"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres” (El Quijote, II, 58).
La nación franca celebra el Día Nacional de Francia en un 14 de julio, por ser ésta la data en que el pueblo francés demostró el fin de su sometimiento a la monarquía y su búsqueda de libertad, con la toma de la fortificación llamada “La Bastilla”, en 1789, lugar que había sido predilecto, para los reyes, para usarlo como cárcel; y aunque para 1789 ya se utilizaba poco y solamente siete presos se encontraban en ella al momento de su asalto, suscitó un despertar en la conciencia de las sociedades de todo el mundo al grado de infundir muchos otros movimientos revolucionarios y el cambio de pensamiento que con los años generó la “Declaración Universal de los Derechos del Hombre”, uno de los antecedentes de la doctrina de los Derechos Humanos, la cual gozamos muchos en el planeta, en la actualidad.
El 14 de julio se reconoce en El Salvador el valioso rol del científico de la medicina, fecha que se eligió para tal fin por ser aquella en que 21 médicos, en el año de 1943, firmaron el acta de fundación del Colegio Médico de El Salvador. No me atrevo a decir si aquellos colegas escogieron ese día como producto de la causalidad o de la casualidad, pero ciertamente así fue.
Se celebra la existencia y presencia del médico, como el profesional que reúne un caudal de conocimientos para tratar de dilucidar y comprender el mundo físico y los entes vivos que en él habitan, encaminados a lograr mantener el estado de salud en la persona humana. Siendo que para esto le es indispensable la libertad de pensamiento, que le permita cuestionar permanentemente lo que ya se conoce o se cree conocer, esa libertad que lo empuje a necesitar contrastar las teorías previas y la certeza de los esquemas de tratamiento.
De ese albedrío vital que permite satisfacer la necesidad de salud en el humano es que debe defenderse la libertad de ciencia, en la dirección de libertad de pensamiento aplicada especialmente a la investigación científica y a la libertad de cátedra, ésta última reconocida por nuestra Constitución.
Por ende, ciencia y libertad son ideaciones que se encaminan ligadas, son hermanas, cada una cláusula de la otra.
Pero el médico también es un profesional que ve en cada paciente, ante todo, a un ser humano, que requiere de la aplicación de sus conocimientos sin diferenciar sexo, raza, credo político ni origen; algo que también nos acerca con aquellos postulados de la revolución francesa y más allá: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Felicitaciones a los franceses y a mis colegas médicos en este 14 de julio, así como a todos aquellos que celebran la libertad, la igualdad y el trato fraterno entre los seres humanos, y están preparados a luchar para conservarlas, y más aún, a usarlas con sapiencia. ¡Hasta la siguiente!
Médica, Nutrióloga y Abogada
Mirellawollants2014@gmail.com