La “nueva normalidad” post COVID19 cambiará o transformará muchos aspectos de nuestra vida en materia económica, política, sanitaria, cultural, educativa y social; en efecto, la pandemia del siglo XXI, para la cual no estábamos preparados, forzó la reposición del ser humano, modificó las relaciones sociales, impactó en la economía y ahora nos invita a revisar el equipaje del futuro.
Francesc Pedró, director de ISEALC-UNESCO, recientemente nos recordó que la “Continuidad pedagógica” no va a ser fácil, la situación en el Continente es la siguiente: sólo el 51% de los estudiantes tiene acceso al equipamiento y conectividad; un 45% de la población está en aislamiento; sólo un 42% tiene capacidad de comunicación; a nivel emocional la mitad de la población estudiantil tiene problemas de ansiedad y el 65% preocupaciones económicas.
Nos planteamos en esta reflexión ¿qué sucederá con nuestro sistema educativo?, particularmente con nuestras escuelas, colegios y universidades. La primera respuesta que observamos es una migración forzada hacia la educación on line (Moodle, Sakai, BlackBoard), no obstante, a partir de las brechas de conectividad, surgieron otras respuestas: guías impresas, franja educativa en TV, radio, uso de redes sociales (WhatsApp, Facebook) y eventualmente webinars con plataformas gratuitas (Zoom, Hangouts, Teams).
En la nueva escuela lo asíncrono y lo ubicuo (M. Castells) podrán ser los nuevos escenarios, que podrán combinarse con lo semipresencial y lo presencial. Pero sobre todo debemos diseñar una nueva taxonomía de pedagogía informacional y didáctica digital en tres vertientes:
1) Alfabetización digital: Alta, media y baja (Alfa, Beta Kappa); 2) Recursos tecnológicos: laptop o PC, Tablet, Móvil (Epsylon, Delta, Gamma); y 3) Conectividad: Veloz, intermedia y limitada (Lambda, Omicron, Pi). Hemos agregado un código a cada condición para crear un mapa de posibilidades, así, lo ideal fuera: 1 Alfa, 2 Epsylon y 3 Lambda (1A+2E+3L), y el escenario más pesimista es: 1 Kappa, 2 Gamma y 3 Pi (1K+2G+3P).
Por ejemplo, para evaluación de aprendizajes contextualizada un estudiante con (1A+2E+3L) (1K+2G+3P) tiene ventajas sustanciales respecto a uno (1K+2E+3P). También el docente a la hora de planificar sus contenidos y diseñar su mediación pedagógica debería considerar estas condiciones.
Lo anterior demanda un censo rápido al inicio del año escolar, con una tabla de registro que permita consignar las condiciones de las tres vertientes de Alfabetización digital, Recursos Tecnológicos y conectividad; podría ser una encuesta sencilla, para posteriormente agrupar a sus estudiantes y así diseñar su planificación y evaluación en condiciones lógicas y equilibrada. Obviamente, en la medida que cambien o mejoren las condiciones de los estudiantes se podrán movilizar las categorías.
Esta herramienta de ubicación de estudiantes puede aplicarse a escuelas, colegios y universidades, públicas o privadas, y será parte de la nueva normalidad; no debemos olvidar que frente a la incertidumbre de COVID19 o de otros virus del futuro tenemos que estar preparados para apagar y prender (switch on /off) el sistema educativo.
La transformación digital y la Industria 4.0 es una realidad necesaria para el sistema educativo; poco a poco, Internet de las cosas (IoT), automatización, robótica, inteligencia artificial, Machine Learning, automatización, irán cercando a los sistemas educativos debido a los cambios en el mundo productivo. Observamos cómo ciertos sectores avanzan muy rápido, banca o líneas aéreas, ya han transformado sus operaciones con el uso de aplicaciones móviles (app). La industria de automoción ya depende de funciones computarizadas y electrónicas (ABS: Antilock Brake System, DSC: Electronic Stability Control, VDC: Vehicle Dynamic Control).
En educación vamos avanzando, lento, pero avanzamos; ya observamos más presencia del modelo STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Mathematics) en los sistemas educativos o el uso de MOOC (Massive Online Open Courses) para capacitar o formarse.
Finalmente, sólo recordemos que “transformación educativa digital” para la nueva normalidad no es simplemente tener computadoras e internet, se necesita un “modelo”, una filosofía o enfoque en el diseño de los sistemas que apunten a las nuevas necesidades de la sociedad del conocimiento y de la economía de la información y que no excluya el imprescindible humanismo y las necesidades de relaciones sociales empáticas y éticas.
Investigador Educativo.