La Libertad está sitiada

La situación que experimentamos en el país nos demuestra que gobernantes con talante autoritario (que, incluso, afirman que hablan con Dios) utilizan el comprensible miedo a la enfermedad para racionalizar y justificar las violaciones a los derechos humano

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Foto EDH/ Mauricio Castro

Por Enrique Anaya

2020-04-21 8:23:50

PUESIESQUE…En el contexto de la emergencia por la pandemia por COVID-19, el municipio costero con el bonito nombre de La Libertad, es el lugar que mejor evidencia el talante autoritario y militarista de la actual administración presidencial.
En el ambiente generado por el desacato de la administración presidencial a expresas resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (SCn/CSJ), el 17/abril/2020, un noticiero local informó que existía movimiento comercial en el centro de La Libertad, lo que provocó la ira del Presidente de la República, así que este ordenó al Ministro de Defensa que impusiera un “cerco sanitario” al municipio, prohibiendo de modo absoluto la presencia de personas en las vías públicas (“Todas las personas tendrán que estar en sus casas”), sin poder salir ni siquiera para comprar alimentos o medicinas, sin plazo (“hasta nuevo aviso” dice el tuit); y que ya después el Ministerio de Salud y Asistencia Social (MINSAL) “le enviará el documento”.
Seamos francos: lo que se ordenó y ejecutó en La Libertad no es, de ninguna forma, un cerco sanitario, pues no existió ni causa ni objetivo sanitario, ya que en tal municipio no se había declarado (al 17/abril/2020) ni un caso de contagio, ni un caso sospechoso: entonces, nunca mejor dicho, que en El Salvador, “La Libertad está sitiada”
En efecto, se trató simplemente, de un cerco militar impuesto como castigo colectivo a toda la población del municipio, sancionando con arresto domiciliario a más de 35,000 personas por la supuesta conducta indebida de algunos sujeto, al extremo que a través de Twitter, el Presidente derogó temporalmente y circunscrito a una zona geográfica, las autorizaciones previamente dispuestas por el MINSAL para la compra de alimentos y medicinas.
Las comunicaciones institucionales de entidades estatales confirman que el llamando “cerco sanitario” a La Libertad fue una farsa, pues no tienen reparo en declarar que aquel se impuso por “violar la cuarentena”, como acto sancionatorio, no como medida sanitaria.
El sitio contra La Libertad es una preocupante muestra de los excesos de la administración presidencial durante la pandemia, ya que en tal acción se acumulan una serie de infracciones jurídicas y violaciones a los derechos humanos, entre ellas: (a) emisión de una orden presidencial por Twitter, que se ejecuta y materializa sin previo acto administrativo de la autoridad competente (MINSAL); (b) derogatoria parcial y temporal, mediante Twitter, de disposiciones emitidas por el mismo MINSAL; (c) imposición, sin habilitación legal, sin previo proceso y sin posibilidad de control judicial, de un toque de queda y arresto domiciliario de miles de personas; (d) el abuso de poder por la imposición de un castigo colectivo lo que supone la violación de las nociones básicas sobre responsabilidad individual y derecho sancionatorio.
La situación que experimentamos en el país nos demuestra que gobernantes con talante autoritario (que, incluso, afirman que hablan con Dios) utilizan el comprensible miedo a la enfermedad para racionalizar y justificar las violaciones a los derechos humanos, por lo que es esencial tener en cuenta que, como declaró la Corte Interamericana de Derechos Humanos, las medidas que se adopten para hacer frente a la pandemia deben disponerse y ejecutarse con criterios científicos y con pleno respeto a los derechos humanos.
En definitiva, la lucha contra la pandemia debe hacerse dentro de los cauces constitucionales y legales, pues aquella no debe servir de coartada para el uso arbitrario y abusivo del poder, desconociendo e los derechos fundamentales de las personas.
P.D.: este es un breve resumen de un artículo enviado a México para su publicación, en el cual se reseña la triste historia del sitio a La Libertad.

Abogado constitucionalista.