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¿Por qué deberíamos comenzar a debatir?

Un auténtico debate nunca se tratará sobre la vida personal de otros ni implicará ninguna clase de agresión. Esta idea, claramente errónea, ha surgido porque, usualmente, llamamos “debate” a interacciones que más bien son peleas. Por el contrario, en un debate, aprendemos a comunicar, reconocer nuestros errores y a comprender la complejidad de los temas.

Por Bárbara Lucrecia Aguilar Morales
Estudiante Ciencias Jurídicas

La palabra “debate” suele otorgársele un carácter negativo y usarse como sinónimo de conflicto, pelea o enfrentamiento . En realidad, se trata de una técnica comunicativa que consiste en el contraste de opiniones, usualmente opuestas, sustentadas a través de argumentos. Aprender a debatir es importante para todos, pues debemos saber expresar nuestras ideas u oponernos a las de otro de manera lógica, objetiva y respetuosa. Es por esto que es necesario que todos, especialmente los jóvenes, conozcan la importancia de esta dinámica y se involucren en ella.

En un debate aprendemos en conjunto; nos enriquecemos de lo expresado por el oponente. No se trata de que gane uno u otro, sino del intercambio de argumentos que nos permiten cuestionar a la postura contraria o incluso a la propia.


Un auténtico debate nunca se tratará sobre la vida personal de otros ni implicará ninguna clase de agresión. Esta idea, claramente errónea, ha surgido porque, usualmente, llamamos “debate” a interacciones que más bien son peleas. Por el contrario, en un debate, aprendemos a comunicar, reconocer nuestros errores y a comprender la complejidad de los temas. La habilidad de debatir es indispensable en la actualidad; en la era de la comunicación masiva es preciso saber expresar tus ideas de manera asertiva, de lo contrario, terminarás siendo un meme.

El debate transforma a la sociedad, llenándola de cultura y pluralidad de pensamientos. Cuestionar las ideas, sobre todo las propias, es necesario para abrir nuestra mente a nuevas posibilidades o soluciones. Esto solo se logra a través de la disidencia. Necesitamos conocer puntos de vista opuestos al propio, de lo contrario, nunca veremos la realidad de manera objetiva, sino que nos cegaremos por nuestra “verdad”.


Hoy en día, en El Salvador, es fundamental crear una cultura donde comprendamos que quién opine distinto a nosotros, no es un enemigo. Por el contrario, por más difícil que sea, debemos escuchar en mayor medida a aquellos que piensen diferente a nosotros, pues solo así llegaremos a cuestionar nuestras propias ideas o creencias para formarnos una postura crítica y objetiva.


Además, el debate tiene como propósito sembrar una semilla que genere impacto social, en especial en los jóvenes. Los temas que se plantean deben ser de interés popular. Las ideas planteadas por una postura u otra deben de traspasar la mesa de debate. Una vez discutido el tema, tanto los debatientes como el público tienen la obligación de asumir un sentido de responsabilidad en la materia. Sin importar tus ideales, tu postura o tus creencias, el propósito de debatir es que este intercambio de argumentos sirva para abrir la mente de los involucrados y llegar a acuerdos que lleven a la ciudadanía a cuestionar, tanto lo que creen como lo que escuchan; a alzar la voz, o realizar proyectos de mejora.

En conclusión, debe quedar en claro que debatir no es sinónimo de discutir ni de pelear. El debate no se gana mediante el uso de la fuerza o de la imposición de creencias. El buen debatir es un arte donde se contrastan ideas a través de argumentos lógicos y objetivos. Además, es importante que como juventud salvadoreña aprendamos a debatir, pues a través de esta interacción podemos comunicarnos acerca de cualquier tema de actualidad social o política que nos afecte, sin caer en la agresión o en los dogmas. Recordemos que la finalidad del debate no es establecer un ganador o un perdedor, sino intercambiar ideas para dotarlas de criterio y enriquecer la capacidad de comprensión de la realidad. En el debate no se inquiere una victoria, sino un aprendizaje.

Estudiante de Primer Año de Licenciatura en Ciencias Jurídicas/Club de Opinión Política Estudiantil (COPE)

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