Mucha fatiga, poco trabajo

No triunfa el que hace más cosas, sino el que las hace mejor, el que es más creativo, práctico, confiable, y aporta más… que es un modo de trabajar imposible si al mismo tiempo que nos afanamos tuiteamos,chequeamos cada whatsapp que entra, vemos videos de youtube, consultamos las últimas noticias en línea, hacemos caso a cada “pop up” que quiere hacerse con nuestra atención, etc.

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Lucas Paquetá (i) de Brasil celebra hoy con sus compañeros Neymar Jr (c) y Richarlison tras anotar contra Chile. Foto / EFE

Por Carlos Mayora Re

2021-07-02 8:39:54

Internet multiplica los focos de nuestra atención por dos, por tres, o por lo que cada uno permita. La vida actual nos obliga –en cierta forma- a permanecer ininterrumpidamente conectados, y a merced de una cantidad ingente de datos desarticulados entre sí.
Como resultado de lo anterior, en la sociedad del conocimiento en la que vivimos, se da una curiosa paradoja: la información que todos buscamos y que compartimos afanosamente, cela un peligro muy real: la distracción, el agobio, la perplejidad… de modo que en esto de las autopistas digitales de información también se confirma aquello de que “el que mucho abarca, poco aprieta”.
La información es oxígeno para nuestra actividad diaria. Sin información nos ahogamos… sin embargo, igual que con el exceso de aire, corremos el peligro de “híper informarnos”, marearnos y perder de vista los objetivos de lo que estamos haciendo.
Cada vez con mayor frecuencia trabajamos frente a una computadora, y a veces podemos perder de vista que las actividades profesionales, para que sean productivas, reclaman necesariamente un bien cada vez más escaso: la atención. Misma que hace que los diseñadores de páginas web, redes sociales, empresas comerciales, etc., se “maten” entre sí para lograr la preciosa aplicación de quienes están al otro lado de las pantallas. De ahí que la capacidad de concentración se está convirtiendo en una auténtica ventaja competitiva entre los trabajadores, y un bien realmente escaso debido a la ingente cantidad de reclamos y distractores.
Existe, entre los que estudian el tema, un término para referirse al trabajo insustancial: “shallow work”, lo que en buen salvadoreño podríamos traducir como “trabajo pachito”, o una actividad laboral superficial, de reducida profundidad. Que aparece cuando nuestra atención es acaparada por todo menos por lo que debería, y nuestro tiempo nos es “robado” invadiendo no solo las horas dedicadas a la labor profesional que sea, sino acumulando tiempo que debería estar dedicado a la familia, al descanso, a la cultura.
Desde siempre, cuando estábamos en la oficina, o en lugar de trabajo, habíamos sido capaces de vivir el orden, sabiendo que cada cosa tenía su tiempo, su lugar, y su dedicación. Ahora no, hoy en día, con la conectividad ininterrumpida se puede recibir en cualquier momento, lugar y circunstancia un correo de la oficina (que hay que contestar “urgentemente), o nos pueden pedir que realicemos un trabajo en fin de semana, que “llevemos” a uno de nuestros hijos a una consulta médica en horas laborales… etc.
Contestar correos, atender reuniones, realizar reportes, planificar, tener despachos con los jefes o con los subalternos, atender a cadenas de whatsapps repletos de memes y tonterías, mirar “sólo un ratito” cómo van los eventos de nuestro deporte favorito, platicar con los hijos, o los papás… Todo se traslapa y se forma una masa indigerible que termina por fatigarnos mental y físicamente, de modo que al final del día terminamos exhaustos y con poco o insuficiente trabajo terminado.
Enfocarse, dedicar la atención a una cosa a la vez, aislarse de lo que no tiene que ver directamente con lo que tenemos entre manos ha sido siempre imprescindible para lograr resultados exitosos. Las cosas, a este respecto, no han cambiado. Ahora el “trabajo duro” consiste quizá más en poner empeño por no desparramar la atención, que en hacer lo que tenemos que terminar.
No triunfa el que hace más cosas, sino el que las hace mejor, el que es más creativo, práctico, confiable, y aporta más… que es un modo de trabajar imposible si al mismo tiempo que nos afanamos tuiteamos,chequeamos cada whatsapp que entra, vemos videos de youtube, consultamos las últimas noticias en línea, hacemos caso a cada “pop up” que quiere hacerse con nuestra atención, etc.
Debemos pensar, entonces, cómo hacer menos cosas, pero mejor. Y para ello lograr plena atención a lo que tenemos entre manos.

Ingeniero/@carlosmayorare