A votar, abogados, pero seamos honestos con nosotros mismos

Ya que la ley nos ha concedido a los abogados el privilegio de seleccionar a 15 candidatos a magistraturas de la CSJ, tenemos el deber ciudadano, profesional y ético (incluso, obligación moral, diría), de ejercer un voto sensato, reflexivo, informado y responsable.

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El gremio de abogados elegirá este domingo a 15 profesionales del Derecho como candidatos a cinco magistraturas de la Corte Suprema de Justicia. Foto Archivo

Por Enrique Anaya

2021-02-19 8:18:50

PUESIESQUE…sigo con lo del proceso eleccionario que se celebra el 21 de febrero de 2021, en el cual los abogados seleccionaremos a 15 candidatos a magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), así que insisto en el llamado para que los profesionales del Derecho acudamos a los centros de votación este domingo.
Ahora bien, ya que la ley nos ha concedido a los abogados el privilegio de seleccionar a 15 candidatos a magistraturas de la CSJ, tenemos el deber ciudadano, profesional y ético (incluso, obligación moral, diría), de ejercer un voto sensato, reflexivo, informado y responsable.
Por ello, nuestro voto no debe estar determinado por intereses particulares, por meras simpatías o por insignificancias que insultan nuestra inteligencia: así que, perdonen que me exprese con franqueza, pero NO debemos votar a favor de alguien porque sea mi amigo, mi chero, mi pastor, mi compa de la U, el “buena gente”, el que paga la comida, el que invita los tragos, el que organiza buenas fiestas, el que ha prometido que me va a ayudar: si queremos darnos a respetar como profesionales frente a la sociedad, debemos votar por quienes sean, entre los aspirantes, los mejores candidatos.
Ello implica, por supuesto, que los abogados no nos dejemos engañar por populismos y demagogia barata, como esos aspirantes a magistrados que hacen promesas vacías de contenido; o por esos aspirantes que se presentan como “representantes” de una zona del país o de un sector de empleados judiciales (los magistrados de la CSJ no son representantes políticos); o por aspirantes promocionados por magistrados de la CSJ (ahora resulta que hay magistrados que participan en eventos de apoyo…solo que, como por la pandemia ya no se organizan jolgorios, ahora son supuestos eventos académicos y reparten café).
Pero en este proceso eleccionario de abogados, quizá lo peor es lo que he advertido en estos días: desde la semana pasada visité sedes judiciales y casi termino llorando, pues volví a ver ese vulgar “proselitismo” reducido a pancartas que solo sirven de contaminación visual y, lo peor, me regalaron multiplicidad de artículos, como calendarios de escritorio, de colgar y de bolsillo, bolígrafos y, aunque no lo crean, spray de alcohol y mascarillas con el nombre del aspirante.
Reuní, entonces, un KIT DE LA VERGÜENZA: vaya insulto a la inteligencia y dignidad de todos los abogados, que existan aspirantes a magistrados que piensan que regalando baratijas se merecen el voto para lograr una candidatura a la CSJ. En otras palabras, para esa clase de aspirantes, la “moralidad y competencia notoria” que se exige a un magistrado de la CSJ se demuestra repartiendo fruslerías (y no sabemos quiénes financian este tipo de campaña tan abyecta).
Con franqueza, si un aspirante a magistrado de la CSJ recurre a esas prácticas, él sabe que no cumple con el perfil de magistrado, sabe que carece de temperamento judicial y que no es idóneo para el cargo: es una afrenta a la dignidad de los abogados buscar el voto a través de repartir regalitos bayuncos.
Tan reprochable conducta me hizo recordar unas frases que se atribuyen a don Pepe Mujica (ex presidente de Uruguay), y que cambiando algunas palabras son aplicables a esta situación: “Aquel candidato que regala cosas para que lo sigan no es un buen líder, es un comerciante de la política, que te da algo a cambio de tu voto (…) Así que recuerden: el pecado no es recibir el regalo, sino votar por ese comerciante de la política”.
Así que, abogadas y abogados, a votar el 21 de febrero, pero ejerciendo un voto informado, sensato y responsable.

Abogado constitucionalista.