La actual movilidad humana en Centroamérica y específicamente en el Triángulo Norte ha provocado fuertes atenciones políticas de los diferentes gobiernos, Estados Unidos, México y los países del Triángulo Norte. Esta nueva realidad migratoria motivó la firma de convenios bilaterales con México, Guatemala y ahora con El Salvador. Estados Unidos propicia una estrategia de contención de la migración irregular abarcando proyectos especiales para la atención de las solicitudes de asilo fuera de su territorio.
Interesantes decisiones y en algunos casos denotan desesperación por la poca efectividad de las políticas públicas de la región, ante un resquebrajamiento de su institucionalidad política.
Las caravanas de migrantes han sacado a la luz una realidad oculta que por muchos años ha estado sucediendo sin que los políticos actuaran para ajustar sus vacíos estructurales que provocan la migración en la región.
Panamá, El Salvador, Guatemala y México recién empieza su gobernanza y Honduras está inmerso en una situación difícil al interior. Este entorno político tiene que ver mucho con la falta de propuestas regionales en los últimos dos años.
La supuesta crisis migratoria identificada por EE.UU. encuentra a la región con poca cohesión estratégica y pone en riesgo diferentes avances democráticos alcanzados, por ejemplo el acuerdo CA-4, que permite libre movilidad en la región por cuatro países del norte de Centroamérica: Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, firmado en junio de 2006. La libre movilidad permite entrar y salir únicamente con el documento Único de Identidad o cédula.
La integración centroamericana se vio favorecida y más integrada ante este acuerdo. Ahora bien, ¿a quién le convendría suspender este acuerdo? ¿Quién fuera favorecido por obstaculizar la movilidad humana que busca protección? Sin duda, los países de Norteamérica.
El tema ha iniciado con una propuesta de un país para que se ponga en agenda. Solo con un país que no esté de conforme con el CA4 se altera el orden establecido y obligadamente entra a revisión. Es oportuno que diversos sectores se manifiesten ante las intenciones de suspender el acuerdo, principalmente empresarios que se benefician, familias binacionales, familias en protección, porque ante una amenaza de la delincuencia a nuestros hijos y familias buscamos protección inmediata y los países vecinos siempre han sido una alternativa.
La libre movilidad es un derecho humano, es un derecho a moverse libremente ya sea dentro de un país o de un país a otro. El artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos hace mención de ello.
Director Ejecutivo
Instituto Salvadoreño del Migrante (INSAMI).