Advertencias

Conviene tener en cuenta, desde ya, cómo se piensa medir (evaluar) el éxito o fracaso, los beneficios o limitaciones de la implementación extraordinaria de la Educación acelerada

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Juan Umaña Samayoa, exalcalde de Metapán, es acusado junto a José Adán Salazar, de lavado de dinero Foto EDH Archivo

Por Jorge Alejandro Castrillo Hidalgo

2020-09-25 6:59:54

Empiezan a sentirse los efectos del prolongado enclaustramiento en todos los niveles y en todos los rubros. En lo inmediato, duele constatar la cantidad de personas sin empleo o con las horas de su jornada laboral reducidas; los comercios “abiertos” pero funcionando a medio vapor; las fábricas viéndoselas a palitos para no cerrar con muchos costos de operación incrementados. En lo mediato, empieza ya a asomar la negra ola en la salud mental de las personas: adultos que no quieren salir de sus casas, adolescentes que no quieren salir de sus cuartos; niños a los que habrá que socializar de nuevo. En los casos más graves se tratará de ayudarles a encontrar el gusto y motivación por la vida en sociedad, con sus claros y oscuros inherentes. El incremento de impuestos que se teme y anticipa no ayuda a mejorar las perspectivas. En el plazo más largo resentiremos los retumbos del rezago en educación, en productividad, en desarrollo. En cada momento y en cada rubro, cada persona y cada organización tendrá que hacer lo que pueda con lo que tenga. Pensar y actuar serán igualmente importantes, la improvisación será tanto o más nefasta que la inacción.
Cual médico en hospital de campaña, en educación se echó mano este año de cuanto recurso se encontró: tecnología, radio, televisión, guías de trabajo, adecuaciones curriculares. A aquel médico no se le puede exigir delicadísimas puntadas de cirujano plástico al cerrar una herida por la que se escapa la vida del tendido, tampoco este año se podía exigir mucho en educación: los nobles docentes hicieron lo que mejor pudieron con lo que tenían. Obvio: lo hicieron mejor quienes más experiencia y más recursos para innovar tenían.
El Ministerio de Educación -viendo hacia adelante como tiene que hacer- ha anunciado que para el próximo año cobrará fuerza la modalidad de “Educación Acelerada” (EA): “un programa flexible y adecuado en función de la edad (de 10 a 18 años), ejecutado en un breve marco temporal, con el objetivo de dar acceso a la educación formal a niños y jóvenes desfavorecidos, sin escolarizar o con sobreedad. Entre ellos, se encuentran los que no han podido aprovechar oportunidades educativas y aquellos que han visto su educación interrumpida debido a la pobreza, la marginación o las situaciones de conflicto y crisis. El objetivo de los programas de educación acelerada es proporcionar a los alumnos competencias equivalentes y acreditadas para la educación básica, utilizando enfoques de aprendizaje y enseñanza eficaces que se correspondan con su nivel de madurez cognitiva”. ((AEWG: Grupo de Trabajo de Educación Acelerada).
Pensada para otros fines, sin embargo, se antoja válida la decisión del MINED de aplicarlo el próximo año a la escuela regular para paliar la falta de provisión de servicios educativos sufrida el presente año. Pensada para poblaciones especiales (jóvenes desfavorecidos, sin escolarizar o con sobreedad) la EA exige utilizar “enfoques de aprendizaje y enseñanza eficaces que se correspondan con el nivel de madurez cognitiva”. Y con la motivación por aprender del alumno, habría querido yo que agregara el AEWG en sus consideraciones.
Advertencia 1: La EA no es para todos aprendí hace lustros de un programa dirigido a jóvenes con sobreedad fuera del sistema formal de educación que hacía uso de ella. Llegué a tiempo para enmendar los irreales objetivos que había planteado el funcionario del Ministerio de Educación quien ni entendía las condiciones básicas de un proceso instruccional ni se le había ocurrido considerar para el desarrollo del proyecto otros importantes factores como las capacidades, condiciones y motivación de los alumnos y las capacidades, motivación y recursos de los instructores. Es uno de los peligros que se corren al hacer un proyecto desde el escritorio: creer que las cosas sucederán por la única razón que yo, funcionario, quiero que sucedan de esa manera.
Me alegra que el MINED reconozca que este año 2020 hubo carencias en la oferta educativa. Me alegra que esté considerando hacer uso de estrategias de probada eficacia, preexistentes al inicio de este gobierno. Me ilusiona suponer que se hará el necesario trabajo previo de identificación de las áreas de los programas de estudio que ni se ofrecieron ni se aprendieron bien durante este año. Lamento que no se cuente con una medida del rezago educativo de este año: la PAES pudo haber servido para eso.
Advertencia 2. Conviene tener en cuenta, desde ya, cómo se piensa medir (evaluar) el éxito o fracaso, los beneficios o limitaciones de la implementación extraordinaria de la Educación Acelerada en el sistema regular durante el siguiente año. Recordar que no se conoce bien ni se puede mejorar lo que no se evalúa.

Psicólogo. psicastrillo@gmail.com