No olvidemos los demás temas de país

Ya vimos que la Sala de lo Constitucional es otro apéndice del Excelentísimo, así que la lucha debe hacerse desde las entidades cívicas. No tiren la toalla; como abogados, su deber en defensa del Estado de Derecho es mucho mayor que la del resto de la población

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Edson Arantes do Nascimento, Pelé. Foto EDH / Archivo.

Por María Alicia de López Andreu

2021-06-25 4:59:25

Estando todavía fuera del país, he podido leer excelentes editoriales que denuncian las barbaridades promovidas por el Excelentísimo, mientras la atención está enfocada en el “sí o no” del bitcoin.
Un ejemplo es el caso de Neto Muyshondt, esa pretensión en destruirle, moral y físicamente. Si debe algo ante la ley, que afronte las consecuencias, pero siendo tratado con justicia y con todas las garantías para su defensa. Y mientras a Neto lo denigran al máximo, al monstruo de Chalchuapa lo tratan casi con cariño. Nada sorprende de este régimen, pero la indignación crece y crece. Porque el caso de Chalchuapa está bajo un profundo secreto que nos obliga a pensar en la olla podrida que se está cocinando desde las más altas autoridades. ¿Por qué? ¿Sólo para tapar la ineficacia del cacareado y desconocido plan de seguridad? ¿O hay algo todavía peor, como pago de favores? ¿Adeudados a un sicario? ¡Ah!, disculpen, se me olvidaba que ahora el tema único debe ser el bitcoin.
Y la terrible nueva amenaza del cambio de nuestra Constitución, implementando en ella todos aquellos artículos que han servido para destruir a países, en otras épocas prósperos porque eran libres y ahora paupérrimos porque perdieron la libertad. Otro tema gravísimo, escondido tras el bitcoin. He leído también otros excelentes editoriales, escritos por abogados, que señalan la gravedad del cambio de nuestra Carta Magna. Pero echo en falta más señalamientos y denuncias de los académicos del Derecho y sus respectivas Facultades. Ya vimos que la Sala de lo Constitucional es otro apéndice del Excelentísimo, así que la lucha debe hacerse desde las entidades cívicas. No tiren la toalla; como abogados, su deber en defensa del Estado de Derecho es mucho mayor que la del resto de la población. Y que Dios tenga misericordia de los “diz que abogados” que actualmente, siendo diputados, defienden todas las aberraciones inventadas por el Excelentísimo. ¡Hasta se ufanan! Los veremos el día de mañana, cuando estarán llorando las consecuencias, a la par de todos nosotros, el resto de la población. También el bitcoin les pasará la factura.
Y el tema que, a mi juicio, es el más doloroso es el de los desaparecidos. El hecho de que el Ministro de Justicia, enardecido, tenga el tupé de tratar de hacer callar a los parientes de las víctimas, es inaudito. Talvez la Fiscalía, también apéndice del Excelentísimo, oculte cifras y niegue auxilio a quienes, angustiados, buscan a sus seres queridos, pero las redes sociales informan en tiempo real lo que está sucediendo. A unos padres que no encuentran a un hijo, a una hija; a unos cónyuges que buscan desesperados al padre o la madre de sus hijos, el bitcoin les vale un pepino. Qué injusticia que, a su dolor y preocupación, se añada la ofensa de la falta de empatía, la orden de silenciar su pena, la ausencia de colaboración. Pueden gastarse todo el presupuesto nacional en tratar de hacerse una imagen maravillosa, pero la horrible realidad vivida por esas pobres personas les perseguirá hasta la eternidad, donde la justicia les alcanzará irremediablemente.
Hay muchas situaciones graves, dolorosas, injustas, peligrosas, que por falta de espacio no menciono, pero usted conoce, que han quedado opacadas por el bitcoin. Ya ven, ni siquiera se ha implementado y ya nos está causando un enorme daño.

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