Se les mira el fustán

Frente a tantas opciones para los acólitos de CAPRES, es necesario que los ciudadanos estemos atentos contra esos intentos autoritarios.

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Foto: Ruz

Por Enrique Anaya

2020-09-14 10:38:56

A los funcionarios y acólitos de la administración presidencial (CAPRES) que están, en esta coyuntura de crisis sanitaria, social y económica, con el disparate de una reforma constitucional integral, se les nota a leguas el propósito de permitir la reelección presidencial o, al menos, burlar la sentencia constitucional que dispuso que para una nueva candidatura presidencial deben transcurrir al menos diez años.
Por ello, aprovechándome de una frase de mi abuelita, a esos que andan promoviendo reformas constitucionales, les digo: “se les mira el fustán”…un fustán reeleccionista y autoritario…así que, aunque juren lo contrario, son evidentes sus insanas intenciones de impulsar una reforma constitucional para una reelección presidencial.
Para los esfuerzos para una reforma constitucional para la reelección presidencial, los escenarios son múltiples, pero posiblemente lo intenten por alguna de estas vías:
•Primera, que la actual legislatura (2018-2021) acuerde la reforma constitucional antes de las elecciones legislativas del 28 de febrero de 2021, y que la ratifique la siguiente Legislatura (2021-2024): esta es la primera opción que están intentando, es con la que sueñan. Por eso han publicitado la idea de reformar la Constitución, para alegar que existió debate público sobre el tema, y que si los partidos que apoyan a CAPRES obtienen mayoría en la Asamblea Legislativa (AL), es porque el pueblo desea la reelección. Políticamente improbable, pero nunca se sabe: ojalá que ningún diputado se preste a semejante sandez política, histórica y jurídica.
•Segunda: si no logran sus malsanos propósitos en esta legislatura, lo que los “fustaneros” intentarán en la legislatura 2021-2024 es burlar la sentencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (SCn/CSJ), que el 25 de junio de 2014 dispuso que “el principio de alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República exige el transcurso de dos períodos del cargo antes de la eventual reelección de una misma persona”, es decir, 10 años. Esta opción implicaría poner un testaferro en el período presidencial 2024-2029 (al modo, para citar la historia salvadoreña, de la llamada dinastía Meléndez-Quiñónez a inicios del siglo XX, o como hizo Putin con Medvédev en Rusia), para que a partir de 2029 ya exista la reelección presidencial continua (dicen por ahí que hasta ya tienen a quien pondrían de títere por 5 años…uno que ahorita “va” de candidato a alcalde).
•Tercera, la vía más grave, que es convocar a una Asamblea Constituyente: en la parte final del comunicado de la Secretaría de Prensa de la Presidencia, del 11 de septiembre de 2020, dejan apuntada la posibilidad de una reforma constitucional a través una asamblea constituyente, por lo que, evidentemente, es una opción que CAPRES está valorando. Al respecto, seamos claros: nuestra Constitución no prevé la convocatoria ni establecimiento de una asamblea constituyente, así que ello significaría un rompimiento del orden constitucional.
•Cuarta: la que -ruego- es posiblemente la vía más improbable, que sería acudir a la SCn/CSJ, para que al modo de los casos de Ortega en Nicaragua, Hernández en Honduras y Morales en Bolivia (¡qué bonita familia!), sea el tribunal que se dice constitucional el que, negando su propia razón de existir, autorice la reelección presidencial, bajo la atrocidad- histórica, política y jurídica- de afirmar que prohibir la reelección presidencial significa violar los derechos humanos del Presidente de turno.
Así que, frente a tantas opciones para los acólitos de CAPRES, es necesario que los ciudadanos estemos atentos contra esos intentos autoritarios.
Definitivamente, como dijo una amiga, hoy día tenemos, de los creadores de “mañana te pago” y “sos el único amor de mi vida”, una nueva puesta en escena: “no pretendemos la reelección presidencial”.