Bicentenario e iglesias evangélicas

descripción de la imagen
Bukele durante cadena nacional el 15 de septiembre, un día marcado por masivas protestas en contra de su gobierno. Foto: Presidencia

Por Mario Vega

2021-09-15 7:14:10

Este 15 de septiembre de 2021 se cumplieron 200 años de la firma de la Independencia de la Capitanía General de Guatemala o Reino de Guatemala, que se extendía desde Chiapas hasta las provincias de Chiriquí y Bocas del Toro en Panamá. Posteriormente, en 1824 El Salvador surgió como Estado autónomo y en 1841 se constituyó como República. Pocos años después hicieron su aparición los primeros misioneros evangélicos con su pasión por alcanzar a la población salvadoreña.

La historia de las iglesias evangélicas ha corrido paralela al andar republicano del país. El dato más antiguo se retrotrae a 1858 cuando el misionero inglés Frederick Crowe visitó El Salvador para distribuir Nuevos Testamentos que habían sido traducidos al español por su iniciativa. En julio de ese año se le ubica en San Miguel en donde enfrentó a grupos enardecidos que le hicieron huir de una ciudad a otra. Fue apresado e injuriado, padeció hambre hasta que su salud, ya quebrantada, lo obligó a salir del país. Falleció en noviembre del mismo año en la ciudad de Nueva York donde fue honrado como un misionero mártir.

La consolidación de las reformas liberales desembocó en la Constitución Política de 1886 en la cual se reconoció la libertad de culto. Aprovechando las nuevas condiciones políticas la Sociedad Bíblica Americana envió al misionero italiano Francisco Penzotti quien arribó al país en 1893. Con el apoyo de los liberales salvadoreños logró buenos resultados en la distribución de Biblias. En 1896, mientras Penzotti trabajaba en El Salvador y Centroamérica, arribó al puerto de Acajutla el misionero Samuel Purdie. Éste había sido misionero previamente en México y, sobre la base de su experiencia adquirida, fundó el primer periódico evangélico salvadoreño: “La Rama de Olivo”. Políglota, ilustrado y liberal Purdie desarrolló amistad con los intelectuales liberales, entre ellos, el Dr. Ignacio Barberena.

Ambos compartían ideales como la secularización del Estado salvadoreño, un elemento que harían muy bien en recordar las actuales iglesias evangélicas.

Al trabajo de Purdie se sumó el de Roberto Bender, quien llegó a El Salvador en 1897 enviado por la Misión Centro Americana. Es a Bender a quien se le da el crédito de haber establecido la primera iglesia evangélica entre los salvadoreños. Esto ocurrió en una casa alquilada de Ilopango. Al principio el crecimiento de los evangélicos fue lento debido a que debían enfrentar una fuerte oposición. Se concentraban principalmente en el occidente del país, entre los trabajadores de las fincas cafetaleras. Es allí donde los encontró la noche del 22 de enero de 1932, cuando estalló la insurrección campesina de la zona. La represión terminó con la vida de varios evangélicos, entre ellos los pastores Pedro Bonito y Eulalio Rivera. Todavía está pendiente la tarea de investigar si hubo una participación evangélica en el proceso insurreccional. Esa investigación debe incluir la causa exacta del asesinato de los pastores. Si se lograra establecer su participación, otro asunto necesario sería el determinar los móviles de su involucramiento hasta la muerte con la realidad. El hecho es que a partir de los sucesos de 1932 el alma de las iglesias evangélicas giró para volverse más espiritualistas y desencarnadas.

A partir de los Setenta se produjo su crecimiento exponencial mientras vivían la violencia de la guerra civil sobreviviendo en los frentes donde, paradójicamente, tuvieron su mayor expansión. A partir de los Acuerdos de Paz y la acelerada concentración urbana continuaron multiplicándose y declarándose apolíticos, aunque siempre coqueteando con quien estuviera en el poder. Fundaron escuelas, universidades y organizaciones de servicio y llegaron a alcanzar, en términos numéricos, hasta un 45% de la población.

En la actualidad las iglesias son casi omnipresentes y han normalizado el hecho de ser evangélico. Al ganar espacio público también ganaron influencia y esa puede ser la clave para una reflexión madura sobre el momento político, para asumir la responsabilidad de amar al prójimo y vivir la piedad en términos de cómo se mira a otros en el contexto de la realidad política de hoy. Que este andar compartido con la vida republicana del país pueda ser la ocasión para hacer esta reflexión. ¡Un Bicentenario lleno de paz para todos!

Pastor General de la Misión Cristiana Elim.