optaron por guardar silencio ellos mismos y no denunciar las atrocidades.

Si tropicalizamos un poco las situaciones, podemos aplicar el “efecto espectador” a lo que ha pasado en nuestro sufrido país. Como ciudadanos, vimos perplejos las noticias que revelaban cómo los gobiernos de Saca y Funes esquilmaron al Estado, robando y desviando para sus empresas, allegados e intereses personales, cientos de millones de dólares de fondos públicos. A partir de esas revelaciones, la pregunta obligada es “¿cómo es que nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando? ¿por qué nadie, nunca, lo denunció?”

La Fiscalía nos narra, cómo si se tratase de una película de Netflix, que durante la administración de Mauricio Funes de las bóvedas del Banco Hipotecario se retiraban bolsadas de basura repletas de billetes de cien dólares, lo cual me hace preguntar ¿cómo es que nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando? La persona que los sacaba de la bóveda. El funcionario que firmaba la autorización de retiro. El Auditor que hacía el cuadre de las cuentas. El transportista junto con sus ayudantes que los subían a los camiones. La seguridad ¿PNC? que los llevaba a su destino. ¿Por qué ninguno de ellos nunca dijo nada?

El policía que investigó el caso de Kitty Genovese, al concluir su investigación declaró a la prensa: “El crimen duró 35 minutos de principio a fin. Si un vecino hubiese llamado a la policía ante los primeros llamados de auxilio de la víctima, ella estaría viva”. De igual forma, si los testigos (funcionarios, abogados, empresarios, oficiales bancarios, miembros del Batallón Presidencial, periodistas) hubiesen dado las primeras señales de alarma respecto a la pestilente corrupción vivida en esos gobiernos, a lo mejor, tuviéramos un El Salvador muy diferente.

Abogado. Master en leyes