Ómicron: prevención, tensiones políticas y nueva variante en Europa

A partir del 27 de enero próximo no será más obligatorio llevar la mascara. Será “recomendado” en espacio cerrados y llenos. El teletrabajo ya no será la regla. En marzo próximo se espera el fin del pleno “aislamiento” para los casos positivos, aunque la prudencia queda como la base del comportamiento.

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Abogado constitucionalista, Enrique Anaya. Foto EDH / Archivo

Por Pascal Drouhaud

2022-01-24 2:48:48

La variante ómicron se expandió desde diciembre pasado en Europa y América del Norte, principalmente en los Estados Unidos. Desde entonces, países como Francia conocen niveles de contagios significativos: sólo el miércoles 19 de enero se detectaron casi 465,000 casos, es decir, el nivel más elevado desde la llegada de esa nueva ola de la pandemia. El mismo día, la epidemia provocó la muerte de 289 personas en ese país, llevando la cifra global desde la aparición de la covid a 127,690.

Estos últimos días, el nivel en Francia era de 300,000 contagiados aunque la presión sobre los servicios de urgencia en los hospitales, siendo real, queda bajo control. Ómicron, a pesar de todo, no tiene el nivel de agresividad de Delta. La comunidad científica internacional se pone globalmente de acuerdo para reconocer que el virus será parte de nuestro “ecosistema” de salud, abriendo la posibilidad -que queda por ser confirmada- de vacunaciones regulares. Lo que sí parece cierto es que está llegando a un término, en un momento dado, gracias a un nivel de inmunidad y de vacunaciones, a las medidas la urgencia sanitaria.

En Europa, varios países establecen un “pase de vacunación” mientras otros escogen la obligación de vacunaciones. Dinamarca instauró una medida: permitir a las empresas poner fin a los contratos de los empleados que no pueden justificar su vacunación y haber sido negativos en unas pruebas de covid.

Enero de 2022 ha sido difícil para todos: además de la explosión de los casos de ómicron, las restricciones sanitarias tuvieron consecuencias sobre la actividad de sectores que ya fueron víctimas de la covid: el sector del turismo en general, con una baja de actividad del transporte aéreo, en los restaurantes y hoteles. El teletrabajo se ha vuelto una práctica que hará evolucionar, sin duda, en los próximos años, la forma de trabajar, de enlazar socialmente a los empleados, lo cual podrá tener, incluso, consecuencias sobre el propio derecho del trabajo.

El Reino Unido ha sido el primero en anunciar una programación de flexibilizaron de las medidas mientras el Primer Ministro, Boris Johnson, está afrontando un lapso de turbulencias a raíz de los “Party gate”, estos encuentros sociales en los jardines del 10 Downing Street, la residencia oficial del Jefe de gobierno, o en los edificios de Whitehall (parte ministerial), copa de vinos a la mano, mientras los británicos no podían tener estos momentos de flexibilidad sanitaria.

“Boze parties”, “Bring your own bottle” dieron un peso político a un debate cuyo eje central consistía en salir de la crisis sanitaria, obligando Boris Johnson a realizar actos y ademanes que cambien el sentimiento de una fractura con el pueblo. Es esencial en un país que sufrió más de 153,017 muertos y afronta la ola de ómicron: más de 200,000 casos al 14 de diciembre pasado. Desde entonces, la baja inició, las hospitalizaciones parecen ser más estables, razón por la cual el Primer ministro británico afirmó ante la Cámara de los Comunes, el Parlamento, que “volviéndose endémica la covid, debemos remplazar las obligaciones legales por consejos y recomendaciones”.

A partir del 27 de enero próximo no será más obligatorio llevar la mascara. Será “recomendado” en espacio cerrados y llenos. El teletrabajo ya no será la regla. En marzo próximo se espera el fin del pleno “aislamiento” para los casos positivos, aunque la prudencia queda como la base del comportamiento.

En Europa, ómicron y las medidas tomadas desde diciembre ocuparon el espacio público y político. La fractura entre los vacunados y los que están en contra se reforzó, traduciéndose en espectro político en rivalidades partidarias que invadió el espacio de reflexión sobre el tema “del Estado de derecho” y de “las libertades”, cuando a la base, el tema central consistía en controlar y acabar con una pandemia que tiene consecuencias económicas y sociales fuertes, además de haber provocado la muerte hasta hoy de más de 5.5 millones de personas.

Una variante reemplaza a otra: ya se está hablando de una sub-variante de ómicron, llegada desde la India y llamada BA.2, latente en el Reino Unido, tanto como en Israel, en África del Sur, en Canadá o en los Estados Unidos. Es sobre todo en Dinamarca donde se detectó la presencia de BA.2, aún más contagiosa que ómicron. ¿Será más violenta? Nueva variante como otras, contra las cuales tendremos que luchar con las vacunas y reglas de protección que volverían familiares de nuestro modo de vivir. Las próximas semanas lo dirán.

Politólogo, especialista francés en relaciones internacionales, presidente de la Asociación Francia-América Latina (LATFRAN). www.latfran.fr