¡Un último paso para una mejor experiencia!

Para brindarte un servicio más ágil y personalizado, necesitamos que completes tu información de facturación.

Actualizar mis datos

Historias que importan, gracias a lectores como tú

El periodismo que hacemos requiere tiempo, esfuerzo y pasión. Cada reportaje es para mantener informado y contar historias que marcan la diferencia

Sucríbete y obtén acceso a contenido exclusivo

  
Suscribirme
EPAPER Especial Derechos Humanos| Ruth López| Donald Trump| Selecta|

¿Cómo disciplinar a un grupo social…?

Al final, el disciplinamiento social puede tener dos consecuencias, una positivas: puede contribuir a la estabilidad y el orden social, así como al logro de metas colectivas; y una negativa: pueden generar caos o anomia si son interrumpidos, así como la supresión de la libertad individual y la represión de la disidencia.

Por Óscar Picardo Joao

Primero una historia a modo de ejemplo:

El nuevo director llegó a su centro educativo, ubicado en la periferia de la ciudad; en una zona pobre y desfavorecida. Las normas de convivencia del colegio eran laxas, caóticas y difíciles, se había instalado una cultura bastante anárquica.

Una vez que había recorrido las instalaciones, bastantes sucias y desordenadas, y habiendo escuchado las experiencias de los maestros y maestras y algunas reacciones de los estudiantes, tomó algunas decisiones importantes para ordenar la casa…

Lo primero que hizo, en su segundo día como director, fue convocar a toda la comunidad educativa, y en frente de todos rompió el manual de convivencia, indicando que las nuevas reglas las pondría él, y dijo: “Yo soy la disciplina en este centro escolar, harán lo que yo digo y si no se atienen a las consecuencias”.

Esa misma tarde, ante un episodio de indisciplina entre dos estudiantes, y en frente de todos, el director los inmovilizó y les dio una gran golpiza con una regla grande de madera, de esas que se utilizan en el pizarrón; los chicos quedaron tirados en el piso, heridos y sangrando. El resto quedó despavorido observando esa escena.

Al día siguiente, un docente iba llegando tarde a su clase y los estudiantes estaban solos haciendo un poco de desorden. En ese contexto apareció el director, insultó al docente en público, le dio un empujón y le amenazó con expulsarlo de llegar tarde en otra oportunidad. Por si fuera poco, llevaba un machete en su mano, lo cual fue visto por todos como un elemento intimidante. ¿Qué hace el director con un machete? Se preguntaron todos.

Al día siguiente llegaron los padres y madres de los estudiantes maltratados, para hacer un reclamo por la agresión; no sólo no los quiso recibir, sino que les envió con su asistente una carta de expulsión y denegación de matrícula.

Mientras los estudiantes estaban en un recreo, jugando un partido de fútbol, hubo un pequeño altercado entre los equipos, algo usual; en eso apareció el director, obligó a los estudiantes a formar dos filas en el patio y los dejó castigados por tres horas bajo el sol. Varios se desmayaron y una maestra intentó intervenir, pero el director regañó a la docente y mantuvo el castigo.

Estos y muchos otros episodios se repitieron una y otra vez; el clima en el centro educativo se fue poniendo menos hostil y comenzó a imperar el miedo en la comunidad educativa. Al cabo de seis meses el centro había cambiado, ya no había desordenes ni peleas. Todos se habían disciplinado por la actitud autoritaria del director. Sus golpes, humillaciones, regaños, castigos habían funcionado…

Éste es un método posible para ordenar un centro escolar, pero hay otros basados en el respeto, el diálogo y el ejemplo. Son dos caminos distintos para llegar a una misma meta, más o menos rápido, con mayor o menos eficacia. Los modelos lancasterianos y bancarios del pasado versus el modelo actual de convivencia razonada y diálogo ejemplificante.

Este mismo caso se puede aplicar en otros escenarios organizacionales, empresariales o sociales. Hay modos de solucionar los problemas culturales de indisciplina particular o social. Con marcos normativos o con garrote.

El disciplinamiento social es un proceso de regulación y control que busca modificar comportamientos y actitudes en la sociedad, a menudo a través de mecanismos coercitivos, propaganda, o la creación de un ambiente de miedo. Este proceso puede ser implementado por gobiernos autoritarios o teocráticos, y puede afectar a todos los ámbitos de la vida, desde la educación hasta la religión. La clave es el miedo, recompensa y castigo

El disciplinamiento social puede ejercerse de diversas formas: A través de normas y leyes, por ejemplo, marcos legales que regulan la vida social. A través de instituciones morales, por ejemplo, Iglesias o el sistema educativo. Por medio de nuevos ambientes o ecosistemas, utilizando hechos, símbolos o un clima de miedo a la autoridad para condicionar comportamientos. También a través de medios de comunicación, prensa oficial, medios alternos o campañas de marketing. E inclusive por medio del control social, utilizando el sistema de justicia, inteligencia, fuerzas de seguridad, y denuncias ciudadanas.

Al final, el disciplinamiento social puede tener dos consecuencias, una positivas: puede contribuir a la estabilidad y el orden social, así como al logro de metas colectivas; y una negativa: pueden generar caos o anomia si son interrumpidos, así como la supresión de la libertad individual y la represión de la disidencia.

Se reconocen al menos tres perspectivas históricas en los cambios de comportamiento con disciplinamiento social: Tradición germánica: El disciplinamiento social como un motor de cambio desde arriba (elites, instituciones, estado). Perspectivas foucaultianas: El poder/autoridad sobre los cuerpos y mentes de los sujetos. Y Perspectiva desde abajo: La participación de la gente común en prácticas de disciplinamiento social con normativa convencionales y consensuadas.

Dos ejemplos claros de la vida real, de lo que estamos tratando en este análisis: 1) El uso del CECOT para los migrantes indocumentados que llegan a Estados Unidos. Aquí la idea es bajar los flujos migratorios a través del miedo: si te capturan puedes terminar en una prisión de máxima seguridad en lugar que te deporten. 2) El Régimen de Excepción: se trata de un mecanismo que se ha institucionalizado, dejando de ser excepcional para convertirse en algo que se ha normalizado, en dónde ningún ciudadano posee plenas libertades y están sujetos a en cualquier momento se le pueda capturar de manera arbitraria sin el debido proceso, para re educarlos en un nuevo contexto y hacerlos obedientes y administradores de sus miedos.

Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor. Nos disculpamos por las posibles e involuntarias erratas cometidas, sean estas relacionadas con lo educativo, lo científico o lo editorial.  

oscar.picardo@altamiranomedia.com

KEYWORDS

Balances Políticos Opinión

Patrocinado por Taboola

Utilizamos cookies para asegurarte la mejor experiencia
Cookies y política de privacidad