Ansiedad y miedo frente al COVID-19

El aislamiento social no es fácil para muchos, pero se puede sobrellevar, es cuestión de actitud.

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El que los reos no puedan acostarse para dormir por las noches si no turnarse en las bartolinas policiales, es un signo para los abogados que hay saturación, lo que se convierte en un alto riesgo de contagio, dicen. Foto EDH / archivo

Por Karla Interiano

2020-03-27 11:10:52

Actualmente el mundo entero se ha visto afectado por la pandemia llamada COVID-19, de la que todos comentan, de la que todos temen y la que ya cobró muchas vidas en diferentes países.
Un gran porcentaje de personas se encuentra en hospitales, enfrentando el virus, y otra población en observación, por ser posibles portadores del mismo, el cual hace a toda la humanidad vulnerable físicamente ante un contagio y psicológicamente frente al temor de ser contagiado, por la naturaleza de dicho virus, su forma de propagarse y la velocidad con la que progresa.
Los episodios de ansiedad y hasta de pánico podrían presentarse ante situaciones de riesgo o incertidumbre, como la que acontece frente al COVID-19, en donde la persona podría sentirse amenazada a lo que pueda sucederle, y por ello, resulta importante aprender a identificar síntomas que nos alerten a reconocer que nos salirnos de control, para buscar alternativas de prevención, ya que, si bien es cierto, podría resultar normal y justificable algunas reacciones o manifestaciones de ansiedad o pánico en el ser humano, es necesario auto controlarse.
Prueba de lo anterior son los casos observados de personas que se han acercado a los supermercados en diferentes países, quienes reflejando desesperación por abastecerse lo más que puedan, demuestran una compulsión por comprar, y no necesariamente productos de primera necesidad, hasta el grado de violentar a los otros usuarios por adquirir los mismos.
Las personas que se ven afectadas por episodios de ansiedad pueden reflejar nerviosismo, lucir tensas, con respiración agitada, transpiran más de lo normal, pueden presentar cansancio o sensación de debilidad, entre otros. De igual manera sucede frente a un episodio de pánico, la persona refleja un miedo intenso y sus crisis de angustia se vuelven más repetitivas, puede llegar a tener miedo hasta de perder la vida.
Por ello, es importante que no sólo velemos por nuestra salud física, sino también por nuestra salud mental, durante y después de la situación que se vive, para afrontarla de la mejor manera posible y que no haya una alteración psicológica posterior.
Evite navegar en redes sociales para desconectarse un poco de lo que acontece en otros países y evitar información que carezca de credibilidad, sin que ello no lo limite a mantenerse informado de lo que acontezca, por los medios oficiales de comunicación. Esfuércese por ser responsable, tomando las medidas preventivas que ha recomendado el Gobierno, ya que todavía se observa falta de conciencia social en la población. De igual manera, busque alternativas para canalizar esa ansiedad o angustia que usted pueda estar generando, la cual rebotará en los miembros de su familia, especialmente en los niños, quienes son la población más vulnerable y que a su vez, modelan y perciben lo que los adultos les proyectan.
Programe una rutina diaria, realice un poco de ejercicio físico, coma saludable, lea un buen libro que le llame su atención, aprenda a relajarse con una buena melodía musical o técnicas de relajación que tenga a su alcance, practique juegos interactivos, seleccione ver una buena película o serie, practique la respiración adecuada, ya que le permite oxigenar su cerebro, para los que son creyentes, póngase en comunión con Dios. Procure no consumir bebidas alcohólicas, ni cigarrillos, ya que alteran más su sistema nervioso y perjudican su salud.
El aislamiento social no es fácil para muchos, pero se puede sobrellevar, es cuestión de actitud. “Quedarse en casa” nos ha permitido compartir más tiempo con nuestro núcleo familiar, cuidar de una mejor manera a nuestros hijos y sobre todo, estar más cerca de ellos, proyécteles un ambiente de confianza y bienestar.

Psicóloga.