Conmueve a Francia el sacrificio de dos soldados en rescate de rehenes

La ceremonia de reconocimiento a Cédric de Pierrepont y Alain Bertoncello fue un momento de unión nacional, sobre todo por el valor de dos hombres que dieron sus vidas para que vivieran otras personas.

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Por Pascal Drouhaud

2019-05-17 9:44:41

Se llamaban Cédric de Pierrepont y Alain Bertoncello. Eran miembros de las fuerzas especiales francesas que están librando batalla contra los yihadistas y movimientos terroristas en África. Tenían 33 y 29 años respectivamente. Eran miembros del comando “Hubert”, que es el grupo de excelencia de las fuerzas de marina, especializado en el contraterrorismo y liberación de rehenes. Aparecen sonrientes en las fotos que acaban de ser difundidas para que sepamos quiénes eran…

Murieron en una operación de liberación de cuatro personas mantenidas como rehenes desde hace 28 días por un grupo que se supone ser el de la Katiba Macina, yihadistas que operan en el centro del Malí, África Occidental.
Murieron para que vivieran los rehenes franceses Laurent Lassimouillas y Patrick Picque, así como dos mujeres de nacionalidad estadounidense y surcoreana. La muerte en operación, cumpliendo con profesionalismo y rigor su deber, después que el presidente Macron dio la orden desde Rumania, donde estaba en visita oficial, ha conmovido a Francia.

Eran soldados con valor, ambos actuando en el Medio Oriente y África, condecorados con medallas de reconocimiento al valor en Líbano, Sahel y Medio Oriente. Eran dedicados a su deber nacional, a la defensa de valores por las cuales Francia interviene, al lado de los países de África Occidental, en una guerra contra los yihadistas.

La operación de liberación fue manejada por la fuerza francesa “Barkhane” y la fuerza de tarea “Sabre”, el pilar de las operaciones especiales. Helicópteros, drones, comandos (en este caso los del grupo “Hubert”, que están considerados como los mejores de las fuerzas de marina) mientras los rehenes eran trasladados por sus secuestradores de Burkina Faso hasta Mali. La buena cooperación operacional entre la inteligencia estadounidense y las fuerzas francesas permitió localizar a los rehenes y, después de la orden del Presidente francés, intervenir.

Por cierto, cuando Laurent Lassimouillas y Patrick Picque fueron secuestrados en el parque natural de la Pendjari , en la frontera del Benin con el Burkina Faso, el susto fue grande tanto en Francia como en África Occidental.
La amenaza yihadista se estaba expandiendo en una región puesta bajo presión desde por lo menos desde 2013, año de la intervención francesa en Mali y la región del Sahel. Este año, movimientos islamistas del AQMI (Al Qaeda Maghreb Islámico) estaban ganando terreno en Mali y amenazando la capital, Bamako, después de haber tomado ciudades importantes en el oeste del país, como la mítica Tombuctú. Para que no amenazaran la capital, Bamako, y que no se implantara un califato en medio del Sahel, arriesgando la seguridad de los países de la región como Nigeria, Mauritania, Burkina Faso, Costa de Marfil, Senegal, Francia intervino en la operación Serval.

Francia tenía detectado e identificado el grupo terrorista que depende de la katiba Macina dirigida por Amadu Kufa, un jefe espiritual de 60 años. Volvió en 2015 con un activismo fuerte en el centro del Mali, apareciendo a partir de 2017 a la par de jefes de AQMI y de Al Murabitun y llevando su apoyo al Grupo para el Apoyo del Islam ( GSIM). Hoy en día, estos movimientos aparecen ligados con los yidahistas del Burkina Faso de Ansarul Islam y con ellos al Estado Islámico.

La operación de liberación de los cuatro rehenes reveló una vez más a los franceses la gravedad del peligro que existe.

La preocupación es grande y está basada sobre varios niveles:
-el primero, sobre la evaluación del riesgo. Los dos turistas franceses estaban en una región clasificada como peligrosa por la cancillería francesa. Esta situación puede alimentar una polémica en los próximos días. Liberaron cuatro rehenes pero murieron dos soldados y el sentimiento que este drama hubiese podido ser evitado empieza en correr en las conciencias. Recuerda otra operación en Somalia, en 2013, para liberar a un agente de los servicios secretos franceses, rehén desde 2009 por el grupo Harakat Al Chabab al Mudjahidin. Murió en la operación y fue traumatizante para los fuerzas armadas.

El segundo nivel está ligado al ambiente nacional francés y europeo actual, en el cual existe una tensión sobre los temas relacionados a las fronteras, la identidad, el riesgo terrorista. No debemos olvidar que Francia sufrió atentados yihadistas en su suelo en 2015 y 2016 y varios ataques desde entonces. Los franceses están muy sensibles sobre el tema, y la operación en Burkina Faso hace recordar la latencia del peligro en la misma África Occidental, donde los franceses pueden ser blanco.

La ceremonia de reconocimiento a Cédric de Pierrepont y Alain Bertoncello fue un momento de unión nacional, sobre todo por el valor de dos hombres que dieron sus vidas para que vivieran otras personas.

Este sacrificio nos hace recordar que la defensa de valores y de la libertad es clave para preservar la vida misma, tal como lo hizo otro héroe, el coronel Arnaud Beltrame, en marzo de 2013, intercambiando literalmente su vida con la de una rehén.

Las imágenes de los comandos franceses sonrientes, que fueron difundidas, conmueven más al pueblo.
Sin duda serán testimonios en favor de la búsqueda de una unión nacional que tanto necesita Francia en estos momentos.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN).