¡Dirección Nacional de Salud Preventiva!

El Salvador urge de medidas serias en el ramo de salud y no estrategias poco viables y debe el despacho de Salud resolver los problemas históricos que abaten a muerte al salvadoreño. Solo asumiendo seriedad y no ignorancia es que saldremos adelante pero no con creación de nuevas direcciones que en nada abonan a mejorar la atención en la red pública.

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Patrulla de policía. Foto referencia Pixabay.com

Por Ricardo Lara

2019-09-05 5:55:46

Uno de los muchos encantos que tiene El Salvador es la capacidad de sorprender, la capacidad de asombrarnos día a día. Y recientemente mi asombro fue tan grande cuando escuché una conferencia de prensa del presidente de la República en la que dijo: “Aquí tenemos a niños obesos y desnutridos al mismo tiempo, porque de solo comer churritos no se van a nutrir…necesitamos poner a la población a hacer ejercicio, no a levantar pesas, sino a moverse, ahorraríamos mucho en hipertensión”.

Pareciera que el tema salud nunca será abordado con la óptica y seriedad que ello requiere. Se prefiere buscar salidas aeróbicas y nutricionales a una realidad que es de todos conocida: la falta de médicos especialistas en los diferentes centros de salud, la ausencia de vitales medicamentos como antibióticos, anestésicos, analgésicos, factores de coagulación, anti-hipertensivos, equipos de última tecnología en los diferentes hospitales. Pero no. ¿Tiene algo de malo desear evitar enfermedades catastróficas como es la hipertensión o la diabetes mellitus? No tiene nada de malo pero primero se debe tener personal de salud en suficiente cantidad y calidad, inventarios con medicamentos suficientes y no un donativo que apenas alcanza para horas a ser despachado.

¿Dónde están los diputados de la oposición para pronunciarse firmemente sobre el rumbo correcto que debe tomar la salud pública en El Salvador? Silencio. Se perdió la credibilidad en los partidos políticos que prefieren callar a emitir un comunicado enérgico ante una estrategia que no garantiza resolver los problemas históricos.

¿Se escucha acaso a la Sociedad Médica de Salud Pública sacar el pecho y aclarar cuáles son las principales enfermedades que abaten al salvadoreño sea rico o pobre? No, más silencio cuando todos los que conocemos los derroteros de la salud pública sabemos que las infecciones respiratorias agudas, la gastroenteritis aguda, la conjuntivitis y el parasitismo son las principales enfermedades que adolecemos, y saber que para evitar dichas patologías no necesitamos más que ¡un lavado correcto de manos!

El Salvador urge de medidas serias en el ramo de salud y no estrategias poco viables y debe el despacho de Salud resolver los problemas históricos que abaten a muerte al salvadoreño. Solo asumiendo seriedad y no ignorancia es que saldremos adelante pero no con creación de nuevas direcciones que en nada abonan a mejorar la atención en la red pública.

Creo que si el Presidente desea realmente disminuir los niveles de obesidad y, por ende, de hipertensión y otras patologías asociadas debe tomar ejemplos de cómo lo ha hecho la ciudad de Nueva York para controlar y disminuir el consumo excesivo de azúcar, y si desea reducir los graves niveles de alcoholismo, poner los rigurosos controles para lograr evitar el fácil acceso a estos que se consume y se obtienen con facilidad. Y qué decir del tabaco. Al gravar estos productos se logran dos objetivos: Uno sería la disminución de muertes violentas asociadas al alcohol sea por accidentes automovilísticos o por violencia social, y el otro sería lograr hacer llegar más dinero a las arcas del Estado.

El país y sobre todo Salud atraviesan graves limitantes y como siempre será el personal en servicio social al que se le aumentará el trabajo y se le dará la medicina amarga, volviendo el Ministerio de Salud a ser el principal violador de los derechos laborales del trabajador, ¿cómo es que basta pertenecer a un gabinete y todos los sueños y luchas reivindicativas por un gremio con las mejores prestaciones quedan tirados, pisoteados por apenas una mejora económica? Grave situación que pareciera que recurrir a una vieja pero acertada estrategia está más de moda que nunca: “Divide y vencerás”.

¿Cómo se le puede botar el agua acumulada en dos barriles a una pobre familia si no dispone de tal servicio? El sentido común es más que necesario en estos momentos. Con garantizar agua de calidad y en cantidad al menos las cuatro principales causas de morbilidad de nuestro país se verían claramente disminuidas y se controlaría la proliferación de dengue, zika y chikungunya.

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