Cambio climático y agricultura sostenible

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elsalvador.com

Por Ricardo Esmahan

2018-08-20 9:28:04

Cada vez se hace más patente a través de estudios internacionales que el impacto del cambio climático afectará a diversas áreas y sectores en todo el mundo: recursos hídricos, producción agrícola, zonas costeras, efectos humanos negativos en salud y lo social, suministro de energía, etc.

Uno de los sectores económicos más afectados será el más dependiente de la situación y estabilidad de sus entornos y recursos naturales: la agricultura.

Los cambios relacionados con el clima, sufridos por los productores agrícolas en los últimos años, constituyen los mayores efectos al interior de países afectos a la temporada de huracanes, como México, las islas del Caribe y Centroamérica, sometidos a masivas precipitaciones que derivan en inundaciones y deslizamientos de tierra que son preocupantes para los agricultores.

En otro extremo, con mayor ocurrencia y severidad, el efecto de El Niño que retrasa el comienzo de las lluvias, lo que causa precipitaciones inestables que afectan directamente la floración y por tanto el potencial de producción. También se observa una mayor actividad de huracanes en el Caribe, con efectos devastadores para la producción agrícola de las islas y la costa centroamericana.

Globalmente, en el Perú, el deshielo de los glaciares está causando estrés a los recursos hídricos. En Tanzania y Kenya, se han producido prolongados períodos de sequía, que afectan especialmente la cosecha perenne del té, que reduce considerablemente la producción a los pequeños agricultores, y sus ingresos.

Los escenarios de cambio climático están prediciendo un grave aumento de problemas de estrés hídrico debido a lluvias intensas e inundaciones, que son referentes a escenarios cada vez más posibles provocados por el cambio climático. Y los países más susceptibles a los impactos esperados serán los de habitantes más pobres, en vías de desarrollo, en particular aquellos con predominio de pequeños agricultores. Estos productores, debido a la falta de información, capacidad de adaptación y acceso a la asistencia financiera y técnica, se verán afectados más por los resultados del cambio climático, aumentando su pobreza y vulnerabilidad a los riesgos relacionados con los resultados de estos cambios. Al ser absorbidos por los desafíos de la supervivencia diaria, estos agricultores y sus organizaciones, han dedicado poco tiempo a analizar las mayores repercusiones y efectos del cambio climático sobre sus vidas y las de sus familias, dentro de un marco de mediano y largo plazo.

Se debe de asistir a estos pequeños agricultores analizando los posibles escenarios de los efectos del cambio climático en sus casos específicos, e identificar las formas viables de adaptación, combinando las opciones externas e internas de asistencia y medidas de reducción de riesgo.

La pregunta importante ante estos escenarios posibles es ¿cuánto y qué pueden hacer los pequeños productores para mitigar el cambio climático? La seguridad alimentaria para una población creciente, requiere una mayor producción agrícola, que significa también emisiones más altas de gases causantes del efecto invernadero. La agenda de investigación debería priorizar la búsqueda de una respuesta, para aclarar qué tipo de rol pueden asumir los productores en la mitigación del cambio adverso y cómo pueden integrarse a estos procesos, en todos los niveles.

Para los productores, es posible que la mitigación no sea una idea tan llamativa comparada con las prácticas de adaptación, ya que estas últimas atraen a los agricultores por sus efectos directos y el hecho que resulta relativamente más sencillo integrarlas en los planes de corto plazo de las finca.

En todo caso, las prácticas de adaptación pueden también brindar efectos de mitigación; por ejemplo, los sistemas agroforestales o agropecuarios con capacidades de captura de carbono, pueden ayudar a reducir la huella de carbono en la producción de alimentos.

Exministro de Economía
resmahan@hotmail.com