El pedagogo estadounidense Roger Schank, experto en IA, con una postura radical, sentencia que hay que derribar el sistema educativo actual porque “lo que la escuela enseña no nos sirve para la vida real” y propone la construcción “on line global” de más de 500 programas académicos que le permitan al estudiante escoger lo que le interesa. Así se lo dijo a la periodista Ana Torres Menarguez, en una entrevista aparecida en el periódico El País, de España, el 27 de julio de 2016. Más adelante, en el 2021, el periodista Manuel G. Pascal, en otras entrevistas, le preguntó ¿Cuál es su principal crítica al sistema educativo actual? Y Schank le respondió: La mayoría de la gente cree que las materias que se estudian en el colegio son las que hay que aprender y eso no es así.
En realidad, lo novedoso de este planteamiento reside en el uso del internet y de la Inteligencia Artificial (IA), poderosas ramas de la informática que desarrollan programas con la capacidad de imitar y superar procesos exclusivos, hasta hoy, de la inteligencia humana. A finales del siglo XIX e inicios del XX, el estadounidense, John Dewey había lanzado su proyecto “Aprender haciendo” e inmediatamente después William Kilpatrick proponía el “método de proyectos”, programas prácticos educativos centrados en la experiencia de los estudiantes.
“Se aprende desde la experiencia. Aprender es el resultado de hacer cosas y pensar sobre ellas”, recalca Schank, quien, según sus propias palabras, llegó a esta conclusión “tratando de comprender cómo funciona la mente para crear máquinas inteligentes”.
Por eso, dice, “nosotros lo que hacemos es usar la tecnología de la información para crear situaciones de aprendizaje que permitan a los estudiantes aprovechar las estructuras básicas de la mente. En esencia, simulamos lo que pasa en la vida profesional”.
Y fustiga, de nuevo, al sistema tradicional, en donde “el estudiante habrá aprendido a pasar exámenes, ya sea sacando buenas notas o aprobando justito. Pero no a pensar. En cambio, con nuestro sistema el estudiante habrá practicado todos los procesos cognitivos que importan para ser un profesional exitoso y un pensador inteligente. Entre estos procesos se incluyen investigación, planificación, diseño, causalidad, juicio, valoración, comunicación y negociación, entre otros”. Además, indica, “Los libros de texto están bien. Los usamos, aunque digitales. Pero no hacemos que los estudiantes los memoricen para aprobar los exámenes”.
Es importante, dice, “ayudar a los niños a descubrir lo que más les gusta y para ello hay que ofrecerles programas abiertos y dejarles que decidan. Si un estudiante quiere ser médico, con programas de realidad virtual se pueden simular operaciones con pacientes reales y así puede descubrir si realmente le apasiona”.
En una de esas entrevistas, concluye: “Soy psicólogo y he estudiado el funcionamiento de la mente toda mi vida. Los humanos comunican mejor las historias reales, son las que recuerdan, por eso las clases magistrales no funcionan. He analizado cómo funciona el aprendizaje y la base es hacer preguntas, intentar hacer cosas, fallar, pedir ayuda e intentarlo otra vez. Es lo que llamamos learning by doing (aprender haciendo) y es lo que hace mi plataforma; simula experiencias que permiten a la gente practicar, identificar qué hacen mal y corregirlo. Nadie quiere ser enseñado. Los niños aprenden solos, simulan construir ciudades con bloques, imaginan cómo ser padres con muñecos y ocasionalmente piden ayuda. En nuestra plataforma se trabaja por proyectos en lo que llamamos Story Centered Curriculum -programa basado en historias-“
Sus palabras no serían tomadas en serio, dice el periodista que lo entrevistó, “de no ser por los más de 30 años que dedicó a la docencia en universidades como Stanford. Considerado uno de los principales investigadores del mundo en Inteligencia Artificial, fue profesor de Ciencias de la Computación y Psicología en Yale y en los setenta se dedicó a investigar cómo educar a los ordenadores para que se comportasen como humanos.
Educador.