Someterse, migrar o resistir

La diferencia entre la realidad que viven las personas y su percepción de que las cosas van bien puede explicarse en que se evalúan como principales logros del gobierno el reparto de víveres durante la emergencia y el avance del proceso de vacunación contra el COVID-19.

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Hugo Pérez cuando era director técnico de la Selección Sub-23 en el Preolímpico de Concacaf en Guadalajara. Foto / Cortesía La Selecta | FESFUT

Por Celia Medrano

2021-06-07 4:46:35

Se escucha desde algunos funcionarios la afirmación de que, si a alguien no le gusta vivir en El Salvador actual, pues que espera para irse. Difícil pensar que a una persona que ha nacido y crecido en su país le guste la idea del desarraigo. Si, los salvadoreños y salvadoreñas se van, pero en su mayoría se ven forzados a hacerlo buscando la dignidad y seguridad que le es negada en su propia nación.
Esa dignidad y seguridad no se alcanza con promesas. Lograrlo es producto de esfuerzos colectivos y desde una visión a largo plazo que va mucho más allá de intereses meramente político-partidarios. Por haber perdido esa visión partidos políticos que han estado al frente del órgano ejecutivo, con fuertes representaciones parlamentarias y municipales no lograron dar respuesta a necesidades y derechos de las personas. Ya pagaron las consecuencias de ello. Por esa misma falta de visión, el partido en el gobierno podría correr con la misma suerte tarde o temprano pese a la acumulación total de poder que se están agenciando actualmente.
Lejos de prestarse a la falsa sensación de impunidad que regala el creerse con poder por siempre, es más aconsejable para quienes están en importantes puestos estatales leer con mayor atención los resultados de la reciente encuesta publicada por el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) de la Universidad Centroamericana. En lugar de celebrar que en esta encuesta un 92.1% de las personas aprueba al gobierno, es más importante observar que un 49.8% de personas que fueron encuestadas afirmaron que su situación económica familiar sigue igual que antes de junio 2019 y un 10.4% aseguró que su situación económica familiar ha empeorado con el actual gobierno.
En los primeros 100 días de la gestión actual, un 9.7% de personas encuestadas decía que la delincuencia en el país seguía igual. Para el segundo año de gobierno este porcentaje ha aumentado a un 18.4%. Para los primeros 100 días de este gobierno, un 86.4% de personas planteaba que la delincuencia había disminuido. Cumplidos 2 años de esta gestión gubernamental, este porcentaje se baja a un 72%.
La mayoría de encuestados piensa que la situación del país ha mejorado, pero ello no se refleja en su respuesta sobre su propia situación económica ni tampoco en su percepción sobre la disminución de la delincuencia. Otras encuestas de opinión también coinciden en este aspecto. Por ejemplo, la última encuesta de La Prensa Gráfica plantea que de un 12.2% de personas consideraba en mayo del 2020 que la situación de seguridad del país era mala o muy mala; para mayo de este año ese porcentaje sube a un 29.1%. En la misma encuesta, un 60.06% de personas encuestadas considera que el costo de la vida esta malo o muy malo.
Sobre el país en el que nos gustaría vivir, también es importante atender los resultados de la encuesta del IUDOP: 9 de cada 10 salvadoreñas y salvadoreños pensamos que aunque en el gobierno esté un partido que sea apoyado por la mayoría de la población, ese partido debe escuchar y dialogar con distintos actores sociales para conocer otro tipo de propuestas y consideramos que en una democracia la opinión de las minorías es tan importante como la opinión de las mayorías, así como también hay convicción de que aunque la democracia tenga problemas, es la mejor forma de gobierno.
También 9 de cada 10 encuestadas y encuestados piensan que, aunque una persona haya sido elegida por el pueblo para un cargo público, la población debe exigirle que en su gestión cumpla las leyes y la Constitución de la República. Por el contrario, 8 de cada 10 personas encuestadas manifestó estar muy en desacuerdo y en desacuerdo con que un funcionario contrate personas cercanas o familiares, aunque este funcionario goce de popularidad.
La diferencia entre la realidad que viven las personas y su percepción de que las cosas van bien puede explicarse en que se evalúan como principales logros del gobierno el reparto de víveres durante la emergencia y el avance del proceso de vacunación contra el COVID-19. Sin embargo, también la realidad puede contrastarse con el hecho de que en El Salvador se han duplicado casos de contagio en la última semana de mayo y las muertes por coronavirus subieron un 8.8% en el mismo mes conforme datos recientes dados por la Organización Panamericana de la Salud.
Poco a poco es más evidente que el permanente proselitismo al que hemos estado sometidos no resiste entre percepciones versus realidades. Las personas son claras en describir el país en que les gustaría vivir y un 42.5% pensaría en migrar si se perdieran libertades de prensa, expresión e información. Es cuestión de tiempo que se enteren de que el bombardeo mediático e ideológico no compensa el que ahora seamos más pobres, más desempleados y menos saludables. Para entonces, tocará luchar por recuperar lo perdido y enfrentar las consecuencias de ello. Son días en que la decisión crucial está entre doblegarse al poder total, irnos o resistir.

Periodista especializada en derechos humanos y educación para la paz.