¿Cuál será la dimensión política de la Alianza Atlántica?

Los desafíos no faltan: si la declaración final todavía mantiene Rusia en el primer rango de “las amenazas” para la seguridad euro-atlántica a las cuales esta confrontada la OTAN, el terrorismo, “bajo todas sus formas y en todas sus manifestaciones”, está considerado también de mayor importancia

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Foto Por Istagram / @jacky_maldonado12

Por Pascal Drouhaud

2019-12-07 7:15:57

La Organización del Tratado del Atlántico norte (OTAN/ NATO) acaba de celebrar su 70a. cumbre de Jefes de Estado y de gobierno en Londres. Fueron 29 los miembros que adoptaron una resolución final reafirmando, a través de Jens Stoltenberg, el Secretario General de la Alianza, los principios de “solidaridad, unidad y cohesión”.
Por primera vez se reconoce el crecimiento de la República Popular de China como potencia, presentado como un “desafío” tanto como se están considerando como una “amenaza” las “acciones agresivas” de Rusia.
Por lo tanto, el texto final no logró totalmente ocultar unas tensiones que iniciaron la cumbre: el presidente francés Emmanuel Macron habló de “muerte cerebral” en una entrevista en el periódico británico “ The economist” refiriéndose nuevas realidades internacionales como el terrorismo islamista en el Sahel. La entrevista bilateral con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no ha sido de las más serenas. Esta situación ilustra el cuestionamiento interno sobre las misiones que la OTAN debe tener en un contexto mundial nuevo.
La OTAN fue creada el 4 de abril de 1949 como una alianza militar entre los países de América del Norte (Estados unidos / Canadá) y los de Europa Occidental con Turquía, en plena Guerra Fría.
Esta alianza tenía varios objetivos: permitir a una Europa destruida por la Segunda Guerra Mundial tener una protección militar garantizada por los Estados Unidos mientras la ex-URSS reforzaba su expansión hacia Europa Central y Oriental. La Guerra Fría empezaba, la disuasión nuclear se volvió la clave de un equilibrio del terror. La OTAN ofrecía un escudo protector para el Atlántico Norte, mientras la adhesión de Turquía garantizaba una forma de esmalte protector hacia la Asia Central. El papel de la OTAN era muy claro durante la Guerra Fría. Pero el mundo, desde el principio de los años 1990, ha cambiado. La OTAN intervino desde entonces en los Balcanes, en Afganistán pero también en Libia en 2011-2012.
Como dijimos al inicio, antes de la cumbre, el presidente Macron quiso crear un debate y afirmó en una entrevista en “ The economist” que la OTAN estaba en estado de “muerte cerebral”. Por cierto, desde varios años, dos percepciones animan el debate interno : la escuela “ortodoxa” que afirma la dimensión técnica y financiera de la Alianza. Cada miembro, debe pagar en función de su PIB, una cuota mientras son pocos los países europeos en atribuir mas de 1% de su PIB a su defensa nacional. Esta “escuela” considera que la defensa de Europa y entonces la de sus miembros está garantizada por la OTAN. Mientras, la segunda “escuela”, impulsada por Francia, pretende favorecer una defensa europea de Europa. Y en esta visión estratégica, las tensiones como acaban de ser reveladas tras las declaraciones del presidente francés, siguen fuertes.
Francia es el único país en Europa Occidental que puede pretender a una forma de autonomía. Este concepto ha sido su fuerza diplomático durante decenios, reforzando posiciones que podían corresponder a sus propios intereses, a través de unas concepciones que podían tener divergencias con la OTAN como lo fue en Irak en 2003-2004. Tanto como se logró construir una Europa del espacio, con la serie de los cohetes Ariane, lanzado desde Kuru en Guyana francesa, Francia quisiera contribuir a una verdadera defensa europea.
No ha sido desde la caída del Muro de Berlín, la primera vez que Francia ha propuesto a unos aliados europeos como Alemania o Gran Bretaña, crear los fundamentos de una defensa europea: por ejemplo, en 1995, el concepto de la “disuasión concertada” pretendía organizarse con Alemania, bajo la disuasión nuclear francesa.
Los desafíos no faltan: si la declaración final todavía mantiene Rusia en el primer rango de “las amenazas” para la seguridad euro-atlántica a las cuales esta confrontada la OTAN, el terrorismo, “bajo todas sus formas y en todas sus manifestaciones”, está considerado también de mayor importancia. Esta fórmula permite satisfacer a todos los miembros sin resolver el tema turco cuando el presidente Recep Tayyip Erdogan esperaba ver la OTAN declarar como “terroristas” las fuerzas kurdas en el norte de Siria. El espacio ha sido designado como un nuevo sector de operación, después del ciberespacio en 2016.
Estos debates intervinieron mientras la China Popular refuerza su presencia militar global y en particular en el Mar de China. Más cerca de Europa, la degradación en la región del Sahel, en África revelada por la trágica desaparición de 13 soldados franceses en Malí, reforzaron la presión sobre la necesidad de iniciar una reflexión sobre la dimensión política de la Alianza cuyas ostentaciones podrían ser conocidas en 2021. Un horizonte necesario para dar un nuevo impulso a una Alianza que esta todavía en el centro de la seguridad de Europa.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr