Cada 15 de Septiembre y en los días precedentes se alegran los niños y los jóvenes porque desde muy temprano se prepararán para asistir al desfile a mostrar su respeto a la Patria, y sus padres, porque irán a verlos desfilar luciendo sus uniformes, así como a los jóvenes que tocan en las bandas con las chicas que realizan coreografías con sus cachiporras.
Yo disfruto los desfiles en mi ciudad natal, porque revivo los recuerdos felices de mi escolaridad primaria y secundaria… Y seguro que también el lector tiene en su mente, recuerdos inolvidables de como se celebraban en su ciudad y en su centro educativo.
En lo que sí estoy muy claro que debemos mejorar es que esa gran euforia y adrenalina por demostrar el cariño y respeto a la Patria, que se libera con gran bullicio y entusiasmo, es que dure todo el año y no se apague el 16 de septiembre… Y así como a la madre y al padre los respetamos y queremos no solo en sus días, también debemos amor y respeto a la Patria durante todo el año…
Para cambiar el país es necesario recomponer nuestra visión, nuestros valores, emociones, sentimientos y conductas hacia la Patria, redefiniendo las conductas y buen ejemplo que debiéramos recibir de los dirigentes y funcionarios de los tres poderes, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial y de la sociedad civil y las iglesias …Y si analizamos los malos ejemplos, no son por falta de legislación, la hay suficiente, sino de respeto a las leyes y de amor a la Patria.
Pensemos en los países que van bien en su desarrollo tecnológico, educación, salud, atracción de inversiones, que tienen un producto interior bruto de los primeros en el mundo y que cambiaron radicalmente su visión en los últimos treinta años, como Singapur, para no ir más lejos en la historia después de la Segunda Guerra Mundial, con Japón y Alemania. Lo que vemos son cambios en la forma ejemplar de como iniciaron su evolución, están siendo dirigidos y continúan evolucionando. Lo más importante fue reorientar los valores y conductas de los funcionarios de los tres poderes y terminar con la corrupción. Así es que están y se mantienen en los primeros lugares de los indices internacionales de percepción de la corrupción, son líderes en el crecimiento económico, sus ciudadanos gozan de excelentes servicios y asistencia del Estado, tienen trabajo y una muy buena calidad de vida, precisamente lo que nos falta aquí para ser un mejor país.
El 15 de Septiembre en su significado y contenido de amor al país y a la Independencia es mucho más que poner una bandera en la casa, en la empresa o en el carro, cantar el Himno Nacional y repetir la Oración a la Bandera. Es el cumplimiento durante toda vida de las obligaciones que nos dicta la Constitución y el respeto a todas las leyes que de ella emanan.
Por otro lado, si bien aquel 15 de Septiembre de 1821, los Próceres independizaron a Centroamérica de España, en realidad continuó y continúa la dependencia de otros poderes… Hoy económicamente de las remesas, la falta de inversión, de empleo, de buenos servicios del gobierno y de libertad de movimiento por la delincuencia.
Pues sí, imagino que mucho nos gustaría que este 15 de Septiembre no fuera solo una fiesta alegre para salir a ver los desfiles y se convirtiera en un día en el que con los supuestos nuevos planteamientos políticos y económicos, de verdad empecemos a cambiar nuestro país, para convertirlo en el que nos merecemos.
Pedro Roque
pedroroque@metodopr.com