Aporte de la academia para la “redención” de reclusos

Lo interesante de este programa es que la comunidad académica se involucra directamente para impartir educación de primer nivel en carreras liberales a una población de reclusos seleccionados. Esto trae propósito, esperanza, dignidad y oportunidades a una población de internos que carecen de una visión para su futuro y que al final de 5 años obtendrá un grado y título académico.

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Por Carlos Mena Guerra

2019-08-07 6:19:23

En enero del presente año tuve oportunidad de asistir a una serie de conferencias que anualmente imparte Calvin University, en Grand Rapids, Michigan, desde hace 32 años.

El 3 de enero tocó el turno de inauguración a Todd Cioffi y Christiana deGroot, ambos profesores que sirven como co-directores de un programa llamado “Calvin Prison Initiative (CPI)” (Iniciativa de la Universidad Calvinista en las Prisiones), creada en 2016.

CPI fue descrito como un programa único que provee educación formal a los reclusos en una prisión relativamente cerca de la universidad, en Handlon Prison, Ionia, Michigan.

Lo interesante de este programa es que la comunidad académica se involucra directamente para impartir educación de primer nivel en carreras liberales a una población de reclusos seleccionados. Esto trae propósito, esperanza, dignidad y oportunidades a una población de internos que carecen de una visión para su futuro y que al final de 5 años obtendrá un grado y título académico. Pero mientras lo obtienen, aseguraron Todd y Christiana, que el grupo elegido es transformado durante el proceso y recibe redención a sí mismo con “el poder de una (cristiana) educación”. Fue impactante escuchar además que algunos de los prisioneros, debido a su prolongada condena, no podrán ejercer sus carreras; aún así podrán convertirse en asistentes o instructores para futuras generaciones de prisioneros en el programa.

El contenido de esta conferencia en particular me ha estado dando vueltas en la cabeza todos estos meses hasta que he decidido hacer una propuesta a LA COMUNIDAD ACADÉMICA DE UNIVERSIDADES EN EL SALVADOR, AL MINISTERIO DE SEGURIDAD Y JUSTICIA y AL MINISTERIO DE EDUCACIÓN.

El programa podría adaptarse a nuestras necesidades y que la academia: maestros y alumnos puedan diseñar un pensum especial que otorgue un grado académico técnico, con duración de 2 ó 3 años, con opción a licenciatura con 1 a 2 años más, para quienes sean bachilleres, en carreras como Sociología, Antropología, Psicología, Teología, etc… carreras que estudian aspectos conductuales de las personas, orientada a una población de internos con características muy salvadoreñas: adultos y jóvenes con noveno grado o bachilleres; estudiantes de último año universitario pueden impartir materias seleccionadas, guiados por sus maestros y de esa forma obtener créditos para graduarse.

Sin duda que hay que hacer un poco más de análisis a esta idea. Por ejemplo: ¿si las clases pueden ser impartidas parcialmente en línea? ¿Cuáles serían los requisitos de la población reclusa para ser elegibles al programa? ¿Cuáles riesgos hay que considerar? ¿Puede ser una ampliación del yá existente programa YO CAMBIO?, etc.; pero si por medio de este programa lográsemos transformar y dar propósito a la vida en un 30% – 40% de los reclusos, ¿Qué tenemos que perder? Por el contrario, toda la sociedad gana.

Para resolver este enorme problema de inseguridad que nos afecta debemos pasar de las ideas a la práctica, debemos involucrarnos todos, ser creativos. Dejo así en manos de la academia y de los lectores esta iniciativa derivada de un programa exitoso ejecutado por la Universidad de Calvin, en Grand Rapids, Michigan. Dios nos ayude.

Militar y economista