Dignidad a cambio de “likes”

.

descripción de la imagen
Trevor Ariza de los Houston Rockets anota durante un partido de la NBA / Foto Por Tomada de Houston Rockets

Por Cristina López 

2019-10-07 6:30:56

Una de las desventajas de que el flujo de información al que estamos expuestos haya aumentado en términos de cantidad y velocidad, es que apenas nos queda tiempo para absorber y procesar noticias.

Se nos ha acortado el ancho de banda de la atención, con tantas piezas de información disponibles en todo momento, compitiendo una con otra. Es por eso que sucesos relativamente recientes, como la gira mediática en Nueva York que hiciere el presidente (y su familia) en su visita a la sede de las Naciones Unidas, se ve lejano a dos semanas de distancia. Y a mí, sin embargo, como salvadoreña en Estados Unidos, me sigue costando terminar de digerir el penoso espectáculo.

Sí, penoso. Porque más allá de la superficialidad del discurso, las selfies, y el reality show de pseudo-realeza aspiracional de llevar a su recién nacida a un evento diplomático, lo verdaderamente indigno fue el show mediático.

Primero, la conferencia de prensa bilateral en la que el presidente salvadoreño cubrió de piropos a su contraparte estadounidense, llamándole “cool and great”, una lambisconería indignante considerando que Donald Trump se refirió a El Salvador específicamente, como un “hoyo de mierda”, comentario por el que nunca se disculpó.

Claro, es entendible que la diplomacia obligue a pasar tragos amargos de cuando en cuando, y que el poder que Trump ejerce sobre los destinos del enorme número de inmigrantes salvadoreños en Estados Unidos pone al mandatario salvadoreño en una situación delicada. Pero puede establecerse respeto sin perder la dignidad a punta de lambisconería.

Lambisconería que, al final, no trae más beneficios que un momento viral para el presidente salvadoreño, tan necesitado de atención como es, pues el momento vergonzoso no vino amarrado de ningún tipo de concesión para las necesidades de tantos compatriotas.

Intentando otorgar el beneficio de la duda, habría circunstancias que hacen perdonable el que nuestro presidente le lamiera las botas a Trump: que era su primera participación en la Asamblea General de la ONU y se le notaron los reflejos de principiante, que vio en la altanería de Trump (indirectamente proporcional a su incompetencia) rasgos de su propia personalidad, o que vio en su contraparte a alguien con ninguna voluntad política para dialogar mejoras en las condiciones de nuestros inmigrantes y prefirió no alborotar las aguas.

Cualquiera de las anteriores, aunque no justifica, mitiga en algo la vergüenza de tal pérdida de dignidad. Al final, ¿qué más podía hacer? Negarse a la reunión no hubiera sido sensato.

Pero lo que es verdaderamente imperdonable desde cualquier punto de vista y que solo agrega a la sensación de vergüenza y afrenta, fue la aparición que hizo como invitado en un show de la cadena de cable Fox News.

Esta sí que era innecesaria, pues desde el punto de vista estratégico, en nada lograba avanzar la imagen del país: a esa hora la audiencia no llega ni a un millón de personas (cifra insignificante en el espectro estadounidense), y estas son, en su mayoría, hostiles a cualquier mensaje que no rinda pleitesía a Trump.

Salir al aire en Fox no sirvió más que para la autopromoción de nuestro presidente, puesto que esta es la misma cadena de cable en la que los anfitriones de un programa matutino se refirieron despectivamente a El Salvador como “un país mexicano”; donde a la crisis humanitaria de inmigrantes buscando refugio se le llama “invasión” de salvajes y a nuestros compatriotas que llegan buscando un mejor futuro les dicen “invasores”.

Este es el mismo canal donde, sin ironía alguna, algunos anfitriones han sugerido que quienes cruzan la frontera sean abatidos a tiros, donde han deshumanizado a nuestros inmigrantes trabajadores refiriéndose a ellos como “hordas de alienígenas” y donde hemos sido acusados de estar “destruyendo” a los Estados Unidos con nuestra sola presencia.

Me consta, porque durante varios años trabajé como analista de medios y conozco de primera mano la evidencia que demuestra que Fox News no es sólo anti-inmigrante, sino también simpatizante del autoritarismo nacionalista Trumpiano, que coquetea con el extremismo de los supremacistas blancos y que debería espantar a cualquiera con un ápice de nociones democráticas. Fue a ese canal donde el presidente salvadoreño fue a platicar sonriente, feliz con la atención, pero sin un gramo de dignidad.