AMUS enseña derechos humanos a la población

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El mediocampista egipcio de Liverpool Mohamed Salah. Foto: Justin TALLIS / AFP

Por Mirella Schoenenberg Wollants

2020-03-15 12:18:49

La nación salvadoreña está en permanente evolución. La enorme mayoría de sus integrantes están convencidos y/o intuyen que su mayor anhelo es coexistir pacíficamente. Pero para lograr esta aspiración todos sus miembros deben respetar las reglas del juego comunitario dentro de un esquema de sociedad jurídicamente organizada.

Las mujeres de AMUS, es decir, la Asociación de Mujeres Universitarias de El Salvador, cuestionamos las barreras que impiden a sus ciudadanos lograr una vida pacífica, llegando a concluir que para obtenerla, debe promoverse, instruirse y demostrarse cuáles son esas reglas lúdicas.

Sabemos que esas reglas están configuradas en el comportamiento humano ético, es decir, en aquellas conductas que respetan los derechos humanos y garantizan su protección. Esto no es nuevo, ya decía en el siglo XIX Benito Juárez que el respeto al derecho ajeno era la paz, derivándose que el derecho de uno termina donde inicia el derecho del próximo.

Es así como la AMUS sometió un proyecto educativo al concurso del Fondo Bina Roy de la Graduate Women International (GWI), de la cual es filial. Dicho proyecto contenía un programa para la enseñanza básica de la doctrina de los derechos humanos a la sociedad civil, siendo que resultó galardonada, recibiendo un fondo dinerario que le permitió empezar con esta obra en enero pasado.

De igual manera, firmó un convenio con la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) para apoyar a esta entidad tan primordial en el camino de la paz social, a través de este proyecto y de otros que se crearán.

Las organizaciones de la sociedad civil, especialmente de mujeres, como AMUS, dada su tendencia a comprometerse y sensibilizarse más por los temas sociales, pueden ser fuentes de conceptos y prácticas alternativas para resolver los grandes problemas que enfrenta la sociedad donde se encuentran integradas, desarrollando el concepto de ciudadanía activa, la cual supone una actividad crítica y responsable del compromiso político. En este contexto, usando la palabra política como el mecanismo para realizar el bien social.

De tal manera que la AMUS continúa, después de 68 años de existencia, trabajando por el bienestar de la población, esta vez, en el mundo de la educación hacia la paz, enseñando herramientas necesarias para generar la convivencia pacífica entre los salvadoreños.