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Modus operandi

Si sabes reconocer que este es el modus operandi con el que el oficialismo nos lleva hacia el peñadero del autoritarismo, hoy solo quiero hacer un llamado a una acción muy puntual: este 15 de septiembre salgamos a las calles a marchar

Por Andy Failer
Comunicólogo y político

La ola autoritaria que atraviesa El Salvador puede ser comprendida desde cinco sencillos puntos que el oficialismo ejecuta en la cotidianidad sin pudor alguno. Estos puntos son el modus operandi que distinguen al autoritarismo que hoy gobierna este país; es importante identificar y tener claro, frente a los retos que El Salvador enfrentará en un futuro cercano, cómo el abuso y concentración de poder responden a un mecanismo propagandístico y represivo que atenta constantemente contra la armonía social de nuestros entornos. Lo que estoy por enumerar, muchas personas lo damos por sentado, pero es valioso dejar constancia de ello, sobre todo en estos oscuros tiempos.

1 Desinformación y siembra de odio

El autoritarismo salvadoreño ha instalado enormes altavoces permanentes desde tres bloques mediáticos. El primero es el brazo de sus medios estatales. Un canal televisivo a la orden de la narrativa mediática de cualquier funcionario oficialista, y un periódico impreso que día a día busca esconder la realidad del país desde sus portadas. El segundo es el de medios privados a su favor, naturalmente alineados a la pauta gubernamental que paga el gobierno, estos son en su mayoría medios televisivos. Y el tercer bloque es el de sus panfletos digitales, hordas de trolls y replicadores pagados, estos últimos encabezan la lanza de la siembra de odio y desinformación. Por medio de este poder mediático es que el autoritarismo desinforma y polariza cada vez más a nuestra sociedad.

2 Deshumanizar al adversario político

Cualquier proyecto autoritario siempre necesitará plantar un enemigo que justifique sus acciones antidemocráticas. De esta forma es que cualquier adversario político que levante la voz frente al oficialismo, será amedrentado por todo un aparataje ruin que tiene como finalidad despojarnos de valor y hacernos sentir indefensos frente a los monstruos que habitan en las turbias aguas del oficialismo. La intimidación política es la flecha, pero el arco con la que la disparan es el ambiente de deshumanización al que someten a cualquier adversario político. Y claro, el objetivo al que apunta la flecha es la aniquilación total ante la opinión pública.

3 Persecución y politización judicial

Hace más de un año que la Asamblea Legislativa le entregó la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General al Presidente de este país. Desde entonces hemos sido testigos de cómo la justicia es cada vez más selectiva acorde a los caprichos del poder anclado en Casa Presidencial. Activistas, periodistas y políticos han tenido que exiliarse; algunos opositores arrestados han vivido un trato completamente inhumano al interior de las cárceles; y más recientemente, El Salvador ya llegó al punto en el que un tuit que cuestione al poder, puede llegar a ser motivo de cárcel. Al oficialismo le gusta hablar en lenguaje de guerra; en ese sentido, con la mayoría de instituciones democráticas secuestradas, no escatiman en generar una guerra jurídica cada vez que ellos se lo propongan.

4 Avivar el fuego de la coyuntura política

Desde que el autoritarismo se instaló en El Salvador, cada cierto tiempo la olla de expresión explota. Algo sucede que hace que la ciudadanía estalle, pueda que sea una detención injusta ante los ojos de personas críticas, estragos y pérdidas monetarias ocasionadas por el Bitcoin, o una larga acumulación de violaciones de derechos humanos a causa del Régimen de Excepción. Cuando la olla estalla, el oficialismo aviva el fuego con algo que beneficie a su narrativa, haciendo creer a la gente, que cualquier crítica ante las injusticias que atraviesa en este momento el país, es defender a los gobiernos anteriores. Lo vimos recientemente en Brisas de San Francisco con las cárcavas que provocaron las fuertes tormentas, la crisis comunicacional fue clara, pero la respuesta fue dar un placebo a los afectados y repartir culpas hacia el pasado avivando el fuego lejos de ellos.

5 Jugar el papel de víctima

Este es más sencillo y meramente discursivo, normalmente este acto lo protagoniza el Presidente. La culpa es de todos menos de ellos, y a pesar que han acumulado todo el poder, siguen siendo víctimas de fuerzas ajenas. Evaden responsabilidad a toda costa, es lo que mejor saben hacer. Son manipuladores y crueles.


Si sabes reconocer que este es el modus operandi con el que el oficialismo nos lleva hacia el peñadero del autoritarismo, hoy solo quiero hacer un llamado a una acción muy puntual: este 15 de septiembre salgamos a las calles a marchar, el punto de encuentro será en el Parque Cuscatlán a las 8:00 a.m. levantemos la voz sin miedo. Por el futuro de El Salvador. #El15Marchamos

Comunicólogo y político

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