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Las deudas de siempre

Esta mala administración de prioridades queda expuesta en los datos y estadísticas. El oficialismo sabe esto y le incomoda que sus fracasos queden evidenciados en la recolección de información pública de las distintas realidades que co-habitan en El Salvador.

Por Andy Failer
Comunicólogo y político

Cada vez que una tormenta azota al territorio nacional, vemos cómo queda expuesta la vulnerabilidad de nuestras ciudades, en parte, como resultado de las mentiras e inoperancia de quienes hoy gobiernan. Que no quede duda de que aquellas magníficas promesas que realizaron quienes hoy tienen el poder quedaron en el olvido. Ayer hablaban de universidades, hoy de cárceles. Ayer prometieron hospitales nuevos, hoy remodelan sus salones en la Asamblea Legislativa. Cada vez que una calle se inunda o que una cárcava se expande a raíz de una estrepitosa tormenta recordemos que la mayor muestra de que los mismos de siempre hoy visten de cyan es que las deudas con la ciudadanía siguen siendo las mismas de siempre.


El oficialismo ha anunciado una sexta prórroga del régimen de excepción. Esto ya hace mucho ha dejado de ser excepcional y se ha convertido en la política permanente de quienes hoy gobiernan. En medio de las injusticias y del bombardeo de propaganda de guerra que se realiza bajo cada régimen de excepción, de lo único que se habla es de cárceles y de mayor represión; los sistemas de drenaje de nuestras ciudades, los golpes a la economía familiar a raíz de la inflación, el nulo acceso a una vivienda digna, la crisis medioambiental, la ola de afecciones a la salud mental y otra serie de problemáticas latentes, no tienen abordaje por parte del gobierno. ¿Dónde están depositadas las prioridades del país?


Esta mala administración de prioridades queda expuesta en los datos y estadísticas. El oficialismo sabe esto y le incomoda que sus fracasos queden evidenciados en la recolección de información pública de las distintas realidades que cohabitan en El Salvador. Por esta simple razón es que no es casualidad que este pasado martes 9 de agosto, en la sesión plenaria de la Asamblea Legislativa, se disolviera vía decreto legislativo a la Dirección General de Estadísticas y Censos de El Salvador (DIGESTYC). Con este hecho se ha sepultado la continuidad de trabajo y recolección de información de la Encuesta de Hogares para Propósitos Múltiples (EHPM) y también del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Ante la inminente crisis económica e inoperatividad del gobierno, esto le resulta al oficialismo muy oportuno. ¿Cómo justifican esta decisión? ¿Por qué promueven mayor opacidad en lugar de transparencia y acceso a la información? ¿Hay quien crea que esto es mera casualidad?

Después de tres años de gobierno y de más de un año en el que la bancada cyan le ha facilitado la acumulación de poder al Presidente, seguimos escuchando un discurso enfrascado en el pasado, el oficialismo insiste en lo que sus predecesores no hicieron pero no dice que es lo que ellos sí han hecho. ¿ Y cómo resumir los últimos tres años de gobierno? Podríamos mencionar un hospital para mascotas, el régimen de excepción y la bitcoinación del país, ¿acaso esto cumple todas las promesas que en campaña realizaron los que hoy dirigen el país? La deudas de siempre siguen estando presentes. A eso le sumamos corrupción, opacidad y autoritarismo. Desde luego, habrá quienes justifiquen esta inoperancia y para hacerlo seguirán recurriendo al pasado para repartir culpas. Insisto, esto ya no va sobre los mismos de siempre, sino sobre las deudas de siempre. Quienes se tienen que hacer cargo son quienes prometieron cumplir con tales deudas.


Los que hoy evaden su responsabilidad son los mismos que dicen estar haciendo historia con Surf City cuando lo que vemos es la misma playa con un nuevo rótulo; esos mismos enaltecen Sivar Land cuando lo que vemos son las mismas ruedas en el mismo lugar pero también con un nuevo rótulo; y esos mismos hoy tienen mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa, pero con las mismas mañas y pactos con los mismos políticos rancios, y sí, con un nuevo rótulo también. Mientras tanto, las deudas con la ciudadanía siguen siendo las mismas de siempre.

Comunicólogo y político

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