¡Gracias, Padre Flavián Mucci!

Un ejemplo del amor más puro que pueda existir: El amor de dar sin esperar, de ayudar sin ser visto y sobre todo de devolver la fe que en nuestro país. El Salvador ha perdido a uno de sus mejores hijos, el Cielo ha ganado a uno de sus mejores hijos...

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El exministro de Agricultura y Ganadería, Pablo Anliker es investigado también por la Corte de Cuentas de la República. Foto EDH / Cortesía

Por Ricardo Lara

2021-09-29 7:32:23

Por su gran amor y carisma para nuestra Patria, su legado jamas se apagará, su luz trascendió a un país de extremo a extremo y los salvadoreño debemos agradecer su obra, especialmente los sonsonatecos. No solo fue Ágape sino cada día de su vida usted, Padre Mucci, fue haciendo del sacerdocio no un estilo de vida sino un estilo de amor. Fue un 9 de julio de 1967 cuando usted llega a El Salvador y particularmente empezó su obra en Sonsonate, mi ciudad y con su bondad y entrega, cambió la vida a miles de personas.
Es un 4 de marzo de 1978 cuando se funda la Asociación Ágape de El Salvador y desde esa fecha hasta el momento en que Dios lo llama, usted dio su vida por un país, pues la siembra de amor que usted hizo hoy es un ejemplo. También fundó el periódico Senderos, que era de gozo para los sonsonatecos leer su grandeza reflejada en cada letra. Su pérdida deja un vacío irreparable, no hay Flavián Mucci a la vuelta de la esquina; usted le dio rostro al hambre, a la pobreza, a la niñez más desfavorecida del país y eso no es tarea fácil; siempre escogió el camino difícil y su tenacidad por cambiar la vida de las personas es de admirar; no hubo tiempo para usted sino para el otro.
Debemos entender que su obra de amor fue el plan de Dios para que usted dignificara a tantos salvadoreños. Parece que un plato de comida es fácil de obtener pero no para una familia de escasos recursos cuando sabemos que aún en el 2021 hay niños, ancianos que viven en la indigencia, que buscan comida en basureros, es una durísima realidad; sin embargo, su loable labor hizo de usted un apóstol, un hombre que en día a día siempre estuvo presto a ver la pobreza, el hambre y la miseria donde nadie ve, o nadie quiere ver.
Su vida fue siempre un ejemplo, cuánta falta hará, cuán agradecidos debemos estar de todo lo que hizo por un país, tierra que usted amó y adoptó. Gracias, Padre Flavián, por enseñarnos a dar sin esperar recibir, por dar su vida por nuestra gente, por practicar “Ama a tu prójimo como a ti mismo” y sí que usted se lució con amar tanto, con dar tanto, con enseñar tanto. Que nuestro país pierda a un hombre de su altura es para hacer un antes y un después en nuestras vidas sus obras deben seguir dando ese amor Ágape que usted enseñó en la práctica, no sólo en prédicas ni en ritos religiosos, sino que los llevo a la realidad, dio el todo por el todo para combatir la pobreza, el hambre, el desaliento y su legado, cambió la vida de miles salvadoreños.
El vacío que deja es indescriptible, será el tiempo quien irá poniendo las piezas en su lugar y nuevamente, su amorosa obra quedará expuesta ante propios y extraños la grandeza que revestía su amor a este país. Su partida nos deja tristes pero agradecidos ante su amor a El Salvador y especialmente a Sonsonate sabedor de su incansable esfuerzo, tengo claro que aun, junto a Dios, seguirá sirviendo y cuidando a nuestro pueblo.
Usted siempre estuvo cerca del pobre, su trato afable y sencillo debe enseñar que Dios manda a su mejor gente a servir, y debemos retomar su obra: “Servir al necesitado” y solo así, podremos comprender. Sus obras hablan por el “Padre Flavian Mucci”; usted dejó la tranquilidad de su vida para vivirla junto a la gente, para hacer del Evangelio palabra viva. El país ha perdido a uno de sus mejores hijos, el Cielo ha ganado a uno de sus mejores hijos y debemos buscar sus huellas y por más que el camino sea difícil, sirva su ejemplo de amor a Dios a Sonsonate y a El Salvador como un ejemplo del amor más puro que pueda existir: El amor de dar sin esperar, de ayudar sin ser visto y sobre todo de devolver la fe que en nuestro país existen Organizaciones no gubernamentales que verdaderamente trabajan para hacer el bien.
Que su obra sea permanente y su recuerdo eterno, querido Padre Mucci...

Médico.