La vida pasa solo una vez: como la nube y el astro fugaz

“La vida sólo pasa una vez”, dice el conocido adagio. Y es que ésta no es un tren que va y vuelve una y mil veces. Tristemente, sólo pasa una vez como la juventud, el astro fugaz o la nube viajera. Un chascarrillo dice: La familia Díaz aborda un avión. Éste se eleva a los aires. Un amigo mira al cielo y ve pasar en las alturas la veloz aeronave. Entonces exclama irónicamente: “¡Los días (Díaz) pasan volando!”. Y es que el reloj de la vida va más rápido de lo que parece. De niños sentimos largo el tiempo para llegar a adolescentes, pero después de los veinte años la marcha se acelera. Y “sin sentirlo” llegamos a la edad madura y luego a la vejez. “Nunca pensé que iba llegar a los 80” expresó el actor mexicano Andrés García en su natalicio y confesó no querer pasar de los 85. Incluso mencionó la forma como le gustaría que su vida llegara a su fin: “Si pudiera escoger -porque eso lo decide Dios- me gustaría que fuera aquí en mi playa de Acapulco de una manera tranquila, dormido y sin dolor”. La vida es un “filme cinematográfico” lleno de luz, deseo y esplendor que -tristemente- llega a su final. Pasemos por él, dejando -en el rodaje y el sendero- amor, flores y promesas. Recordemos al sabio Confucio cuando dijo: “El día en que naciste -mientras otros reían- tú llorabas. Vive de tal manera que cuando mueras -mientras otros lloren- sólo tú sonrías.” <“La Felicidad es Cuento” C. Balaguer-Amazon>