La Eco-Teología, un llamado a la humanidad

En mayo 2015, el Papa Francisco alza su voz contra la depredación de la naturaleza con su carta encíclica Laudato si mi Signore: Alabado Seas mi Señor, sobre el cuidado de la casa común.

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La salvadoreña se encuentra representando al país en el Reinado Internacional del Café. Foto: imagen de carácter ilustrativo y no comercial/https://www.instagram.com/p/CYSyCgrjpAb/

Por Mario Aguilar Joya

2022-01-04 4:00:08

Para muchos, fue el biólogo de origen alemán Ernest Haeckel (1834-1919) quien acuñó por primera vez el concepto de Ecología en el año 1869. Él lo definió como “el estudio de la interacción e interdependencia entre los seres vivos y el ambiente que le rodea”. Esta definición puntualizo el inicio formal de una rama de la biología que había sido conocida desde mucho tiempo antes de esa fecha.

De hecho, sabemos que la visión bíblica reconoce que el único dueño de la naturaleza es Dios. El hombre ha sido facultado por Él para usarla, pero no explotar ni destruir los recursos naturales. Múltiples ejemplos se encuentran en el Antiguo Testamento que respaldan esta versión: La fertilidad de la tierra era producto de la obediencia a las leyes de Dios (Levítico 26, 32 y Deuteronomio 11, 13-21), los árboles que daban frutos no deberían ser destruidos en tiempo de guerra (Deuteronomio 20,19), una parte de las tierras productivas debían ser dados a aquellos que no poseían tierras para cultivar (Éxodo 23, 10-11 y Levítico 25, 1-7), entre muchos otros pasajes bíblicos relacionados con el cuidado del medio ambiente.

Es más, al revisar la historia podemos notar que los estudiosos de la teología se han esforzado por llevar a los cristianos el concepto que debemos amar y cuidar la naturaleza. Así, los rabinos antiguos dejaron plasmados en el Mishna y el Talmud programas para la santificación de la naturaleza, la prohibición de la depredación sin sentido de la vegetación y el causar sufrimiento innecesario a los animales.

Fue en la década de 1970 cuando el teólogo de la liberación brasileño Leonardo Boff incursionó en lo que él denominó “Teología Verde” que era una manera de vincular la teología con la ecología y hacer un llamado mundial para el cuidado de nuestro medio ambiente, pues ya en esa época se veía la devastación que los humanos hacíamos de nuestro medio ambiente. Leonardo Boff aún propone como soluciones a la crisis del medio ambiente: “Volver a la ética del cuidado, trabajo de la tierra sin explotación, producción sin contaminación, competencia sin arrogancia y solidaridad a partir de los más débiles”.

El Ministro de la Iglesia Protestante de Escocia, Ian Bradley, publicó en 1993 el libro “Dios es verde. Cristianismo y Medio Ambiente”, en el cual hace mención de lo expresado sobre el medio ambiente por los Padres de la Iglesia y los grandes teólogos de la espiritualidad medieval, enfatizando que el cristianismo debe profesar una autentica “Fe verde” en referencia a que tenemos que ver la mano de Dios en nuestra naturaleza.

En mayo 2015, el Papa Francisco alza su voz contra la depredación de la naturaleza con su carta encíclica Laudato si mi Signore: Alabado Seas mi Señor, sobre el cuidado de la casa común. (https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html). Pero su participación en el énfasis del cuidado ambiental se mantiene a la fecha, cuando para la Cumbre del Clima en Glasgow (COP26) hace un llamado para “promover acciones para una conversión ecológica y educativa”.

El Papa Francisco incluso llega a ofrecer a los cristianos opciones sobre el cuidado ambiental: plantar árboles, reducir el consumo de agua, apagar las luces que no se estén usando, separar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos. Además, haciendo memoria de un refrán español, nos recuerda: “Dios perdona siempre, los hombres perdonamos a veces, pero la naturaleza no perdona nunca...” En otras palabras, golpe que recibe la naturaleza será un golpe que más temprano que tarde recibiremos de regreso los seres humanos. Sin duda, una reflexión que deberíamos atesorar ahora que iniciamos un nuevo año.

Doctor en Medicina y en Teología.