Dos criterios diferentes

La doctora María E. de Barrientos considera que Evelyn debe de haber pasado entre 4 y 8 horas, si fue un parto precipitado, siendo IMPOSIBLE que haya comenzado el dolor a las 11 am y en cuestión de minutos haya expulsado un bebé de término, sin abundante sangramiento, pues en la letrina había una pequeña mancha de sangre.

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La selección mayor femenina de sóftbol, lista para foguearse de la mejor manera frente a las chochas. / Foto Por Cortesía Fedesoft

Por Teresa Guevara de López

2019-09-22 1:00:51

El domingo 8 de septiembre, las páginas de opinión de EDH y LPG publicaban dos interesantes artículos sobre el mismo tema. El caso de Evelyn Hernández, que tras permanecer 33 meses en la cárcel por homicidio de su bebé recién nacido que fue encontrado en una letrina, recuperó su libertad tras revertirse el juicio. Siendo profesionales prestigiosos los autores de ambos artículos, vale la pena analizar ambos criterios, para sacar conclusiones.

En LPG el Lic. Herman Duarte, abogado, oficial del Comité de Derechos Humanos de la International Bar Association, celebra que la reversión de su injusta condena permita a Evelyn exigir una indemnización del Estado salvadoreño por daños y perjuicios. Porque ha sido víctima i) del bloqueo sistemático de los programas de educación sexual, que le hubieran permitido saber que estaba embarazada; ii) de la falta de regulación de causales de interrupción de embarazos; iii) del sistema patriarcal de justicia que no tiene enfoque de género, pues como reporta la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico, las pérdidas espontáneas son señaladas como homicidios agravados con prisión de hasta 50 años. Concluye afirmando que mujeres de círculos privilegiados que sufren pérdidas espontáneas no han sido nunca procesadas.

En EDH la Dra. María E. Barrientos, profesional de la medicina, expresa su preocupación de que la prensa internacional, ONG, personalidades públicas e intelectuales, hayan opinado sin profundizar sobre el caso de Evelyn Hernández, que ella analiza tras profundo examen de los documentos públicos relacionados. i) El reporte de la trabajadora social declarando que Evelyn mantenía, sin permiso de su madre, un noviazgo clandestino, con un joven de la zona y no se menciona que fuera violada; ii) Cuesta creer que una joven de 18-19 años, estudiante de tercer año de bachillerato en salud, embarazada de término, y que da a luz a un bebé de 51 centímetros de largo, ni ella ni su madre supieran que estaba embarazada; iii) Los promotores de salud testifican que la buscaban para que se pusiera en control; iv) La evidencia de dos médicos, que no se conocían entre sí, concluyeron, tras examinarla, que presentaba evidentes signos de embarazo.

Considera que Evelyn debe haber pasado entre 4 y 8 horas, si fue un parto precipitado, siendo IMPOSIBLE que haya comenzado el dolor a las 11 am y en cuestión de minutos haya expulsado un bebé de término, sin abundante sangramiento, pues en la letrina había una pequeña mancha de sangre. La doctora Barrientos se pregunta ¿quién cortó el cordón umbilical? ¿Por qué su madre llegó al hospital con Evelyn consciente y cargando la placenta? El médico forense refiere que el cadáver del bebé había sido sacado de la letrina y lavado. ¿Se alteraron las pruebas? La autopsia reveló que el recién nacido respiró al nacer, pues en sus pulmones había material de origen orgánico vegetal, siendo esta la prueba más importante y clave de que el bebé aspiró material orgánico de la letrina. Si el bebé se hubiera defecado en el vientre materno por sufrimiento fetal agudo, la placenta y el cordón umbilical estarían teñidos de meconio, que es estéril y de color verdinegro, compuesto de células muertas, líquido amniótico, bilis y vellos.

La opinión del Lic. Duarte parece estar basada en los comunicados de la prensa internacional y del trabajo de las organizaciones pro aborto. La doctora Barrientos ha revisado documentos e informes médicos para afirmar que este bebé recién nacido, de término, aspiró materia orgánica en una letrina. Un caso más, como el de las famosas 17 y Teodora, que lograron notoriedad con base en una mentira: fueron condenadas por homicidio de sus propios hijos, no por abortos espontáneos. Triste frase de la Dra. Barrientos al finalizar su relato: “Lo siento por mi país, lo siento por la humanidad”.

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