Covid-19: ¿Dónde estamos, hacia dónde vamos?

Se deben vacunar al menos 2,860,000 salvadoreños, si se utiliza solamente la vacuna Astrazeneca y se mantiene el "Erre de Control” Rc en 1.5.

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Óscar Picardo, Director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación ICTI-UFG. Foto EDH

Por Óscar Picardo Joao

2021-03-15 8:08:42

La dinámica de la pandemia de Covid-19 ha pasado de la generación “0” con el primer caso de contagio en marzo de 2020, a las generaciones 1 y 2 de contagio comunitario y expansión, y actualmente se busca la generación “N” de inmunidad. El saldo “oficial” a un año de la enfermedad es de 60,000 casos y 1,950 decesos; probablemente la cifra de contagio sea mucho mayor (¿10% de la población contagiada? era hipótesis de INCAE a 400 días, muy realista), obviamente el dato depende de la cantidad de pruebas que se apliquen…

A un año de pandemia, los hospitales no colapsaron y no hubo muertos en las calles; se instauró la cultura de las mascarillas y desinfección de manos en la mayoría de locales comerciales y oficinas a nivel nacional; el distanciamiento social se ha aplicado con cierta discrecionalidad; y se mantuvo el sistema educativo cerrado, la decisión más inteligente.

A partir de ahora incluimos en el análisis el “Erre de Control” (Rc); durante un año se utilizó el “Erre sub cero” (R?) como parámetro para entender el dinamismo de contagio. El Rc incluye las relaciones de las tasas de trasmisión, recuperación y vacunación y, se ajusta con la proporción de susceptibles en el tiempo.

Ahora bien, las preguntas que debemos responder son ¿cuál será el tamaño de la epidemia?, ¿cuándo finalizará?; en un modelo determinista SIR el tamaño esperado de la epidemia (y) se calcula resolviendo la siguiente ecuación trascendente:

En términos sencillos, esto significa que con una tasa de contagio de 1.5 –como la actual- y con una población de 6.5 millones de habitantes, la cantidad de infectados podría llegar a ser de 58.3%, es decir 3,789, 500, si NO vacunamos y se mantiene el actual dinamismo de contagio, aspecto que no va a suceder ya que se comenzó a vacunar.

No debemos excluir en el análisis el IFR (riesgo de muerte por infección, siglas en inglés) o tasa de letalidad; según datos oficiales, al 8 de marzo el país reportó 1,923 fallecidos y 61,539 casos de infectados; por tanto, el IFR es (1,923 / 61,539) x100 = 3.1 %. Esto significa que de cada 100 personas infectadas fallecen 3.

Si el tamaño de la población a ser infectada es 3,789,500 y la población infectada real es 63,459; por tanto, el % avance de la pandemia en El Salvador es (63,459 / 3,789,500) x100 = 1.67 % de avance.

La vacunación reduce el Rc porque si vacunamos a todos y la eficacia de la vacuna es de 50%, entonces el Rc se reduce en un 50%. Hay una relación entre la efectividad de la vacuna (h) y la proporción de las personas vacunadas (p). Cuanto mayor sea el Rc, mayor será la efectividad requerida por la vacuna para llevar Rc a un valor inferior a 1.

La forma más simple de estimar la proporción de la población (p) que requiere ser vacunada para controlar una epidemia está dada por la siguiente relación:

Se deben vacunar al menos 2,860,000 salvadoreños, si se utiliza solamente la vacuna Astrazeneca y se mantiene el Rc en 1.5. Si en promedio se aplicaran 2,500 vacunas al día (2,860,000 / 2,500) necesitaríamos 1,144 jornadas de vacunación, equivalente a 3.17 años para completar la proporción de vacunados. Obviamente, si duplicamos la cantidad de vacunas se reduce a la mitad el tiempo y así sucesivamente. Con otras vacunas los números cambian (Moderna, Sputnik, Johnson & Johnson, Pfizer, etc.)

La epidemia finalizará cuando el Rc se disminuya y sea menor que uno. La buena noticia es que depende de nosotros, si nos vacunamos y seguimos cumpliendo con las medidas de bioseguridad podemos acelerar el fin de la epidemia.

Finalmente, algunas ideas importantes: La apertura de los centros educativos es crítica para un rebrote; se deben tener protocolos de respuesta rápida ante contagios focales. Se debe mantener el uso de mascarillas y las medidas de bioseguridad en oficinas y comercios, si se baja la guardia el riesgo de contagio sigue siendo significativo. Se debería facilitar los mecanismos de vacunación privada para aquellos ciudadanos o empresas que desean adquirirla y así sumar a los esfuerzos del gobierno.

 

Óscar Picardo Joao
(con aportes de James Humberstone)
opicardo@asu.edu