Aberraciones inconstitucionales

Esta reforma contrasta con la Ley Alabí, mediante la cual no pueden ser investigados los funcionarios que hicieron mal uso de fondos públicos durante la pandemia, un cheque en blanco para que mientras sean funcionarios de NI y GANA pueden realizar impunemente actos de corrupción

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Foto de referencia / Pixabay

Por Teresa Guevara de López

2021-07-31 2:57:52

¿Qué pasará en septiembre? Con motivo de los 200 años de nuestra Independencia, el presidente Bukele ha anunciado una refundación de la República, mediante una reforma a 196 de los 272 artículos de nuestra Constitución: un 70% de la misma. Una orden del mandatario al Vicepresidente Ulloa, en lugar de ser una iniciativa de 10 diputados como manda la ley.
Las críticas emitidas por prestigiosos abogados, especialmente del doctor Enrique Anaya, nos demuestran que las reformas parecieran tener como objetivo principal, permitir la reelección presidencial para constituir una monarquía totalitaria de la familia de Nayib Bukele. Ante las advertencias de que muchas de las reformas son inconstitucionales, Ulloa ha dado una serie de explicaciones, muchas veces contradictorias, que demuestran que ni él ni los miembros de su equipo son constitucionalistas.
Ulloa asegura que las reformas cumplen con lo establecido en el artículo 248 de la Constitución y serán aprobadas por una legislatura y ratificadas por la siguiente. Posteriormente aclaró, que estas modificaciones contarían con la aprobación del pleno legislativo, y la ratificación sería a través de un referéndum popular. Aquí se comprende por qué tantos abogados sugirieron a Ulloa destruir su título de abogado, así como pretende destruir las Cláusulas Pétreas de la Constitución, que claramente dicen que únicamente se permitirá el referéndum para considerar la unión de Centroamérica. De ser pétreas pasaron a convertirse en lodo, para manosearlas según los intereses del gobernante y sus seguidores.
¿Cuál sería la razón de que las Cláusulas Pétreas no puedan modificarse? Porque en nuestro sistema de gobierno, la democracia representativa permite que los funcionarios electos, al tener una mejor preparación política y técnica que el pueblo al que representan, pueden “modular el deseo de las mayorías”. En caso contrario, existe el riesgo de que los deseos de la población se traduzcan en reformas que puedan ser nocivas para la democracia y para los mismos derechos fundamentales.
Ratificar reformas constitucionales vía referéndum es preocupante por la constante desinformación a la que están sujetos los salvadoreños. Por ello, una mayoría ignorante eligió a Bukele y a los diputados de la Asamblea Legislativa. El diputado de GANA, Numan Salgado, demostró su ignorancia al calificar de “innovador” el proyecto de incorporar la figura del referéndum en la Constitución. Porque la actual, lleva el corte del Mayor Roberto d’Aubuisson, hecha a la medida para defender los grupos de poder”. Numan debería consultar y aprender los nombres de los diputados constituyentes responsables de la Constitución de 1983, todavía vigente.
También aberrante es la reforma al Código Penal para perseguir delitos prescritos, con efecto retroactivo, ya que el artículo 15 de la Constitución dice que “la retroactividad es válida, únicamente si es favorable al imputado”, lo que pone de manifiesto que las capturas hechas de la manera más cruel, para humillar a funcionarios de gobiernos anteriores, a quienes el fiscal impuesto calificó de ladrones sin considerar la presunción de inocencia, es una venganza política.
Esta reforma contrasta con la Ley Alabí, mediante la cual no pueden ser investigados los funcionarios que hicieron mal uso de fondos públicos durante la pandemia, un cheque en blanco para que mientras sean funcionarios de NI y GANA pueden realizar impunemente actos de corrupción. Suena a burla el dictamen de la Comisión de Cultura, para reformar la Ley de Símbolos Patrios y colocar en las instalaciones de la Asamblea la leyenda: “Puesta nuestra fe en Dios” mientras allí se fraguan actos que son totalmente contrarios a leyes divinas y humanas.

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