Fiesta del Trono en el Reino de Marruecos

El interés de Marruecos por América Latina siguió aumentando este último año a pesar de las dificultades que supone la expansión del coronavirus. Hubo intercambio de muchas visitas, coordinación en los Foros Internacionales en cuanto a los temas de interés común y de carácter internacional, intercambio de apoyos a los candidatos de las dos partes a ocupar puestos en las instancias internacionales y consolidación de la cooperación a nivel legislativo y judicial.

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El perro que era aparentemente sano, en abril comenzó a presentar mucosidad espesa en la nariz y dificultad para respirar. Foto de referencia Poxabay.

Por Tarik Louajri

2020-07-29 8:42:45

Como cada día 30 de julio el Reino de Marruecos celebra su Fiesta Nacional que en este atípico 2020 conmemora el vigesimoprimer aniversario de la entronización de su Majestad el Rey Mohammed VI. Un día siempre especial, porque más allá de representar la renovación de los estrechos y sublimes lazos entre el pueblo marroquí y su Monarca, supone una oportunidad idónea para hacer un balance, aunque sucinto de algunos logros que han permitido al país enriquecer su palmarés en este proceso constante de evolución y progreso.

El liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI y su visión futurista y valiente, siguieron su discurrir firme afianzando las grandes reformas y consolidando, aún más, las Instituciones Democráticas dotando al país de los mecanismos adecuados para proseguir, con paso firme, su proceso de modernización lo que lo sitúa como potencia regional tanto económica como política y diplomáticamente.

Esta realidad quedó claramente reflejada, en los últimos meses, cuando el mundo se vio azotado por la pandemia de la COVID-19. El liderazgo de su Majestad el Rey salió a relucir en estos complejos y extraordinarios momentos. El Monarca tomó el mando de los acontecimientos y decidió como medida primordial privilegiar por encima de todo la vida y la salud de los ciudadanos ante lo que sería el avance inexorable de la pandemia siendo Marruecos, por su ubicación geográfica, un país de riesgo debido al tránsito de millones de personas por su territorio. Su Majestad el Rey Mohammed VI dio sus instrucciones para que inmediatamente se tomaran medidas que al principio parecieron duras y categóricas pero que con el paso del tiempo, y después de 5 meses de propagación tremenda del virus, han demostrado su eficacia y su pertinencia. Dos hechos lo atestiguan: primero, las cifras de contagiados y fallecidos, que por más bajos que sean siempre son de lamentar evidentemente, pero que considerando la situación epidemiológica mundial, son relativamente bajas. Segundo, los múltiples testimonios de numerosos especialistas que alabaron el rigor y la disciplina con que fueron aplicadas dichas instrucciones por parte de todas las instancias implicadas en el tema.

Destaca a modo de ejemplo, la decisión de su Majestad el Rey de crear un Fondo Especial COVID-19, que facilitó la concreción de dos objetivos de fundamental trascendencia: por un lado, garantizar medios financieros para un seguimiento médico eficaz y, por otro,  atender las necesidades básicas de las capas sociales desfavorecidas, ayudándolas a afrontar las consecuencias económicas de la pandemia con dignidad.

Este liderazgo de su Majestad el Rey a nivel interno, se manifestó también a nivel regional, específicamente en el Continente Africano. El Rey Mohammed VI tomó la iniciativa, mundialmente reconocida y elogiada, de enviar una asistencia médica sustancial a un número importante de países africanos, lo que les permitió amortiguar, mejor y más eficazmente, el impacto de la COVID-19, lo que demuestra, una vez más, el compromiso firme y definitivo del Reino de Marruecos con el Continente Africano.

