¿Cómo lidiar con el entendible escepticismo y escrutinio ciudadano?

Es entendible que los salvadoreños estén escépticos, que no depositen su confianza en cualquier persona particularmente en el tema de seguridad. Los engaños del pasado han sido tan mezquinos y condenables que los nuevos integrantes del gabinete de seguridad tienen que estar preparados a ganarse la confianza ciudadana a puro pulso

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El salvadoreño José Santiago Rovira Ponce murió ahogado en el río Bravo en México. Fotos: Cortesía

Por Carlos Ponce

2019-05-28 9:50:02

La juramentación de Nayib Bukele está a solo unos días. Aunque tomará posesión del cargo el próximo fin de semana, aún no ha revelado quiénes formarán su gabinete de seguridad. Existe la posibilidad de que para cuando esta columna sea publicada estemos ante una situación diferente. Puede que Bukele haya puesto fin a las especulaciones revelando los nombres de las personas que tendrán la responsabilidad de velar por la seguridad de la ciudadanía. Muchos esperan que así sea.

La gravedad de la crisis de inseguridad y los crasos desaciertos del pasado reciente han hecho que este sea uno de los anuncios más esperados. La bipolaridad y oscuridad con la que actuaron los funcionarios de seguridad en los gobiernos del “cambio” transformaron a los salvadoreños en ciudadanos más exigentes, escépticos y acuciosos. Las personas que sean nombradas en el rubro enfrentarán un férreo escrutinio. Cada palabra de su discurso será minuciosamente analizada para tratar de calibrar expectativas, formular pronósticos e identificar cualquier intento de engaño. Además, sus trayectorias profesionales y su formación serán examinadas con lupa para establecer su idoneidad.

Este nivel de exigencia y escrutinio es positivo y, por lo tanto, debe ser bienvenido por el gobierno entrante. Es completamente normal que la ciudadanía, después de tener funcionarios que trataron de pasar una negociación con los cabecillas de las pandillas como una milagrosa conversión masiva de la estructura de mando pandillera, no se conforme con discursos bonitos y promesas rimbombantes. Es natural que someta a los nuevos funcionarios a un examen más exhaustivo y riguroso.

Haber mantenido en secreto los nombres de los integrantes del nuevo equipo de seguridad, además, ha dado espacio para que se den especulaciones y se formulen teorías sobre lo que sucede tras bambalinas. Algunos aseguran que los personajes que colaboran con Bukele en el área de la seguridad pública son tan oscuros que la mejor opción es mantenerlos escondidos hasta el último momento. Otros sostienen que el nuevo presidente aún no ha logrado conformar un equipo de seguridad, por lo menos no uno de personas presentables. Así como estos hay varios rumores que circulan. Después de dar espacio para que se produjeran y agarraran fuerza, el gobierno entrante deben de aceptar la elevada exigencia ciudadana con brazos abiertos.

Esto es especialmente importante considerando casos y reportajes que han salido a la luz recientemente. El cinismo de los graves delitos que se le atribuyen a importantes funcionarios ha golpeado aún más la confianza ciudadana en la clase política. Durante los últimos días, por ejemplo, la Fiscalía realizó varios allanamientos en el contexto de una investigación en contra de Vanda Pignato, ex primera dama, por presuntamente haberse lucrado de un programa de gobierno. El periódico digital El Faro, además, publicó una investigación sobre los exorbitantes gastos de Vanda Pignato y su esposo, el expresidente Mauricio Funes, en lujosas tiendas alrededor del mundo.

Esta semana, adicionalmente, la revista Factum publicó una entrevista que exacerbó las ansiedades ciudadanas, específicamente sobre cómo el nuevo gobierno dará tratamiento a la criminalidad. Factum entrevistó a un presunto jefe pandillero sobre las expectativas que su organización tiene de Bukele. La publicación, aunque el entrevistado lo niega, plantea la posibilidad de que exista una negociación entre el gobierno entrante y las pandillas.

Es entendible, por lo tanto, que los salvadoreños estén escépticos, que no depositen su confianza en cualquier persona particularmente en el tema de seguridad. Los engaños del pasado han sido tan mezquinos y condenables que los nuevos integrantes del gabinete de seguridad tienen que estar preparados a ganarse la confianza ciudadana a puro pulso. La transparencia, honestidad y apertura serán claves para lograrlo.

Criminólogo @_carlos_ponce