A lo largo del tiempo, las mujeres en nuestra sociedad han sido objeto de diversas injusticias y revictimizaciones en muchos sentidos, como por ejemplo en el ámbito político, familiar, económico, personal y, por supuesto, el ámbito laboral.
El tema trabajo y oportunidades de empleo ha sido siempre un talón de Aquiles para las mujeres, ya que aun ante la existencia de instrumentos legales como la Constitución de la República, Tratado sobre los Derechos Humanos, Código de Trabajo, Ley Especial Integral para una Vida Libre De Violencia para las Mujeres, por mencionar algunas normativas, no son suficientes el tenerlas vigentes si no se aplica en la práctica lo que emana de estos cuerpos normativos.
Por ejemplo, el tema de salarios y pago por servicios, la brecha en el mercado laboral salvadoreño refleja una superioridad en los honorarios que perciben los hombres en comparación a las mujeres. Según indican los datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) publicada por la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC) del Ministerio de Economía, las mujeres solo ganan un porcentaje mayor en los ramos de construcción; transporte, almacenamiento y comunicaciones; enseñanza; y en la administración pública y defensa.
Algunas problemáticas más relevantes que se perciben en nuestro entorno social y laboral hacia el sector social de las mujeres, son las agresiones y discriminaciones hacia este sector. Según el observatorio de Discriminación Laboral Contra las Mujeres de la DIGESTYC, por cada 100 casos en los que las mujeres han sido discriminadas en el ámbito laboral a lo largo de su vida, aproximadamente 63 casos son responsables los patrones y 34 casos son responsables los jefes, sin dejar a un lado otros tipos de agresores como los compañeros de trabajo y personal de servicios generales. Con respecto a los tipos de discriminación, situaciones como la solicitud de pruebas de embarazo, edad, enfermedades, situación familiar, entre otros, acompaña la inequidad laboral que aun persiste para las mujeres, lo que refleja la falta de equidad.
La incorporación de la mujer al mercado laboral ha supuesto un cambio en la cultura de trabajo, pero aún quedan retos que superar para conseguir que su integración y desarrollo profesional sea una realidad tanto en el ámbito público como en el privado. Lo anterior forma parte de la búsqueda para implementar acciones que fomenten la formación y el conocimiento de las mujeres en la sociedad, como parte de su debida inclusión laboral.
Se vuelve menester enfatizar que no basta con lograr una igualdad de género con respecto a las oportunidades de empleo, en donde se busque únicamente erradicar cualquier clase de violencia y perjuicio hacia la mujer, también deben de crearse e implementarse mecanismos de acción en donde se brinden las herramientas necesarias , con base en lo que requieran tanto los hombres como las mujeres para lograr ese equilibrio equitativo y así reflejar la inclusión de ambos sectores en el ámbito laboral, como parte del desarrollo sostenible de nuestro país.
Abogado
Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas
Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nueva San Salvador