Calidez en la atención sanitaria

sin duda hoy día hay una oportunidad de cambiar para mejorar, por lo cual es importante que las nuevas autoridades estén en la disposición de hacer bien las cosas y le den vuelta a la ecuación equivocada que hemos tenido.

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Foto EFE

Por Mirella Schoenenberg de Wollants

2019-08-11 6:22:50

Hay tres cosas sobre las que quiero hacer referencia en este artículo.
La primera de ellas es una promesa de todos los gobiernos de éste y de cualquier país, en cuanto al ideario de lo que debe ser un sistema sanitario que respete el derecho humano de las personas a la vida a través del acceso al derecho a la salud; esa promesa es la de proveer un sistema con calidez.

Pero ¿qué encierra esa expresión de “calidez”? Y quizá para poder entender el alcance de dicha expresión sea conveniente recurrir al análisis etimológico de la palabra, en cuyo caso diremos que el uso del sufijo “ez” denota que se trata de una cualidad y cálido hace referencia tanto a calor como temperatura, como a calor en cuanto cordialidad y afectuosidad.

Entonces de lo anterior se desprende que aquello que el sistema promete u oferta es una atención sanitaria con la cualidad de ser cordial y afectuosa; y como el “sistema de salud” es impersonal, quienes pueden brindar esa cordialidad, ese afecto, solo pueden ser sin lugar a dudas las personas que integran el sistema, específicamente aquellas que atienden a las personas que solicitan el servicio.

La segunda cosa sobre la que quiero tratar es sobre la característica primordial que deben poseer las personas que integran el equipo sanitario, en cuanto los encargados y responsables de proveer de esa calidez a la atención. En cuyo caso estamos refiriéndonos a la humanización de los servicios de salud, donde humanizar es un asunto ético, que tiene que ver con los valores que conducen la conducta en el ámbito de la salud, realizando cuidados y velando por las relaciones asociadas con la dignidad de todo ser humano.

Basándonos en que la premisa anterior es no solamente válida sino también verdadera, pero sin querer recurrir a la sobrepasada técnica de los silogismos, podemos afirmar que para que el sistema de salud de un país sea cálido, el personal que brinda la atención sanitaria debe actuar con humanización, o sea, con respeto por la dignidad de las personas que solicitan el servicio, para sí mismas o para quienes son importantes para ellos, como sus hijos, padres, cónyuges y otros.

Y esto me lleva a la tercera cosa de la cual quiero hablar y que tiene que ver con la paradoja de cómo lograr personal sanitario humanizado que atienda con calidez a los solicitantes de la atención a la cual tienen derecho, cuando se les forma en un sistema deshumanizante. Porque no se puede hablar de otra forma cuando a los jóvenes prospectos de las ciencias de la salud se les forma en la práctica clínica, con un trato (al menos en nuestro sistema arcaico) que refleja un desprecio por la dignidad humana.

Porque no sé cómo definir de otra manera el trato que se le da a los estudiantes a quienes se les violan sus derechos, explotándolos como mano de obra barata o esclava, a través de la humillación de saberse víctimas de la débil posición que supone haber invertido tanto tiempo estudiando que ya no se puede hacer otra cosa más que callarse y “seguir adelante”. No les pagan por su trabajo porque nunca ajusta el dinero, porque siempre ha habido quien lo robe; pero son ellos quienes deben poner el sacrificio.

Quizá aquellos colegas que se autodenominan conocedores del sistema, y que se rasgan las vestiduras porque se exige tratamiento digno para los estudiantes de ciencias de la salud, puedan explicarme cómo se logra esa calidez de la atención sanitaria a través de la deshumanización de quienes brindan el servicio. O quizá no puedan porque su conocimiento sobre derechos humanos es del tamaño de un cacahuate, o bien la importancia que dan a los mismos es de ese tamaño.

Pero sin duda hoy día hay una oportunidad de cambiar para mejorar, por lo cual es importante que las nuevas autoridades estén en la disposición de hacer bien las cosas y le den vuelta a la ecuación equivocada que hemos tenido.

Médica, Nutrióloga y Abogada
Mirellawollants2014@gmail.com