La vida hace pasar el tiempo y el tiempo hace pasar la vida

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Jóvenes opositores en Nicaragua están optando por abandonar el país ante arrestos del régimen de Ortega, según organización. Foto: AFP

Por Carlos Balaguer

2021-07-13 3:59:06

La vida se va en un tren y el tren se pierde en la vida. Viendo hacia el ayer o hacia el mañana lloramos de felicidad y en otras reímos de dolor. Es la felicidad que llora y es el dolor que ríe cuando pasan de largo. Y allá quedamos esperando fantasmas. El pasado y porvenir, el amor, la soledad y lejanía son tan sólo visiones. Mascarones de niebla que ríen o que lloran; que duermen o nos dicen adiós. El dios de la memoria nos olvida. Hace tiempo que nos fuimos. No existe eso de quedar en un solo lugar. Queriendo encontrar un rostro que te espere no eres nadie. Vete entonces a donde puedas existir. La vida hace pasar el tiempo y el tiempo hace pasar la vida. El amor es pasajero de un tren que -entre neblinas- cruza los abismos del tiempo y la memoria. “¿Quién eres?”, pregunta el de la boletería. “Soy la muerte y la vida", le responden. Vengo de morir la vida y de vivir la muerte. He visto a muchos ganar o caer a mi lado ya sin risa. Heridos por una bala o un adiós”. Esa noche fría y de neblinas, se escuchó a lo largo de las horas, la nostálgica melodía de una despedida. El aire estaba perfumado de pinos y jazmines. Los amantes se abrazaron en la separación. Amaneció la luna y el viajero se fue en el ferrocarril de las seis. Desde entonces, de la antigua casa de la colina, escapa por el aire y los tejados la dulce canción de lo perdido. Es el amor ausente, silbando como un tren que dice adiós allá en las vueltas de un sueño”. (XXII) (“Leyenda del Hombre y la Locomotora” C. Balaguer)