¡Madre, cuánto te extraño!

Me atrevo a decirles a todos los que tienen a su madre aprovechen el tiempo en vida porque el recuerdo solo es eso recuerdo. Mi madre me enseñó eso que no se aprende en las escuelas, lo que es intangible e invisible como son los valores.

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El delantero de Alianza FC, Rodolfo Zelaya celebrando el gol que le anotó a CD Águila en la vuelta de cuartos de final del Clausura 2021. Foto EDH / René Quintanilla

Por Ricardo Lara

2021-05-09 7:35:00

Pareciera un título cursi pero para mí es una forma de dar un homenaje al Día de las Madres.
No han pasado cinco meses desde que mi madre voló al cielo. No ha sido fácil, no soy joven y quizá debería no afectarme tanto su ausencia pero me afecta más que nunca, más de lo que pude imaginar.
Se acerca una fecha simbólica donde celebramos el Día de la Madre cuando todos los días, cada hora, cada minuto, cada segundo debe ser para honrar, para abrazar, para decirles ¡Cuánto se les ama! ¡Cómo se les necesita! En mi corazón siempre está ese espacio que llena mi vida, tengo la dicha de haber conocido y conocer madres que siempre prestan y están atentas a dar cariño, dar valores, dar la vida y más que la vida.
No entiendo por qué los seres humanos muchas veces no valoramos al ser más especial que pueda existir en la tierra, en un mundo tan inhóspito es sin duda la que nos hace la vida mas fácil; algunos que tienen a sus madres vivas solo les puedo decir que la cuiden, que la amen, que estén pendiente de ella y sobre todo que cada día le digan cuanto la aman y cuanto le deben ; cuando mi madre voló al Cielo pensé, creí que le dije todo lo que quería decirle, pero a medida que los días pasan siento que me falto mucho; no entendía lo que significaba perderla, hoy me doy cuenta quién lo era para mí, mis hermanos, sus nietos y varios de mis primos era esa mujer amorosa, fuerte, calma, amante de las flores, del chiste y el consejo, del vivir el momento y disfrutar y alargar un buen tiempo; no me cabe duda de que lo que digo de mi madre es similar en la mayoría de mujeres; una madre está siempre presta a dar un consejo y ¡qué atinada era la mía! Gracias por enseñarnos en la vida es que la Madre de Jesús se injertó en cada madre, se hizo una.
El tiempo pasa, la vida pasa y los recuerdos quedan. Pensé que esto del amor materno era algo sencillo, pasajero, pero cuando sé lo afortunado que fui, soy y seré de tener su recuerdo. Me atrevo a decirles a todos los que tienen a su madre aprovechen el tiempo en vida porque el recuerdo solo es eso recuerdo. Mi madre me enseñó eso que no se aprende en las escuelas, lo que es intangible e invisible como son los valores. Gracias a muchos de lo que nos enseñan nuestra madre somos lo que somos. Mis errores son mis decisiones equivocadas y nunca algo que aprendí de mi madre mi palabra vale más que mi firma y a servir al prójimo, de atender y ayudar siempre que se pudiera y ver en mi caso como médico cada paciente como si fuera un familiar o un amigo muy apreciado.
Sigo mi vida día a día extrañándola, pero qué mejor momento que el Día de la Madre para usar mi vivencia para decirle a todos los hijos que su madre es la mejor. Gracias, Julita, por enseñarme ese amor por la Virgen María, quien nos cuida siempre y a todos los salvadoreños hacer por un lado un momento nuestras preocupaciones y darles todo el amor a quienes tienen la dicha de tener a sus madres con vida y a quienes no a recordarlas con amor y gratitud.
¡Feliz Día de las Madres a todas las madres salvadoreñas!

Médico.