Flavián Mucci: “Ser felices y hacer felices a los demás”

Un día, caminando con él en el Comedor Abierto de Ágape, me explicó que no se puede evangelizar a alguien que tenga el estómago vacío. Nunca te prestarán atención porque estarán más preocupados por conseguir alimento que por escuchar la Palabra de Dios.

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Ernesto Castro, diputado de Nuevas Ideas y presidente de la Asamblea Legislativa. Foto EDH / Francisco Rubio

Por Dino Safie

2021-09-28 7:08:07

La primera vez que escuché hablar acerca del padre Flavián Mucci fue en 2010 cuando tuve la oportunidad de trabajar como voluntario en la franja de fe de Ágape TV Canal 8. Era una especie de figura legendaria ya que todos parecían tener una historia positiva con él. Fue en ese momento en que supe que tenía que conocerlo. Cada empleado y colaborador con los que platiqué me comentaban inmensa calidad humana, su insuperable empatía y su genuino interés por los demás. Recuerdo que una de las anécdotas que más me mencionaron fue que regalaba mochilas, útiles y refrigerios a los hijos de los colaboradores.
Para un aniversario de Ágape TV Canal 8 me enteré de que el P. Flavián asistiría. Busqué mis mejores ropas porque sabía que lo iba a conocer. Cuando lo vi entrar al estudio de televisión, siempre con su hábito franciscano y su característica gorra de los Red Sox de Boston, experimenté una sensación que solo he vivido dos veces: en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid cuando después de horas de espera vi pasar a Benedicto XVI en el papamóvil a escasos metros de donde yo estaba, y al ver al padre cruzar la puerta. Me cuesta describir tal sensación pero es una mezcla de paz, regocijo, admiración y fe.
Me paré a saludarlo, casi temblando de los nervios, y cuando me iba a presentar él me dijo, en su inolvidable y característico acento norteamericano: “Tú eres Dino”. En ese momento recordé lo que los compañeros me comentaban: el padre se interesaba por conocer a cada uno de los que en algún momento laboramos en Ágape TV y no solo en conocernos sino en hacernos sentir amados. En cuestión de 10 minutos ya estábamos bromeando y riéndonos como mejores amigos.
Sin saberlo, ese día marcaría el inicio de una linda amistad que me cambiaría la vida porque eso me ayudaría a replantearme lo que quería para mí. Recuerdo que siempre me decía que no servía de nada rezar si mi fe no iba acompañada de obras porque “la fe sin obras es muerta”. Un día, caminando con él en el Comedor Abierto de Ágape, me explicó que no se puede evangelizar a alguien que tenga el estómago vacío. Nunca te prestarán atención porque estarán más preocupados por conseguir alimento que por escuchar la Palabra de Dios.
Su sueño de transformar este País se hizo realidad y Agape en sus 42 años de funcionamiente tiene actualmente 52 programas de ayuda social que benefician anualmente a 685 mil personas , cada una de ellas cambia su vida gracias al corazón de un americano que llamó a nuestro país “el gran amor de su vida”.
La última vez que le escribí me contestó casi inmediatamente. Me invitó a comer a su casa, una vivienda modesta, sin lujos ni opulencia frente al santuario de Ágape Sonsonate. Platicamos mucho tiempo de varios temas y, sin yo saber que esta sería la última vez que nos veríamos, me dijo tomándome del hombro: “El secreto del éxito es que seamos siempre felices y hagamos felices a los demás”.Él era un vivo ejemplo de ello: un hombre lleno de luz, de paz y de amor. Ese día le pedí a Dios que me diera la oportunidad de hacer al menos un 10% de lo que el P. Flavián Mucci logró.
Muchos pensarán que su legado es su obra pero creo que el legado más grande es el amor que sembró en este país. Fue un hombre que dejó huella donde caminó; un sacerdote que nos recuerda que Dios no está muerto. Era un alma pura, que trataba al empresario donante y al vendedor de yuca afuera del complejo de Ágape Sonsonate con la misma dignidad y cariño. Su huella es de amor, de fe y de cambio.
En nombre de todo el país quiero decirte, padre, que continuaremos tu obra, la lucha por mejores condiciones para los más necesitados y la regeneración del tejido social que tanto hace falta. Más que flores y esquelas, la mejor forma de honrar su memoria es donando a la asociación Agape. Y como tú decías siempre, te amo mucho.

Descanse en paz, Fray Flavián Mucci...

Activista social, cantante, fundador de la Fundación @Solidariton