Reconocimiento a un liderazgo

Feliz será el día cuando en lugar de celebrarse lo femenino, se celebre la lucha por la igualdad.

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Por Kelly Martínez

2021-03-09 8:31:06

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. La ocasión suele considerarse erróneamente como una simple festividad, pero va más allá de eso. Históricamente tiene su origen en el movimiento obrero del siglo XIX, en el que varias mujeres se opusieron a las injusticias en el ámbito laboral y doméstico, así como a la violencia y el acoso sexual. La política alemana Clara Zetkin fue líder en la búsqueda del reconocimiento internacional de la lucha, dando lugar a que se estableciera una fecha oficial para su conmemoración por motivo del incendio de la fábrica Cotton de Nueva York en el que murieron 123 mujeres, homenajeando así a las caídas en la huelga de 1908.
La construcción del camino para que la mujer protagonice su propia historia ha tomado años. El Salvador vio el auge de la lucha hasta principios del siglo XX. En esa época, muchas mujeres empezaron a reivindicar sus derechos laborales, políticos y sociales. A lo largo del siglo, destacaron lideresas y organizaciones independientes que se desarrollaron y tuvieron un enorme impacto sobre la lucha, abriendo espacios para las generaciones venideras.
Sin embargo, a pesar de los avances que hay sería un error caer en el conformismo e ignorar las desigualdades que subsisten. Para empezar, se encuentra la brecha salarial que, según lo indicó la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA), alcanzaba el 12,4 % para el 2019. Además, en cuanto a oportunidades laborales, resaltan algunos datos del Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP), donde procesos formativos como el Programa Empresa Centro, cuyas capacitaciones son más largas y garantizan mayores tasas de inserción laboral, son conformadas principalmente por hombres teniendo un 60.1 % de participación, mientras que otros procesos como el Programa Hábil Técnico Permanente, cuyos cursos duran menos, son integrados en un 63.5% por mujeres. Este fenómeno puede explicarse debido a que las mujeres dedican más horas diarias al trabajo doméstico y al cuidado a integrantes del hogar que los hombres, como lo destacó la Encuesta Nacional de Uso de Tiempo de 2017.
Por situaciones como estas debemos luchar en aras de que cada mujer tome las riendas de su presente y su futuro. Para ello podemos empezar desde nuestro lugar, tomando las oportunidades que se nos presenten para sentar algunas bases. Mujeres como María Isabel Rodríguez, exministra de Salud, son un gran ejemplo de liderazgo femenino. En una entrevista para la Agencia Ocote, relató su experiencia al decantarse por estudiar Medicina: “Es una carrera para hombres —cuenta ella que le dijo el decano—. Ustedes tienen muchas posibilidades. Tú tienes posibilidad en tu casa; vas a tener familia, tu esposo, los hijos, la casa [...]. La mujer está hecha para atenderlo. Y hay otras carreras que te pueden servir para eso, pero Medicina no es para mujeres...”. El decano le dijo que no presentara su solicitud. María Isabel se fue a su casa. “No tenía que pensarlo porque yo estaba decidida a estudiar Medicina”, explicó.
Esta es la perspectiva de la mujer valiente, que está destinada a derribar las murallas de los estereotipos y los paradigmas sociales que buscan limitar nuestro potencial. En este sentido, las desigualdades no son solo un obstáculo; se vuelven una razón más para empoderarnos y luchar por una vida más digna y equitativa para todas. Así, la voz patriarcal que nos limita con prejuicios y pensamientos machistas se ahoga en el grito del empoderamiento, en las puertas que abrieron generaciones pasadas; se ahoga cuando cada una de nosotras descubre nuevas oportunidades, por pequeñas que parezcan. Esto se concreta en mujeres que alcanzan altos cargos, en los que los hombres eran mayoría.
Como mujeres, queremos que todas puedan trabajar valientemente por alcanzar sus metas personales y profesionales. En todas, sin importar el sector de la sociedad en el que se desenvuelven, encontramos inspiración. Y es que el liderazgo femenino está en las mujeres emprendedoras, las que trabajan en el sector de salud, las ingenieras, licenciadas, maestras, políticas, activistas y madres; está en todas las que buscan generar transformaciones positivas y reales desde su trinchera.
Por todas nosotras, el ocho de marzo queremos conmemorar a las mujeres que luchan a diario por sus metas, por las que no creen en los límites y superan las barreras, por todas las líderes que van abriendo nuevos espacios y se convierten en pioneras de la igualdad. Este reconocimiento resulta necesario porque, a la larga, lo que no se visibiliza se calla y se anula. Recordemos que el liderazgo de hoy es el mañana de los que vienen.
¡Mujer, el futuro está en tus manos!

Estudiante de Licenciatura en Relaciones Internacionales
Club de Opinión Política Estudiantil (COPE)