CICIES: por ahora el imperio de las mentiras y la censura

Seamos francos: actualmente no existe en el país ninguna CICIES… simple y llanamente, no ha sido ni creada, ni establecida, ni lanzada, ni instaurada, ni cualquier otro verbo que quiera utilizar…el documento firmado entre RR.EE. y la OEA dice, expresamente, que es una Carta de Intención

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Con esta derrota la Selecta perdió 20 puntos en el Ranking FIFA Foto: EFE

Por Enrique Anaya

2019-09-10 5:47:05

PUESIESQUE… ya me preocupaba que esta semana me tocaría comentar sobre el caso de la Letty salvadoreña, esa señora que al mejor estilo de Rápido y Furioso hurtó una patrulla policial y la condujo por varias decenas de kilómetros…pero la insistencia gubernamental en el show de la tan cacareada Comisión Internacional contra la impunidad en El Salvador (CICIES) me hizo recordar el título de una famosa novela de Sem-Sanberg, El imperio de las mentiras…aunque a nosotros nos tocaría añadir y de la censura.

En efecto, al apreciar de modo integral la puesta en escena con relación a la CICIES, fácilmente se aprecia que, al menos hasta hoy, todo se trata de un espectáculo que podemos equiparar a una exhibición de teatro negro y de sombras, en el sentido que se reduce a una fantasía hecha, en el caso de la CICIES, a través de lenguaje ambiguo, medias verdades y falsedades, a fin de decir que existe lo que en realidad no existe ni de cerca.

Y es que a pesar que la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha decidido participar en parte del espectáculo, la publicación en el sitio web de la organización internacional del documento firmado entre el Ministerio de Relaciones Exteriores (RR.EE.) y la OEA ha dejado en total evidencia y al descubierto a la administración presidencial.

Seamos francos: actualmente no existe en el país ninguna CICIES… simple y llanamente, no ha sido ni creada, ni establecida, ni lanzada, ni instaurada, ni cualquier otro verbo que quiera utilizar…el documento firmado entre RR.EE. y la OEA dice, expresamente, que es una Carta de Intención, en la que se consigna que existe “(…) intención de establecer una CICIES, y se comprometen a firmar un Convenio con ese propósito dentro de los tres meses siguientes a la suscripción de esta Carta de Intención”.

Así que, aunque se monte una conferencia de prensa en la que se aseveren cosas distintas de lo firmado, aunque se publiciten tuits afirmando lo que no es cierto, aunque sitios webs con apariencia de medios de comunicación reproduzcan el discurso oficial, lo único que hasta la fecha realmente existe es una Carta de Intención…clase de documento que en derecho internacional no supone ninguna obligación, no hay compromiso efectivo alguno…pido disculpas a los internacionalistas, pero siendo honestos, una carta de intención como la firmada entre RR.EE. y la OEA, sobre todo por el impreciso y ambiguo lenguaje utilizado, es casi como un propósito de Año Nuevo…ajá, a ver: ¿cuántos siguen haciendo ejercicio todos los días?, ¿cuántos han cumplido total y diariamente la dieta que empezaron en enero?

Ya sabemos y tenemos asumido que la propaganda gubernamental trata precisamente de exagerar los logros y de ocultar los fracasos, pero con las actuales formas de acceso a la información, la realidad se termina imponiendo. Confieso mi total ignorancia de los motivos de la administración presidencial para ocultar en este caso la verdad a la ciudadanía, pues de ser real y seria la voluntad de crear una CICIES, debe hacerse conforme a los procedimientos legales aplicables, con intervención de fuerzas sociales y políticas y con participación de las instituciones a involucrarse en la lucha contra la corrupción.

P.D.: por cositas como ese triste show de la CICIES es que insisto, como expuse hace meses, que Casa Presidencial debería hacer el esfuerzo por contratar abogados —jóvenes, innovadores, valientes, honestos, con sólida formación en derecho constitucional o administrativo—…pero, bueno, como ahora Casa Presidencial es casi exclusivamente una agencia de publicidad, pues quizá no les alcanza para contratar juristas.

S. Enrique Anaya

Abogado constitucionalista