El Salvador atraviesa uno de sus peores momentos en relación a la pandemia, todos pensábamos que una vez vacunados contra el virus sería como tener una carta a la salud de libertad condicional donde podríamos movernos por donde quisiéramos pero no, el virus está incontrolable y la mortalidad es altísima.
No entraré en detalles sobre los pro y los contra de la vacuna sino que intentaré que se entienda que de lo que le pase a usted y a su familia como a todo un país, mucho depende de nuestras acciones preventivas, de no olvidar las mascarillas, la desinfección, evitar aglomeraciones y tomar con toda la seriedad el auto cuido.
No puede un estado brindarle la protección a cada ciudadano pero sí un programa masivo de educación, promoción y prevención. Y en un país donde el hacinamiento, la sobrepoblación y un pésimo servicio de transporte público van de la mano es nuestra responsabilidad cuidar de nosotros y de los nuestros.
Los hospitales están llenísimos, el desborde en el número de casos es claramente perceptible y nuestra economía no permite un cierre parcial pues el país atraviesa una crisis económica como nunca, solo siendo responsables y cumpliendo las medidas del auto cuido es que saldremos adelante. Pareciera que a la población salvadoreña la vacuna le ha dado una falsa sensación de protección cuando no es así y eso que no se llega a la meta esperada. No es la vacuna la que salvará la vida sino que serán las medidas preventivas lo que vencerá al virus.
Debemos cuidar a nuestros menores, pues ya el MINSAL reportó el fallecimiento de un menor de 5 años. Observo que esta alza de casos de #COVID_19, quienes no están en el área de salud lo toman a la ligera, pues pareciera que solo los que estamos en primera línea somos testigos del drama que vive un paciente y su familia cuando se ve afectada por el virus.
Ya no se trata de buscar culpables, solo basta con ver la realidad de lo que vivimos y, por ende, ¡ser responsables! Pocas veces el mundo se ha visto azotado por un virus tan letal y mientras luchamos contra el #COVID_19 a la vez se lucha contra una pobreza que golpea a todo un país: sabemos que una persona que trabaja en el sector informal le es imposible quedarse en casa. Debe salir a las calles a ganarse lo del día, pero eso no la exime de evitar el auto cuido. Además, todos aquellos que tienen la oportunidad de cuidarse ¡háganlo!
No es fácil ver hospitales con decenas de personas afectadas y el drama de familias enteras preocupadas por un miembro de su familia afectado, contagiado, enfermo, ingresado y muriendo.
No podemos creer que todo acabó, al contrario, tenemos a un virus más letal, más agresivo, más virulento y de mayor transmisibilidad donde la vacunación puede quedar en entredicho, pues muchas personas que ya han recibido las dos vacunas se ven afectadas y, si buscamos el lado bueno de la vacuna, es para preguntarse: ¿qué pasaría si no tuviera las dos dosis? El caso clínico fuera letal.
Como médico, le recomiendo a la población que no baje la guardia, que seamos responsables, que cuidemos a los nuestros y que debemos entender que el virus vino para quedarse y es nuestra responsabilidad o irresponsabilidad quienes definirán nuestras vidas. Nuevamente insistiré a las autoridades de salud las siguientes recomendaciones : 1) Cambien la política de toma de muestras 2) Un programa agresivo de educación y promoción de salud 3) Modifiquen las estrategias de vacunación para lograr al más corto plazo el 60% de población vacunada con las dos dosis.
Lo único cierto es que cada día la realidad supera a los datos oficiales, lo cual nos lleva a reflexionar siendo el país de la región que más ha puesto la vacuna a disposición de la población preguntarnos : 1) ¿Por qué estamos como estamos? 2) ¿Por qué la transmisión comunitaria nos está ganando la batalla? 3) ¿Qué debemos esperar para tener un cambio en nuestras vidas para evitar contraer el virus? De las tres, la última es una respuesta individual, las demás le competen a las autoridades sanitarias.