El caos crece y crece…

El colapso del tráfico ya no es cuestión de horas pico y los viernes; en cualquier día desde las seis de la mañana hasta las siete de la noche las dificultades para la circulación van creciendo…

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La selección mayor femenina de sóftbol, lista para foguearse de la mejor manera frente a las chochas. / Foto Por Cortesía Fedesoft

Por Pedro Roque

2019-09-22 2:35:55

La semana anterior utilicé los llamados “ejes preferenciales”, y cuando se está en esas “trabazones” muchos nos preguntamos por qué a cualquier hora tenemos grandes dificultades para circular y cada día los trayectos requieren más tiempo. Tenemos empleados que viven en Apopa, Soyapango y Mejicanos que para llegar a Santa Elena, en Antiguo Cuscatlán, necesitan dos horas y media… Y si vienen en carro, encontrar parqueo es otro problema, pues en todas las calles de dos carriles, uno está ocupado por carros mal parqueados, incluso en los dos lados y hasta sobre las aceras, con lo que se pone en peligro a los vecinos que habitamos en esta zona.

El miércoles, saliendo por el Bulevar del Ejército, después de 20 minutos que el tráfico no avanzaba, tuve que buscar una desviación complicada para llegar a la Carretera de Oro y, en lugar de una hora y quince minutos, tardé dos horas y media.

El colapso del tráfico ya no es cuestión de horas pico y los viernes; en cualquier día desde las seis de la mañana hasta las siete de la noche las dificultades para la circulación van creciendo…

Las razones son varias e imagino que las autoridades responsables de garantizar a los ciudadanos que la circulación vehicular fluya ordenadamente, están claras de la situación.

Además de que el parque de vehículos no deja de crecer y no crecen los espacios para que circulen y parquearlos, en primer lugar, se trata de un asunto cultural. Tenemos que cambiar la conducta de irrespeto al sistema de tránsito y cambiar priorizar el “primero yo, segundo yo y tercero yo”, por permitir que el sistema funcione y aunque más despacio, pero que fluya. Principalmente respetando los semáforos y si vemos que no hay lugar porque la calle está “topada”, no quedarse en medio del cruce obstruyendo intencionadamente el tráfico.

Mucha gente se niega a respetar las reglas de sentido común… Sucede que cuando en una cola que avanza lentamente, un motorista se sale e inicia el desorden; otros, en lugar ayudar a evidenciar que lo está haciéndolo mal, lo siguen y se van a ralentizar aún más el principio de la cola porque a la fuerza tienen que entrar.

Tenemos el mejor sistema de buses del mundo, paran en cualquier lugar por recoger un solo pasajero y los usuarios se acostumbraron a no ir a las paradas… En cualquier momento y lugar levantan la mano y el bus o microbús, sin el mínimo respeto a la fluidez del tráfico, para y lo frena.

Cuando se produce un pequeño accidente, los involucrados se quedan donde están… Empiezan a llamar por teléfono hasta que llega la policía o los seguros, sin la mínima preocupación por la cola que producen.

El tráfico pesado, grandes rastras y contenedores, circulan en las estrechas calles de la ciudad a cualquier hora… En los polígonos industriales, las empresas utilizan las calles como parqueo y hasta quitan la parte tractora y los contenedores pasan días taponando las calles.

En los redondeles no se respeta la entrada secuencial de vehículos y los gestores de tráfico organizan las entradas formando aun más colas… No tengo nada en contra que quien pueda o lo necesite tenga su vehículo, pero es importante que nos responsabilicemos de no causar más problemas de los que ya existen.
Estas y otras razones son la causa del inmenso costo social colateral de nuestro tráfico caótico, en combustibles, polución, accidentes, estrés, retrasos y problemas familiares…

La solución sencilla es que entre todos pongamos orden… Pero, además, les aseguro que si las autoridades empiezan a aplicar estrictamente las leyes, cuando haya orden, todos se los agradeceremos.

Ingeniero
pedroroque@metodopr.com