EE.UU. vs. China: ya cruzaron el umbral

Con todo esto de la guerra comercial, la pregunta obvia es: ¿quién ganará? Trump dice que Estados Unidos; los líderes políticos/empresariales chinos dicen que no, que ellos ganarán. Defensores del libre comercio en ambos lados dicen que nadie ganará. Me pregunto: ¿Cómo se visualiza una “victoria”?

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Los contornos del Palacio Nacional están cerrados por trabajos de preparativos para la toma de posesión. Foto EDH/ Josué parada

Por Ricardo Esmahan

2019-05-13 8:16:55

La tregua comercial entre Estados Unidos y China, acordada a finales de 2018, se quebró la semana pasada con la imposición por parte del presidente Trump de nuevos aranceles a importaciones chinas, aunque ambas partes destacaron que las conversaciones continuarían en el futuro.

Como resultado de esa declaración presidencial, el pasado viernes comenzó a aplicarse el incremento de las tarifas arancelarias del 10% al 25%, para las importaciones procedentes de China, con una recaudación estimada en US$200,000 millones. Donald Trump reprocha a China haber tratado de renegociar el acuerdo en último minuto. China, por su parte, ha impuesto aranceles a importaciones estadounidenses por valor de US$60,000 millones.

Llamemos a los aranceles lo que son: impuestos de importación. Las personas que se oponen enérgicamente al establecimiento de todos los demás impuestos deberían de pensar que estas tarifas arancelarias son de alguna manera inútiles. Hay mejores formas y menos dañinas para lograr los objetivos que se buscan. Al presidente Trump le gusta utilizar estas tarifas arancelarias; y la ley actual, le permite usar un pretexto de seguridad nacional para imponerlas. Así que esta medida comercial continuará hasta que cambie de opinión. Y no hay señales de que lo haga.
China y otros países no tienen prisa por aceptar el tipo de trato que Trump quiere. Por ello, el presidente seguirá con su discurso: con amenazas y quizás incluso tarifas más altas.

La mejor estrategia de negociación del lado chino es esperar, lo que hacen muy bien. Han de pensar que Trump se volverá más flexible si la economía se debilita el próximo año; o posiblemente, están apostando a que su sucesor será más amigable con ellos. En cualquier caso, Beijing tiene pocos incentivos para darle a Trump lo que quiere, a menos que gane la reelección.

El problema con las disputas comerciales de los gigantes es que escalan fácilmente. El país A aumenta los aranceles al país B, que luego toma represalias. Si se detiene allí, todos se adaptan y siguen adelante. Las guerras comerciales inician incluso cuando una parte aumenta la apuesta, forzando mayor respuesta del otro. Entonces comienza la espiral y luego se pone mucho peor.

El presidente Trump tiene razón en una cosa: Estados Unidos tienen quejas comerciales legítimas con China y otros socios comerciales. Y necesita resolverlas. Considero que tendría mejor oportunidad si involucrara al Congreso, en lugar de evocar las amenazas artificiales de seguridad nacional.

Por ejemplo, China se ha aprovechado injustamente de las reglas del comercio mundial, una mera elusión de compromisos. Por ejemplo, el plazo para liberar en China la protección a patentes extranjeras es escandaloso, lo que aprovechan las empresas estatales chinas. Este debe ajustarse a los tiempos multilaterales de la OMPI. Someterse a la disciplina multilateral es como deben resolverse las diferencias del mercando interno chino. Pero por la razón que sea, Trump eligió hacerlo solo, incluso cuando su partido controlaba ambos lados del Capitolio y con la posibilidad que la OMC permitiera que otros Miembros tomen represalias más agresivas de lo que hasta ahora han aplicado.

Centrarse en política arancelaria no será bueno para compañías estadounidenses que dependen de suministros importados, o los consumidores, o los trabajadores estadounidenses que producen bienes para la exportación, incluidos los agricultores del Medio Oeste. En otras palabras, casi todos perderán.

Con todo esto de la guerra comercial, la pregunta obvia es: ¿quién ganará? Trump dice que Estados Unidos; los líderes políticos/empresariales chinos dicen que no, que ellos ganarán. Defensores del libre comercio en ambos lados dicen que nadie ganará. Me pregunto: ¿Cómo se visualiza una “victoria”?
La guerra comercial no está por terminar. Solo está comenzando.

Ex ministro de Economía