Un tiburón de mascota

Para quienes quieran saber un poco más sobre tiburones, les recomiendo ver los documentales en Netflix. De paso, quizás sea bueno que aprovechen y hagan el esfuerzo de leer un poco o al menos ver documentales sobre la vida de Fidel Castro, Stalin y Hitler, quienes en vida fueron lo más cercano a un tiburón.

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Hugo Pérez cuando era director técnico de la Selección Sub-23 en el Preolímpico de Concacaf en Guadalajara. Foto / Cortesía La Selecta | FESFUT

Por Max Mojica

2021-06-07 4:42:16

Imagínate a un tiburón como mascota. Lo tuvieras en tu piscina, le mantuvieras el agua limpia y con la salinidad adecuada, lo alimentaras a diario y le protegieras de sus enfermedades, le tomaras fotos y las subieras en las redes sociales y le dirías a todo el mundo lo lindo que es tu tiburón… pero ¿de veras crees que es tu amigo? ¿De veras te meterías a esa misma piscina a nadar con él y pensarías que nada te va a pasar?
El tiburón no es ni bueno ni malo; de hecho, él no entiende de esas sutilezas. El tiburón simplemente es lo que es: un predador. Está en su naturaleza, tan es así que ni siquiera tiene la culpa de que tú te le acerques, que quieras nadar con él, que insistas en decir que es tu amigo. Si te ve cerca y de repente siente hambre, morderá lo que tenga a la mano y si tú eres el que esté cerca… pues, lo más probable es que sea a ti. Así de simple son las cosas.
Si tu te metes en su piscina, tienes que estar claro que has entrado en su territorio de caza y nada ni nadie te va a proteger, aunque estés inmóvil temblando en el rincón en el que te ha dejado, él te va a encontrar, ¿sabías que pueden oler el miedo? De hecho, lo puede oler a kilómetros de distancia y esas son sus presas favoritas, las que tiemblan, las que se esconden.
Al tiburón se le puede distraer alimentándolo con otras presas, pescados que tú mismo has colaborado en pescar y que le entregas en sus fauces con la esperanza que se sienta satisfecho y no se fije en ti. Esa opción es válida… hasta que se acaban los pescados grandes, ¿por qué sabes que se acaban, no? Y cuando se acaben ¿a quién crees que va a buscar para alimentarse?
En algún momento el tiburón insaciable necesitará cada vez más presas, más enemigos naturales que atacar y si no los tiene a la mano, si ya no hay suficientes pescados que pueda depredar, se fijará en ti. No te equivoques, el tiburón no tiene amigos, ni aliados. Cuando ataca, el tiburón cierra los ojos, por ello no logra distinguir si está mordiendo a un servidor obediente y servil o está masticando a un simple pez que tuvo la mala suerte de atravesarse en su camino.
Hay muchos empresarios, comunicadores, políticos, funcionarios y ciudadanos cualquiera que -por alguna razón que nunca he logrado entender, les atrae la idea de nadar con tiburones. Hay tantas y tantas historias bien documentadas de ataques de tiburones a tantos y tantos bienintencionados que se le acercan con micrófonos, cámaras, comida o simplemente para saludarlos, que creo que es esa advertencia sería más que suficiente para mantener una sana distancia de un escualo o al menos, evitar meterlo en tu piscina.
¿Crees que se puede negociar con un tiburón? Debes saber que él no entiende de razones solo de conveniencias. Si no tiene hambre y no necesita pegarte una mordida, te dejará en paz… para mientras. De hecho, le conviene tenerte cerca, uno nunca sabe cuando puede necesitar un rico bocadillo de medianoche.
Para quienes quieran saber un poco más sobre tiburones, les recomiendo ver los documentales en Netflix. De paso, quizás sea bueno que aprovechen y hagan el esfuerzo de leer un poco o al menos ver documentales sobre la vida de Fidel Castro, Stalin y Hitler, quienes en vida fueron lo más cercano a un tiburón.
La historia y la naturaleza son un ciclo sin fin, que se repite una y otra y otra vez. No está demás que algunos analicen sus acciones actuales, tal vez logran entender que la amistad y cercanía con un tiburón, nunca acaba bien.

Abogado, Master en leyes

@MaxMojica