Es menester subrayar, que en medio de la pandemia, la diplomacia marroquí siguió su ritmo habitual y su contribución para el hallazgo de las soluciones adecuadas a algunos conflictos regionales que interpelan a la Comunidad Internacional y requieren de la coordinación y de la colaboración para su solución. El jefe de la diplomacia marroquí,  señor Nasser Bourita, en dos sendas videoconferencias, aportaba ideas sensatas y consecuentes sobre la situación de inestabilidad  en Libia. Propuso, a este respecto,  la creación de un grupo árabe restringido encargado de elaborar una visión estratégica abierta hacia todas las partes para acercar sus puntos de vista subrayando el compromiso permanente de Marruecos con los países árabes, la defensa de su soberanía nacional y su integridad territorial y el rechazo de cualquier intervención extranjera en dichos países.

Otro espacio que preocupa es el del Sahel, y el Reino de Marruecos, que aportó siempre su colaboración eficaz para frenar las acometidas de los grupos terroristas en esta región, ha vuelto a jugar el papel que le es propio como actor principal en la búsqueda de un desenlace positivo del conflicto, a través de la participación del jefe de la diplomacia que en su intervención en la primera reunión ministerial de la coalición internacional por el Sahel, puntualizó: “para Marruecos el Sahel es más que una zona de vecindad geográfica. Es una zona de pertenencia histórica, cultural, política y geoestratégica”, precisando que “no hay estabilización sin desarrollo, como tampoco puede haber desarrollo sin estabilización”, refiriéndose obviamente a la situación en la región.

No puedo dejar de destacar la evolución positiva que conoce la cuestión de la soberanía del Reino de Marruecos sobre sus provincias del sur y su integridad territorial en el tema del Sahara Marroquí. Así, los apoyos al Plan de Autonomía, presentado por Marruecos en el 2007, continúan suscitando el interés y cosechando el respaldo tanto a nivel bilateral como en el seno de los Foros Internacionales. Marruecos, seguirá en su línea de colaboración sincera con las Naciones Unidas para alcanzar una solución política y definitiva a este artificial conflicto. Resulta significativo recordar en este orden de cosas que un número importante de países africanos han inaugurado, en los últimos meses, sus sedes consulares en las ciudades de El Aaiún y Dakhla en el Sahara Marroquí.

El interés de Marruecos por América Latina siguió aumentando este último año a pesar de las dificultades que supone la expansión del coronavirus. Hubo intercambio de muchas visitas, coordinación en los Foros Internacionales en cuanto a los temas de interés común y de carácter internacional, intercambio de apoyos a los candidatos de las dos partes a ocupar puestos en las instancias internacionales y consolidación de la cooperación a nivel legislativo y judicial. Mención especial merece, el reciente ingreso del Reino de Marruecos, como miembro observador de la Comunidad Andina de Naciones, incorporación que se añade a su presencia con la misma calidad en el Parlacen, Foprel, el SICA, el Parlatino y el Parlandino, espacios dentro de los cuales mantiene una actividad y un dinamismo que le permiten coordinar con todos los países miembros en pro de una cooperación eficiente que permita el desarrollo y la prosperidad de los pueblos de las dos partes. Finalmente, no puedo dejar de expresar mi satisfacción por la evolución de las relaciones entre mi país y la República Hermana de Guatemala gracias a la predisposición y al apoyo de todos los poderes y de todos los responsables de este extraordinario país. También aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos los países donde soy Embajador concurrente (El Salvador, Honduras, Costa Rica y Nicaragua), cuyos responsables no cejan, junto con las autoridades marroquíes, en su empeño para izar los lazos a los niveles que se merecen las afinidades culturales y la historia común, así como, la preocupación permanente frente a los grandes temas que interesan y afectan a las dos partes.

Hago votos para que pronto podamos superar la pandemia que nos asola a todos y poder continuar trabajando en pro de la prosperidad, el bienestar y el desarrollo. Por último, quisiera aprovechar esta ocasión, para renovar mi solidaridad con todos los que han perdido a sus seres queridos y desear una pronta y total recuperación para los que padecen de esta enfermedad y de cualquier otro tipo de sufrimiento.

Embajador del Reino de Marruecos