Solidaridad: el fenómeno social de la propagación del COVID-19

Todos los pueblos necesitan, en un momento dado, elevarse, tener admiración en algo o alguien que transmite una idea positiva fuerte. Hoy en día, en los países más impactados por la pandemia, son los profesionales de la salud los que ejercen ese papel

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Foto EDH / Lissette Lemus

Por Pascal Drouhaud

2020-03-24 8:45:42

Mientras la pandemia del COVID- 19 se expande en el mundo, un fenómeno crece proporcionalmente: el apoyo y las muestras de agradecimientos al personal de enfermería y en el sector de salud de manera general.

Que sea en Colombia, en Italia, en Bélgica, en Francia, es patente. En Francia, la población sale a sus ventanas cada día a las 8 :00 p.m. para aplaudir, cantar, gritar, palabras de agradecimientos al personal de salud, que constituye la primera línea de defensa contra el coronavirus. En París, la Torre Eiffel se enciende a esta hora, acompañando esta demostración popular desde que las medidas de defensa de la población han sido reforzadas frente a la extensión del virus. Sin duda, la angustia, la toma de conciencia del peligro que lleva este virus, todavía sin vacuna, explican en parte esta realidad.

Pero —y aparece claramente en Francia— se refuerza mientras la incomprensión frente a la falta de acceso a productos como máscaras, gel para manos aceleró la conciencia común hacia profesiones y personales que han escogido el servicio al otro, corriendo potencialmente un riesgo para su salud cuando no es sobre su vida, como hoy en día.

Enfermeras, médicos, personal técnico en los hospitales, clínicas, están en el frente de guerra. Los aplausos diarios van a ellos y al compromiso que escogieron cuando quisieron entrar en estas profesiones de salud. En Francia, en 2015, pocos días después de los terribles atentados de enero de 2015 contra el periódico satírico “Charlie Hebdo” tanto como en noviembre de 2015, poco después de los ataques de varios comandos integristas en varios puntos de la capital, donde murieron 130 personas y resultaron heridas 413, fueron las policías, el Ejército, quienes recibían los honores de la población.

Cada combate y lucha tiene sus héroes. Aun más significativo es cuando son personas desconocidas, haciendo un trabajo integrado en la sociedad , una acción que parece común porque olvidamos la dedicación que implica. Pero el compromiso tomado, en la conciencia del interés general, nunca es común. Y es el aspecto paradójico de nuestra época, que manifiesta estos aplausos: emocionante, motivante pero a la vez preocupante. Necesitamos siempre catástrofes para crear un impulso de toma de conciencia que nos permite volver a lo esencial.

Hoy en día surge el drama de la pandemia del coronavirus para tener conciencia de la importancia del sector de la salud y de las profesiones ligadas, para la unidad social.

Este fenómeno mezcla varios aspectos : el respeto a los que están en la primera fila de una batalla que hizo en el mundo, por el momento, mas de 10,000 muertos, 4,000 solo en Italia, 450 en Francia. Fueron 3245 en China. Son 240,000 los contaminados.

Los aplausos son muestra de aliento para los que están diariamente en contacto con la enfermedad y los enfermos. Unos consideran que son realidad reclamos y desafíos hacia los poderes públicos que no supieron prever la progresión del virus. La economía, como en los demás países, está adoptando un ritmo lento. Los comercios cerrados, una demanda reducida que obliga a las empresas, sean pequeñas, medias o grandes, a limitar sus propias producciones y poniendo una parte de su personal en desempleo técnico y parcial. La máquina económica está deteniéndose.

La catástrofe nacional obliga a tener conciencia que es la Nación en su globalidad la que logrará vencer el peligro. El virus recuerda que no existen fronteras para ser infectado. Nada detiene al virus salvo la conciencia del respeto a los demás. Protegiéndose se está permitiendo a mi vecino no tener el virus y salvarse. Es el tema de una campaña de información para crear una solidaridad común, con sitios “Salva vidas… quédate en casa”. Esta conciencia despierta una nueva forma solidaridad diaria: los vecinos se ayudan, la gente se llama mucho más. Organismos públicos tanto como privados se movilizan para contestar a la demanda de las máscaras.

Al nivel legislativo y europeo se están acordando nuevas prerrogativas a las regiones en Francia para que puedan reforzar el enlace en lo cotidiano, con sus administrados. El enlace fue lo que más estaba faltando a sociedades comprometidas en una contestación inmediata y siempre más grande, de la demanda de consumo. Francia parece a raíz de la crisis, reentender que la cohesión es la base de la Nación. á unida, mejor sirve como pilar de cooperación a entidades regionales como lo es la Unión Europea.

Úrsula Von Der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, afirmó que “haremos todo lo necesario”. Los sectores económicos y financieros adelantan una salida de crisis. Saben que los Estados pondrán poner en marcha planes de reactivación de la economía.

Mientras tanto, en la población, el sentimiento que prevalece es de preocupación y vigilancia.
Todos los pueblos necesitan, en un momento dado, elevarse, tener admiración en algo o alguien que transmite una idea positiva fuerte. Hoy en día, en los países más impactados por la pandemia, son los profesionales de la salud los que ejercen ese papel. Cada noche, toda Francia, a las 8:OO p.m., se los dice y recuerda.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr