Los 60 de los del 60

Recordamos la enseñanza de los maestros con respecto a considerar al alumno un delicado ser que necesita atención, estímulo, capacidad y respeto para su éxito; evitando frases despectivas o peyorativas que afecten su desarrollo; posiblemente –decían- estimulante para unos, pero viñeta de fracaso para otros. Recomendaban un proceso sistemático de ayuda oportuna, comprensión y calidez para volverlos exitosos.

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Denis Pineda en su participación con el Técnico Universitario. Foto: Técnico Universitario de Ambato

Por José Ernesto Urbina Barrientos

2021-07-06 5:59:41

"Si la muerte viniera, diga por favor que estoy entendido y que me haga una espera” (Miguel Huezo Mixco).
Hace sesenta años nos despidió nuestra Escuela Normal Alberto Masferrer al final de la 25ª Avenida Norte; al sur la calle empolvada hacia San Antonio Abad ; al norte, la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador ; alrededor, mucha vegetación. Hoy la ocupan oficinas del Ministerio de Educación y los Centros Escolares España y Gral. Francisco Morazán.
Finalizó el Gobierno del Cnel. Oscar Osorio (1956) y lo sucedió el Cnel. José María Lemus. Un golpe militar en 1960 depuso a Lemus, y nosotros, todos a casa ¡En plena preparación de exámenes de grado: Científico y Pedagógico!
Nuestra generación vivió y participó en las Reformas Educativas de 1968 y 1995, en Planes como la Nuclearización y el 20-21. Vivimos la iniciación política del magisterio durante la Reforma del año 68, que costó lamentablemente 400 fallecidos (Ribera); vivimos también la organización gremial del magisterio, alcanzamos mínimos logros económicos y sociales; pero fuimos testigos de la división del gremio en grupos político-partidistas que olvidaron los objetivos originales; después, la Guerra Civil arrebató a muchos maestros. Que en paz descansen. Recordamos con agrado las reuniones de aniversario, donde los referentes eran los compañeros y los maestros ausentes, las pintorescas anécdotas y los comentarios de la vida. En el año 2010, el compañero Baltazar Díaz (QDDG), refería que el espíritu normalista era un nexo fuerte, pero en esas interioridades se generaba una pregunta esencial: ¿Qué nos hizo ser el tipo de maestros de ayer y de hoy? Y respondía: Fuimos formados bajo un sistema de admisión, seleccionados con parámetros diseñados acorde con los principios institucionales; la supervisión, el desarrollo curricular y la orientación permanente de un calificado cuerpo de maestros con un modelaje que invitaba a imitarlos… Había vocación. No era el simple cumplimiento o desempeño de un empleo, un oficio o una actividad, sino “una misión que implica una intencionalidad de promoción humana, una especie de atadura de la propia suerte a la de otras personas: ¡es iluminar, crear la propia identidad y la de los otros!” (Gabriel Castillo ,1982); “el amor”, dirá Freire; el “eros pedagógico”, dirá Francisco Larroyo, porque los educadores somos llamados a tomar parte directa en el desarrollo humano de otros, y ser para ellos un signo de confianza y madurez, que despierte las fortalezas de su intimidad.
Recordamos la enseñanza de los maestros con respecto a considerar al alumno un delicado ser que necesita atención, estímulo, capacidad y respeto para su éxito; evitando frases despectivas o peyorativas que afecten su desarrollo; posiblemente –decían- estimulante para unos, pero viñeta de fracaso para otros. Recomendaban un proceso sistemático de ayuda oportuna, comprensión y calidez para volverlos exitosos.
Cabe traer a cuento a un maestro de bachillerato, fuera de sí, por el comportamiento bullicioso e irreverente de la adolescencia, les llamaba despectivamente “muchachitos tropicales”, de donde “no saldría nada bueno”, y los comparaba con “los del Norte”, “los competentes”… La acción de otros maestros hizo que 40 años después los “muchachitos tropicales”, recordaran, y felizmente concluyeran que son exitosos y se autodenominaron la “Promoción Brillante”. ¡Felicidades chicos del 80!... Así, los hipotéticos planteamientos de nuestros maestros quedaron empíricamente validados…
Así nos esforzamos los masferrerianos en diversos campos. Hoy, 60 años después, ubicados en una educación en crisis ante inimaginable pandemia, reflexionamos: “Cuando creímos que teníamos todas las respuestas, de pronto cambian todas las preguntas”…( Mario Benedetti).
¡Gracias al Creador y a nuestros mentores! ...! Salud compañeros allá con el Altísimo Maestro! ¡Felicidades, maestros 60-60!

Educador / netourbe@hotmail.com