Bitcoinización

¿El Ministerio de Hacienda se encuentra listo para monitorear las transacciones de esta criptodivisa? ¿Cómo se evitará el lavado de dinero y el blanqueo de capitales? ¿Cómo se manejará la alta volatilidad que posee el Bitcoin?

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Jane Manes. Foto EDH / Yessica Hamponera

Por Andy Failer

2021-06-09 7:09:27

Este recién pasado 8 de junio (8J), a un par de minutos de las 12 de la noche, la Asamblea Legislativa aprobó la Ley Bitcoin con 62 votos. La votación fue a mano alzada, porque irónicamente el sistema de votación falló en el momento preciso que la bancada cyan creyó estar abrazando el futuro. Mientras los diputados sonreían con la mano arriba para salir bien en las fotos, el hermano del Presidente, Karim Bukele, participaba paralelamente en un espacio de conversación digital que provee Twitter; la conversación era en inglés y el nombre del espacio tenía mal escrito el nombre nuestro país, “Salvador”, se leía escuetamente. Más de 8 mil personas, en su mayoría extranjeros aficionados del Bitcoin, participaban de ese espacio, mismo en el que el hermano del Presidente aseguró que El Salvador es un “laboratorio donde estamos probando la escalabilidad”. Así inició la bitcoinización del país.
Lo que sucedió este 8J fue la aprobación exprés de una política monetaria que se dio a conocer en Twitter, como es de costumbre para el Presidente Bukele. Sí, al ritmo de un tuit fue como nos enteramos de que El Salvador sería el primer país del mundo en aceptar el Bitcoin como moneda de curso legal; surreal, como que fuese poca cosa, ignorando que su impacto económico va a trascender por generaciones. Fuimos testigos de más marketing pero no de ninguna decisión monetaria que denote el mínimo de seriedad. La Comisión Financiera de la Asamblea Legislativa, encargada de estudiar el proyecto de la Ley Bitcoin, sesionó apenas durante 45 minutos el mismo día que se aprobó la Ley. Nada distinto a cómo dolarizaron el país hace 2 décadas.
Los 16 artículos que contiene la Ley Bitcoin no logran despejar una serie de dudas que resultan válidas ante la envergadura de esta polémica Ley. ¿El Ministerio de Hacienda se encuentra listo para monitorear las transacciones de esta criptodivisa? ¿Cómo se evitará el lavado de dinero y el blanqueo de capitales? ¿En materia tributaria cómo operará el Estado frente al Bitcoin? ¿Cómo se manejará la alta volatilidad que posee el Bitcoin? ¿Cómo se financiará el proceso de educación ciudadana para que los usuarios comprendan este nuevo método de pago? Ningún miembro del oficialismo ha sido capaz de responder a estas interrogantes, todos recurren al ambiguo y vago argumento de que esta Ley representa el futuro. Pero nadie explica de qué futuro hablan.
Aprobaron esta ley en medio de un enorme endeudamiento y de argumentos opacos que no beneficiarán a los y las salvadoreñas que se encuentran económicamente más vulnerables. También, todo esto resulta en la distracción perfecta ante el aumento de las desapariciones, las señales del autoritarismo, el desempleo, la migración, el cambio climático y un largo etcétera. Por otra parte, se desconoce completamente cuál será el impacto para los emprendedores y diversos comerciantes que tendrán que aceptar al Bitcoin hasta para las deudas por cobrar. ¿Serán estas las razones por las que esta Ley se aprobó con tanta prisa? Lamentablemente, todo apunta a que los grandes beneficiados del Bitcoin serán unos pocos miembros de una nueva y rancia élite política con sed de poder.
Así arranca la bitcoinización de toda una nación, con votos a mano alzada y leyes redactadas por asesores sumergidos en los caprichos de Casa Presidencial.

Comunicólogo y político